Desde tiempos inmemoriales el ser humano, por naturaleza, quiere conocer y buscar la explicación de los sucesos que acontecen en el medio donde vive. En musicoterapia se nos plantea lo mismo: ¿cómo podemos mejorar nuestra intervención terapéutica, qué tipo de técnicas o metodologías son las más acertadas para determinados tipos de tratamiento y/o pacientes?
El avance en la investigación sigue siendo un objetivo fundamental para nuestro colectivo, sin embargo, si comparamos los estudios científicos realizados con otras profesiones afines, a la musicoterapia aún le queda camino por recorrer.
En el pasado, y todavía en la actualidad, muchos analizan la influencia de la música sobre el estado anímico y comportamental en las personas; este tema ha originado gran curiosidad y ha sido estudiado por muchos profesionales de diversas especialidades, hasta el punto de cambiar aquella creencia de poderes mágicos y sobrenaturales de la música por respuestas científicamente fundamentadas.
La investigación se considera una actividad humana con el fin de obtener nuevos conocimientos que arrojen posibles soluciones a los conflictos planteados. Pero no puede hacerse de cualquier forma; para que tenga validez y fiabilidad se debe organizar y seguir una serie de pasos preestablecidos a través del método científico. Afortunadamente, hay muchos tipos de investigación disponibles, pero en esta ocasión no me detendré en ellos. Hoy quiero que sepas por qué y para qué vale la pena investigar en musicoterapia.
Su escueta historia en el ámbito del conocimiento científico no debe paralizar nuestra curiosidad intelectual para llevarlo a cabo. Somos profesionales de la salud, y las personas que llegan a nuestra terapia necesitan tratamientos específicos y eficientes para su recuperación; necesitamos explicar qué es lo que sucede, cuáles son las adaptaciones realizadas, los pronósticos, entre otros… La mejor forma de saberlo es mediante la intervención y la evaluación del caso.
El musicoterapeuta George Duerksen, allá por el año 1968, manifestó que el “avance del conocimiento de la práctica de musicoterapia depende de la calidad de la investigación realizada y de su uso por parte de los terapeutas”; esto sigue vigente hasta hoy, y lo tenemos que tener siempre presente.
La investigación es un proceso que tiene repercusiones directas en la práctica musicoterapéutica, debido a que la herramienta musical utilizada genera reacciones de todo tipo en los pacientes. Saber y comprenderlas nos facilitará la elección de dinámicas sonoras apropiadas.
Otro aspecto es la importancia de evaluar la efectividad de las intervenciones con diversos trastornos. Los métodos y técnicas no son iguales para todos los colectivos, por lo tanto, el estudio específico de las respuestas conseguidas enriquecerá y dotará al musicoterapeuta de mejores conocimientos. Según la literatura consultada, los hallazgos encontrados a partir de la investigación científica en musicoterapia ayudan a perfeccionar o cuestionar las teorías existentes y a diseñar otras nuevas para mejorar la práctica.
La utilización de la música como recurso terapéutico puede ser más eficaz o no, teniendo en cuenta varios determinantes, como el encuadre, las diferentes condiciones en las que se lleva a cabo, la experiencia del/la profesional, la evaluación continua y la investigación. Por eso, no sólo hay que intervenir terapéuticamente, sino también averiguar qué ha pasado y publicarlo a través de artículos científicos con el fin de aportar y compartir conocimiento con el resto de la comunidad musicoterapéutica y demás profesionales de la salud. Esto es igual de importante que el diseño de cada tratamiento y la detección de objetivos prioritarios.
Debemos mostrar de una manera sistematizada y rigurosa cuáles son los beneficios. Si queremos que el gobierno y los demás profesionales sanitarios nos reconozcan como profesionales de la salud, una de las tantas cosas que tenemos que hacer es desarrollar este tipo de documentación, estoy segura de que redundará en mejores tratamientos y en una mayor confianza por la musicoterapia.
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