Listas de espera crecientes, presupuestos menguantes, recortes de plantillas, copagos, repagos, la Atención Primaria en crisis galopante, las obras del hospital paradas durante años, miles de médicos españoles que tienen que emigrar, los MIR que no quieren venir a Salamanca, el gasto farmacéutico que vuelve a crecer mes a mes… En estas estaba, en plena canícula de agosto, intentando decidir sobre qué escribir este artículo, cuando me llaman del centro de salud y recibo, por fin, una buena noticia; poca cosa, teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, pero tranquiliza mucho que te digan que “tu ordenador portátil -que dejé en el centro al final de la mañana- se ha sincronizado adecuadamente”, porque eso implica que mañana podré pasar consulta como tengo previsto: a las nueve; en un pueblo de una compañera que está de vacaciones; a las once y media, en un pueblo mío y a la una y media, siempre aproximadamente, en otro pueblo de mi compañera (los pacientes, pacientemente, se ajustarán a los cambios continuos de horarios de consulta).
De no haber sido así, lo que ocurre frecuentemente, mañana comenzaría el día agobiado, llamando a los informáticos para que hicieran el milagro de solucionar el problema rápidamente, pues en caso contrario la mañana se convertiría en un caos difícil de gestionar.
Y es que en el medio rural de Castilla y León Sacyl tiene a sus médicos y enfermeras trabajando con una herramienta informática precaria, obsoleta y defectuosa. Hoy día, además de con nuestro maletín, muchos médicos rurales nos desplazamos con un ordenador portátil en el que están las historias clínicas de nuestros pacientes y, por tanto, la información fundamental e imprescindible para todo acto médico: valoración diagnóstica, emisión de recetas, petición de analíticas y de otras pruebas diagnósticas, derivaciones a otros especialistas, burocracias múltiples (partes de baja, emisión de informes varios, visados de recetas -que ya no los hacen los inspectores, porque para eso, y para lo que haga falta, estamos los médicos de Atención Primaria-…).
Pero este ordenador no está conectado a la red, y para ver una radiografía, o un resultado de Microbiología, o pedir a Inspección que tenga a bien autorizar el visado de una receta y posteriormente imprimirla, con o sin pegatina, o consultar la historia hospitalaria de un paciente, o ver el correo electrónico corporativo de Sacyl, o la página web de la Junta -a poco más podemos acceder, pues nos han restringido el acceso a internet-… para todo eso, y más, tenemos que ir al centro de salud y conseguir un ordenador fijo que este libre, lo cual al principio y al final de la jornada no es tarea fácil. ¡Ah! Y hay que sincronizar el chisme éste, como mínimo, cada seis días, porque si no se bloquea.
Ya sé que hay temas mucho más importantes, pero hoy me conformé con esta pequeña buena noticia.
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