Suele comenzar sus hilos con una pregunta cuya respuesta va desgranando de forma sencilla y comprensible, dejando pedazos de realidad que estremecen, porque tras ellos se vislumbra lo que verdaderamente hay detrás de declaraciones y balances en los que se cuentan por miles y millones casos de enfermedad y muerte que ya ni nos inmutan, dormida nuestra capacidad de horrorizarnos bajo la anestesia de las frías cifras.
"¿Cuál es la situación de los hospitales en esta tercera ola de la covid-19?", expone ahora este profesor titular del Departamento de Medicina de la Universidad de Salamanca e investigador del IBSAL, aunque él prefiere replantear la cuestión y proponer un planteamiento diferente: "¿cuándo podemos empezar a hablar de colapso hospitalario o cuánta sobrecarga asistencial podemos soportar y a costa de qué".
Aprovecha para lanzar un mensaje que incluye un elogio –a sus compañeros y compañeras– y una advertencia que se intuye dirigida a la población y a los gestores de la crisis: "Vaya todo mi aplauso y ánimo para los profesionales sanitarios que mantienen a flote, ya ni se sabe cómo, este barco destartalado por la tormenta que es el SNS. Parece imposible, pero todavía hay capacidad de respuesta, aunque también es inevitable que ya sin ningún entusiasmo".
El especialista en Medicina Interna del hospital salmantino confirma que la situación actual "es muy complicada", porque ya se registran "indicadores peores que los del pico de la segunda ola, el ascenso de casos ha sido mucho más rápido" y también el incremento de ingresos hospitalarios. "Todo esto conlleva, de forma inevitable, una mayor enfermedad y una mayor mortalidad por covid, pero también una peor atención a los pacientes no-covid, porque las camas de UCI se llenan, hay que ocupar las camas de UCI extendida y se produce una saturación y casi un colapso hospitalario en muchos puntos de España", explica el Dr. Marcos.
Ahonda en esta circunstancia con un ejemplo obvio, pero que no siempre se tiene presente a la hora de entender por qué empeora la asistencia que se presta a pacientes con otras patologías si se disparan los contagios de coronavirus: "Si una cama de Reanimación está ocupada por un paciente con covid-19, es un quirófano menos, y si un médico está en zona COVID, no podrá estar en consulta".
"Todo ello produce, inevitablemente, una mayor mortalidad general", continúa el internista, que apela de nuevo a la responsabilidad y a la colaboración para detener el drama: "¿Cuánto va a durar esta tercera ola? Igual que los casos han subido muy rápido, también pueden bajar rápidamente, pero por lo menos las próximas dos semanas van a ser muy complicadas, y para que esto mejore tenemos que reducir al máximo las interacciones sociales y la movilidad fuera del hospital, para conseguir reducir los contagios y, por tanto, también los casos graves y los ingresos hospitalarios".
Según los últimos datos oficiales, 1.535 personas con covid-19 permanecen ingresadas en los hospitales de Castilla y León, siendo el de Salamanca el segundo con un mayor número de hospitalizaciones en planta (202), después del leonés (208). Solo entre el jueves y el viernes ingresaron 124 afectados en los centros asistenciales de la Comunidad. Además, 209 pacientes con coronavirus son atendidos en las UCI de la región, que están en un nivel de ocupación altísimo, con el 63% de media, aunque en algunos casos se roza o incluso se supera el 100%, como ocurre en Palencia, en El Bierzo o en el Río Hortega de Valladolid.