Es pediatra de Atención Primaria -ejerce en el centro de salud de Pizarrales, en Salamanca- y uno de los mayores expertos en asma del país. Su nombre figura en el equipo de coordinadores de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA), un documento de referencia en este ámbito. Coincidiendo con el Día Mundial de la enfermedad, el doctor Javier Pellegrini Belinchón ofrece en esta entrevista algunas claves sobre esta patología de creciente prevalencia, contribuyendo a desmontar algunos mitos que la asocian a una vida con limitaciones.
Precisamente el asma y su abordaje estarán muy presentes en el programa del 30º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), que el próximo mes de octubre reunirá en Salamanca a más de 1.000 pediatras y médicos residentes. El doctor Pellegrini, vicepresidente de esta sociedad científica y responsable del comité organizador del encuentro, avanza también algunas de las novedades más destacadas de esta relevante cita.
Desde el punto de vista de la Pediatría, ¿qué datos de incidencia de asma se manejan actualmente?
Sabemos que, con variaciones geográficas importantes, el asma infantil afecta en España a una media del 10% de los niños. La prevalencia es más elevada en zonas costeras como Asturias y menor en Castilla, pero esa es la media. Según los estudios International Study of Asthma and Allergies in Childhood (ISAAC) realizados entre 1994 y 2002, la prevalencia ha aumentado en niños de 6-7 años y se ha mantenido estable en adolescentes de 13-14 años. En el momento actual está en fase de financiación el Estudio GAN (Global Asthma Network), un estudio internacional en el que participan 343 centros de 123 paises de los cinco continentes. Uno de esos centros es Salamanca, y el equipo de investigación, formado por pediatras hospitalarios y de Atención Primaria, está liderado por mí como investigador principal. El estudio, como los ISAAC, se realizará el año que viene en colegios, haciendo encuestas a niños de 6-7 años y a sus padres, y también a adolescentes de 13-14 años. Este análisis nos permitirá conocer la evolución actual del asma en estas edades en todo el mundo. Por lo que respecta a nuestra provincia, tenemos datos concretos del Estudio Internacional de Sibilancias en Lactantes (EISL), en el que ha participado Salamanca, donde la prevalencia de sibilancias recurrentes (más de tres episodios en el primer año de vida) o asma en el primer año de vida es del 11,6%.
¿Es difícil diagnosticar el asma en niños?
El diagnóstico del asma es clínico, y en niños mayores es preciso que los estudios funcionales respiratorios (espirometría con prueba de broncodilatación) sean positivos. Son pruebas que difícilmente se pueden realizar a los niños antes de los 6 años; aunque algún estudio apunta edades más tempranas, es realmente difícil. El diagnóstico en lactantes y preescolares es clínico. Pero es fundamental que se realice el diagnóstico para que una parte muy importante de estos niños se beneficie del tratamiento de base del asma.
¿Existe algún síntoma claro de sospecha?
Tos de predominio nocturno, sibilancias (pitos), respiración dificultosa, opresión torácica en niños mayores…
¿Cuáles son las posibilidades terapéuticas actuales frente al asma y su eficacia?
En el momento actual, el asma no se cura, pero tenemos un arsenal terapéutico muy importante para que el niño pueda hacer una vida normal, jugar, hacer deporte, no tener despertares nocturnos… En fin, para que el niño pueda ejercer de niño. Hay una frase que los pediatras odiamos especialmente: “Rubén, no corras, que te da la tos…”. Tenemos los medios suficientes para que Rubén corra como el resto de los niños. Independientemente del farmacológico, una parte fundamental del tratamiento es la educación sobre asma, que incluye muchos factores, como la comprensión de la enfermedad, la diferenciación de fármacos de mantenimiento con respecto a los de rescate de una crisis, la evitación de precipitantes o las habilidades con los sistemas de inhalación, entre otros temas…
En este contexto, ¿qué limitaciones tiene un niño con asma? ¿Es posible que lleve una vida normal?
