La Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria solicita la inmediata apertura de las urgencias de los centros de salud y “la urgente contratación de más especialistas”, según destacan en un comunicado. Al respecto, insisten en que desde que se han cerrado las Urgencias en los centros de salud, los pacientes se han visto obligados “a sufrir listas de espera para acceder a sus médicos de familia de hasta una semana y más”.
En los últimos meses, tras el cierre de los puntos de urgencias de los centros de salud y la no contratación de personal para las sustituciones, con acumulaciones de cupos por parte de médicos y enfermeras de los centros de salud, se han ido evidenciando perjuicios importantes para los pacientes y para los profesionales, según apunta en un comunicado la Sociedad Castellano y Leonesa de Medicina Familiar y Comunitaria. “Los pacientes se han visto obligados en no pocas ocasiones a sufrir listas de espera para acceder a sus médicos de familia de hasta una semana y más”, argumentan, y esos pacientes que tienen dificultad para acceder a su médico de familia “no cuentan con puntos de urgencias en Atención primaria y se ven abocados a acudir a los servicios de urgencias hospitalarios”. Desde esta Sociedad, creen que los servicios de urgencias, de por si sobrecargados, y más en época de epidemia de gripe, “han llegado a un punto de saturación lamentable”. E insisten en que los profesionales de los centros de salud tienen que atender un excesivo número de pacientes por día, “con una sobrecarga y estrés personal significativo cuando se ven obligados, no solo a pasar consulta a sus propios pacientes, sino también a los pacientes de los profesionales ausentes por vacaciones o enfermedad”. En este sentido aseguran que todo esto “puede conllevar serio deterioro en la calidad y seguridad asistencial”.
Asimismo recuerdan que múltiples estudios demuestran que cuando la lista de espera en Medicina de Familia sobrepasa los dos días se rompe la necesaria longitudinalidad de la atención y se terminan sobrecargando los servicios de urgencias. Por el perfil epidemiológico de los pacientes atendidos en los centros de salud urbanos de esta Comunidad Autónoma, la media de pacientes por médico de familia debería encontrarse entre 1.200 a 1.500, y sin embargo, “un importante número de cupos urbanos de Castilla y León superan los 1.800 habitantes por médico de familia”, precisan, con el agravante de que el marco legal de la Comunidad establece que no debe haber más de 1650 habitantes por médico. “Y esto es aún más grave cuando estamos en una Comunidad cuyas unidades docentes de medicina familiar y comunitaria son consideradas de las mejores de España y forman anualmente, con dinero público, a muchos especialistas en medicina familiar y comunitaria que no son contratados y están en el paro, o con empleo muy precario o tienen que emigrar”.
La Sociedad Castellano y Leonesa recuerda que la acumulación de pacientes de diferentes cupos en un centro con una plantilla mal dimensionada “es inasumible y mucho menos cuando la incidencia de la patología aguda propia de la estación se suma a una base de morbilidad nada despreciable”. Al respecto, recuerdan que existen sólidas evidencias que demuestran el impacto de la Atención Primaria sobre las tasas de mortalidad, morbilidad, gasto de medicamentos, satisfacción y, “si disminuyes el acceso al médico de familia, si no hay tiempo suficiente para atender a nuestros pacientes cada día más complejos, la asistencia se desplaza a lugares dónde se es por fuerza menos eficiente”.
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