El Centro Nacional de Epidemiología (CNE) ha publicado un informe sobre la prevalencia de las denominadas infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS) en el que se pone de manifiesto que alrededor del 7% de los pacientes hospitalizados en nuestro país durante los años 2018 y 2019 contrajeron una infección durante su ingreso.
En la encuesta y el análisis de los datos que fundamentan el documento participaron 313 hospitales, con un total de 60.436 pacientes ingresados en 2018, y 311 centros con 60.152 pacientes en 2019.
Como se explica desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), las IRAS son infecciones causadas por diversos microorganismos que surgen en el ámbito sanitario, normalmente centros sociosanitarios y en hospitales; en este último caso, también se denominan nosocomiales. Muchas de las bacterias causantes son resistentes a los tratamientos que tratan de combatirlas, por lo que su vigilancia y la optimización del uso de antibióticos resulta cada vez más importante.
En este marco, las encuestas de prevalencia realizadas en 2018 y 2019 para llevar a cabo el informe publicado ahora confirman que las IRAS son un importante problema de salud pública en España, que mantiene prevalencias superiores a las publicadas por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), aunque en los últimos años se observa una tendencia decreciente.
Este estudio, que describe la epidemiología de estas infecciones en los hospitales españoles y establece una radiografía estimada del perfil de personas que más las sufren, refleja que el 7,2% de los pacientes ingresados en 2018 en los centros participantes presentaron al menos una infección relacionada con la asistencia sanitaria, porcentaje que se redujo hasta el 7% al año siguiente, la cifra más baja de la última década. Sin embargo, España todavía registra indicadores por encima de la media en Europa, estimada en el 5,7%. En ambos años, el 10% de los pacientes presentaron más de una infección nosocomial.
Los microorganismos aislados con mayor frecuencia fueron, por este orden, Escherichia coli (causante de infecciones urinarias, quirúrgicas, etc.); Staphylococcus aureus (bacteriemias, entre otras); Pseudomonas aeruginosa (neumonías); Klebsiella pneumoniae (bacteriemias, infecciones urinarias, etc.) y Enterococcus faecalis (infecciones urinarias y quirúrgicas). Con respecto a las resistencias antimicrobianas, el porcentaje más alto se observó para la combinación de la bacteria Acinetobacter baumannii con el tratamiento antibiótico con carbapenemas.
El informe también señala que los tipos más comunes de infección relacionada con la asistencia sanitaria fueron las de localización quirúrgica (que representaron más del 27% de todas las IRAS en 2018 y el 26,2% en 2019), seguidas de las infecciones respiratorias (19,9% y 19,7%, respectivamente), las del tracto urinario y las bacteriemias e infecciones asociadas a catéter.
Perfil del paciente afectado
Según explica el informe, los pacientes varones de entre 40 y 64 años con una gravedad considerada tardíamente fatal (según criterios McCabe), con más de dos factores de riesgo, utilización de dispositivos invasivos (personas intubadas, por ejemplo) e ingresados en UCI o en hospitales muy grandes presentan una mayor prevalencia de IRAS en España.
Las unidades de cuidados intensivos registraron en 2018 y 2019 los indicadores más altos de pacientes con IRAS (20%), mientras que los servicios quirúrgicos, de crónicos o rehabilitación también muestran prevalencias mayores al 7% global.
“Conocer estas características epidemiológicas permite la identificación de pacientes en riesgo en los que poder centrar y mejorar los esfuerzos de prevención de estas infecciones”, explican las autoras del informe, liderado por Pilar Gallego y Virginia Arroyo, responsables de la Unidad de IRAS del CNE. Además, añaden, el conocimiento y estudio de los medicamentos antimicrobianos que reciben los pacientes ingresados “nos permite también identificar otras claves para establecer mejoras, como puede ser la frecuente administración por vía parenteral o el uso creciente de antimicrobianos de amplio espectro”.
Las autoras han señalado que la evaluación ha podido realizarse gracias a la gran labor que desarrollan los servicios de medicina preventiva en la recogida de la información. El estudio es un trabajo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) del ISCIII, en el marco de los acuerdos establecidos con la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).
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