La inmensa mayoría de los niños con asma pueden y deben hacer una vida normal, sin limitaciones. Ese es el objetivo del tratamiento del asma y el lema de los últimos años del Día Mundial del Asma. Naturalmente, un niño alérgico al polen deberá evitar las concentraciones de pólenes o ir al campo los días de más polinización, pero esa es una parte de la educación para su tratamiento. Incluso en asmas graves, en el momento actual se puede conseguir, en la mayoría de los casos, que los niños puedan hacer una vida normal.
¿Qué papel juegan los padres en el control del asma de un niño?
Es fundamental. En periodo de lactante, preescolar y escolar, serán los responsables máximos del control, en comunicación constante con el personal sanitario. Según el niño va creciendo y acercándose a la adolescencia, es necesario que éste vaya asumiendo progresivamente la responsabilidad sobre su enfermedad.
Desde hace años, el lema del Día Mundial del Asma es Puedes Controlar tu Asma, con el que se trata de apelar a la necesidad de implicar a los afectados en el control de la enfermedad. ¿Es todavía una asignatura pendiente?
Sí. Es necesario un esfuerzo de educación de los pacientes asmáticos y sus familias para que comprendan su enfermedad; solo con la adquisición de conocimientos y habilidades podrán tener una vida cada vez más autónoma y adquirir progresivamente cada vez más responsabilidad sobre su enfermedad. Para ello, no podemos olvidar que los profesionales de Atención Primaria -pediatras, médicos de Familia y personal de Enfermería- somos los más cercanos, accesibles y estamos en el lugar idóneo para realizar esta educación.
¿Por qué se decidió impulsar una cuarta edición de la Guía española para el manejo del asma?
Todo conocimiento científico es necesario actualizarlo a la luz de los nuevos estudios y descubrimientos. La GEMA no había tenido una revisión en profundidad desde el año 2009, y era necesario actualizarla con los últimos aportes para el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad.
La nueva guía se denomina GEMA 4.0 y permite su renovación constante. ¿Se producen tantos cambios en el abordaje del asma como para que la publicación necesite una actualización frecuente?
Efectivamente, esta semana se acaba de publicar la GEMA 4.1; hay cambios mínimos en adultos y no hay en niños, pero en el momento actual, en el que ya no se depende del papel, se dan las circunstancias idóneas para no permitir que pase mucho tiempo para incorporar a las Guías de Práctica Clínica los últimos avances de una forma ágil y rápida. Esa es la vocación de la GEMA 4.0. Su renovación y actualización constante.
La guía ha conseguido el consenso de 13 sociedades científicas y más de 100 expertos. Además de este logro, ¿cuáles son los valores que diferencian este documento de otros similares, si es que los hay?
Su permanente actualización. La incorporación a la Guía de pediatras de Atención Primaria, farmacólogos, otorrinolaringólogos, médicos de Urgencias y la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermedades Respiratorias (FENAER) -los pacientes también tienen mucho que decir sobre el control de su enfermedad- sumados a las asociaciones científicas que ya estaban, neumólogos y alergólogos infantiles y de adultos, médicos de Familia… aportan a la nueva GEMA un valor añadido.
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Infantil (SEICAP) ha asegurado que se siguen usando las mismas herramientas de diagnóstico y tratamiento frente al asma que hace una década. ¿Existe actualmente algún reto en este sentido?
El avance es fundamental. En los últimos años, probablemente debido a la crisis, una parte importante de los recursos en investigación han disminuido, cuando no desaparecido. Necesariamente hay que seguir con la investigación y buscar medios para intentar lo que hoy no conseguimos, la curación de la enfermedad. Mientras tanto, es necesaria la investigación en nuevas moléculas que mejoren el control de la enfermedad.
Precisamente el asma forma parte de los contenidos del 30º Congreso Nacional de la SEPEAP, que se celebrará en Salamanca en octubre. ¿Por qué esta enfermedad es de presencia obligada en este tipo de citas?
