El Consejo General de Dentistas de España (CGCOE) ha querido alertar a la población sobre “la proliferación de publicidad engañosa y poco ética en la que se ofrece a los pacientes precios muy económicos para unos supuestos tratamientos, cuando en realidad la tarifa corresponde a una parte del mismo”.
De esta forma, cuando se cobra al paciente por el tratamiento completo, el coste no es el mismo que el anunciado, según asegura la entidad en una nota de prensa, en la que avisa de que este tipo de prácticas son habituales “en algunas franquicias dentales donde se ofrecen implantes muy baratos, pero que ocultan en la letra pequeña una serie de costes adicionales correspondientes a prestaciones clínicas necesarias en el tratamiento, y que no están incluidos en el precio publicitado”.
Ante esta situación, el CGCOE aconseja a los ciudadanos que, para evitar sorpresas desagradables en la factura, “desconfíen de todos los tratamientos que se anuncien a precios muy económicos precedidos de la preposición desde”, o de aquellos que estén “acompañados de asteriscos”. Y en aquellos casos en los que la letra pequeña sea ilegible, añade, “deberá exigirse a la clínica la información a un tamaño adecuado para su lectura”.
Asimismo, los especialistas recuerdan que, antes de someterse al tratamiento, el paciente deberá solicitar un presupuesto detallado con el precio final del procedimiento completo, y recomiendan “que sea un dentista, y no un comercial, quien lo explique, aclare las posibles dudas y proponga las distintas alternativas clínicas para solucionar el problema de salud del paciente”.
Criterios clínicos para promocionar servicios sanitarios
Del mismo modo, el Consejo General advierte de que en este tipo de publicidad también se suelen anunciar algunas prestaciones como gratuitas, cuando en realidad forman parte del tratamiento y normalmente no suelen cobrarse, como quitar los puntos de sutura. Por estos motivos, la organización colegial insiste en que la promoción de servicios sanitarios “debe estar regulada mediante criterios rigurosamente clínicos y que, con el fin de proteger el derecho a la salud de la población, en la publicidad sanitaria debe prevalecer siempre la ética y deontología de la profesión, ofreciendo al paciente una información rigurosa, veraz, comprensible y prudente, basada en el conocimiento científico”.
Además, subraya que la práctica profesional “debe estar orientada a las necesidades de salud y bienestar de la población, y no a intereses mercantilistas”, y recuerda que la actividad sanitaria “es esencialmente distinta al resto de actividades”, por lo que su publicidad “debería estar regulada de forma mucho más estricta para evitar que los pacientes reciban una información que pueda ser engañosa o deficiente, con el consiguiente perjuicio para su salud”.
A este respecto, los odontólogos destacan que la publicidad engañosa “es un delito en nuestro país, junto con el cual se podría incurrir también en otra serie de delitos, como el de estafa, el de lesiones o el delito contra la salud pública”; de ahí la importancia “de que las instituciones competentes, junto con organización colegial, adopten las medidas necesarias para que la regulación de la publicidad sanitaria sea mucho más rigurosa, con el fin de proteger la salud y derechos de la población”.
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