Para aquellos casos en que las medidas dietéticas y nutricionales no son suficientes, existen alternativas terapéuticas que pueden ayudar y complementar el tratamiento médico.
Una de estas alternativas es el balón intragástrico endoscópico (BIE). El balón intragástrico es un globo suave, expansible y resistente de silicona que se coloca desinflado, endoscópicamente, en el estómago. Una vez introducido, se llena con una solución salina estéril y se deja flotando libremente, de forma que provoca una sensación de plenitud y saciedad. El gran valor del balón intragástrico o balón gástrico es que obliga a regular la cantidad de ingesta. De este modo, evita que se coma en exceso y ayuda a seguir una reeducación dietética determinada para adquirir unos hábitos nutricionales adecuados que, además de conseguir perder peso, faciliten seguir manteniendo el peso perdido una vez retirado el balón.
Este tratamiento está indicado en aquellos casos de pacientes que, después de haber seguido múltiples tratamientos dietéticos y/o farmacológicos, no hayan conseguido una reducción significativa de su peso, principalmente en aquellos casos de obesidad moderada y algunas situaciones de sobrepeso y obesidad leve. Al tratarse de un procedimiento seguro, sencillo, rápido y sin efectos adversos, se realiza con carácter ambulatorio (sin ingreso hospitalario) y bajo sedación profunda, por lo que el paciente no siente ninguna molestia ni dolor. El balón se mantiene dentro del estómago durante seis meses. Una vez concluido este periodo, su extracción es igual de segura y sencilla.
Aunque no se puede garantizar una determinada pérdida de peso, la tasa de buenos resultados oscila en torno al 80% de los pacientes tratados, con una media de reducción de peso entre 15 y 20 kilos. Esta cantidad es variable según las características y el correcto seguimiento de cada persona, por lo que pueden conseguirse resultados inferiores o incluso superiores (hasta 30 kg).
Se trata de un tratamiento seguro, y las complicaciones son mínimas e infrecuentes. Es imprescindible que el paciente tenga voluntad y responsabilidad para que los seis meses que dura el tratamiento le sirvan como incentivo y motivación para reeducarse en sus hábitos alimenticios y su estilo de vida, ayudándolo así a mantener el peso perdido. En este sentido, es aconsejable plantearse un programa de mantenimiento del peso perdido controlado por especialistas en Endocrinología, Nutrición, Dietética y/o Psicología, si se precisa.
*Josep Merlo Mas es gastroenterólogo y miembro de Saluspot
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