El asma es la enfermedad crónica más prevalente en la infancia. Se considera que alrededor del 95% de los niños con asma presentan asma leve. Solamente en el 5% es moderada o grave. La inmensa mayoría de los niños con asma se pueden controlar en Atención Primaria, independientemente de que la colaboración entre Pediatría Hospitalaria y Atención Primaria es fundamental en estos niños. En muchos casos es necesario un estudio alérgico, y cuanto mayor sea la gravedad del asma, el control será más asumido desde el hospital. Independientemente de que siempre el profesional más cercano y accesible es el pediatra en el centro de salud.
¿Cuáles son los objetivos del congreso?
Claramente, el principal es la formación continuada de los pediatras que trabajan en el ámbito de la Atención Primaria, pero a un congreso nacional es importante llevar los nuevos conocimientos, actualizaciones y novedades que se han conseguido durante el último año en nuestra especialidad. También hay un apartado dirigido a médicos residentes de Pediatría, que incluye talleres para la adquisición de habilidades prácticas que creemos que son fundamentales en la formación de los pediatras.
Existe ya un programa preliminar. ¿Qué contenidos destacaría, además del bloque sobre el asma?
Hay diez talleres sobre exploración oftalmológica, ECG, Neurología, Traumatología, Radiología, la utilización de fórmulas magistrales en Pediatría…; dos mesas redondas sobre alteraciones en la piel de enfermedades sistémicas y otra sobre transtornos neurológicos no epilépticos; dos sesiones de controversia donde se defenderán posturas enfrentadas sobre la conveniencia o no de la escolarización precoz con la visión de un pediatra experimentado y una profesora de educación de la Universidad y otra sobre el tratamiento del trastorno de déficit de atención y quién debe hacerlo. Además, se han programado seminarios sobre los últimos conocimientos de enfermedades metabólicas y enfermedades raras o de Pediatría Social. También hemos incluido Encuentros con el Experto para hablar de los nuevos componentes de las leches infantiles y fórmulas especiales y tres sesiones de casos clínicos interactivos, donde, a través de las nuevas tecnologías, los asistentes puedan participar en los diagnósticos y el abordaje de casos en Urgencias, de trastornos digestivos o endocrinológicos. En fin, es un programa ambicioso, ágil, práctico y pensamos que muy completo.
¿Alguna novedad con respecto a anteriores ediciones?
Muchas. Hemos cambiado totalmente la estructura del congreso para hacerlo mucho más ágil, práctico y participativo. Habrá sesiones simultáneas donde los ponentes tendrán que competir por la audiencia. Se podrá asistir a cuatro talleres prácticos, en lugar de a dos, como en otras convocatorias. En tiempos de crisis hay que estimular la imaginación para conseguir más cosas con menos medios.
¿Cuál es la estimación de participantes?
Esperamos conseguir la asistencia de 1.000 pediatras y médicos residentes de Pediatría.
Es la segunda vez que Salamanca acoge la celebración del congreso. ¿Existe alguna razón para repetir sede?
Salamanca es una ciudad especial. Tiene una calidad de Pediatría de Atención Primaria de las más avanzadas del país. El Hospital Universitario es Nivel 4, el único de la Comunidad de Castilla y León, entre otras cosas, porque tiene la mayoría de las especialidades pediátricas y a un muy alto nivel, y es centro de referencia de otros hospitales y provincias de otras comunidades. La Universidad está actualmente muy implicada con la Atención Primaria, con estudiantes en muchos centros de salud y prácticamente en casi todas las consultas de Pediatría. La ciudad es preciosa, está cercana a Madrid, ha mejorado en los últimos meses sus redes de comunicación, contamos con más de 4.000 plazas hoteleras de 4 estrellas… Quien no ha venido a Salamanca quiere hacerlo, y el que ha venido desea volver. Esperamos una gran afluencia de pediatras y que queden satisfechos.
En su opinión, ¿cuáles son los principales retos actuales de la Pediatría en Atención Primaria?
Probablemente, en el momento actual ya no sean necesarias tantas revisiones del Programa del Niño Sano, y esto debe permitir al pediatra asumir más responsabilidades en el control de enfermedades crónicas. Los tiempos y las necesidades cambian, y la Pediatría debe evolucionar. Es importante también la implicación de los pediatras y la Enfermería de Atención Primaria en aspectos psicosociales y de apoyo a las familias.
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