La población salmantina es consciente de la necesidad de espacio, de camas de hospitalización, de camas UCI y de profesionales para poder afrontar otra pandemia de las características de la COVID-19.
Dentro de las exigencias del Ministerio de Sanidad para la desescalada, se hacen unas valoraciones para encarar una nueva pandemia. El criterio es la necesidad de disponer de entre 37/40 camas por cada 10.000 habitantes, unas 1.221/1.320 para Salamanca, de las que sólo dispone de 828 en la Sanidad pública.
En el caso de camas UCI, se necesitarían entre 48 y 64, disponiendo en el hospital nuevo de 28, eso sí, haciendo un sobresfuerzo se llegaron a tener 93 camas en UCI extendidas en diversos departamentos que se adaptaron.
La cuestión es si después de vivir lo vivido, de conocer las necesidades en personal y camas, no se va a tomar ninguna decisión o no se va a modificar la voluntad de demoler el Hospital Clínico. A los salmantinos nos parece absurdo que se gaste el dinero de todos en demoler un edificio que aún es útil y que, remodelando lo deteriorado por dejadez de la Administración, continuaría dando un gran servicio a los ciudadanos de la provincia y a las de referencia.
Una costosísima demolición, casi a mano, por la cercanía con el nuevo hospital, millones de toneladas de escombros a reciclar y la construcción de un nuevo edificio hacen pensar que saldría más barato y útil no demolerlo y remodelarlo.
Se me ocurren infinidad de ideas para dar utilidad al Hospital Clínico; seguro que a quien me lee en este momento también. Se doblaría el número de quirófanos para quitar listas de espera, de camas UCI, y se podrían habilitar las camas necesarias en las habitaciones existentes en caso de pandemia. El gran espacio existente daría la oportunidad de albergar el número de consultas externas necesarias, y aún sobraría espacio. En la mayoría de provincias con un hospital de estas características se ha optado por remodelarlo y utilizarlo.
El hospital nuevo lleva años de retraso; si continúa en esa línea –que continuará, por la crisis económica en la que nos adentramos–, no tendremos edificio de consultas hasta dentro de diez años, porque cuando se destruya el hospital ya no habrá marcha atrás y tendremos en su lugar un solar que estará vacío muchos años. Ya no nos engañan con los tiempos. Hemos aprendido la lección, y ningún cuentacuentos político nos va a engatusar nuevamente. Salamanca quiere conservar su Hospital Clínico, quiere darle utilidad cuando el nuevo se abra y quiere tener protegidas las espaldas para cuando un nuevo coronavirus nos ataque.
No podemos olvidar la cantidad de profesionales que hemos necesitado, por haber perdido durante años a casi 300 por los recortes; es hora de tener una Sanidad digna y de gastar el dinero en lo que nos interesa a los ciudadanos, que es proteger nuestra salud dotando adecuadamente de personal la Atención Primaria y el hospital.
Animamos a la ciudadanía salmantina a pensar sobre esto, a los movimientos sociales, a las asociaciones de vecinos, a los profesionales y a quienes nos representan en las instituciones.
Desde Salamanca por una Sanidad Digna se va a hacer llegar a la consejera de Sanidad esta petición, además de diferentes iniciativas que se irán realizando, pero debemos ser todos quienes estemos defendiendo lo nuestro, para que Salamanca tenga la Sanidad que merece. Tú decides.
Muy mal tiene que estar mi casa, para que la tire. Pues lo público lo administraría igual: el espacio ya lo tengo construido: pues redistribuirlo, actualizar aislamiento, mejorar funcionalidad…Todo es posible y más barato que tirar, retirar escombro, aportar materiales, levantar… No podemos tirar un euro. Modestamente.
Con ocasión de una estancia de trabajo en Finlandia en 2011 pude visitar un Centro de Salud y un Hospital, bonitos, modernos, amplios y prácticos. Me comentaron que el Centro de Salud había sido una pequeña antigua fábrica (se notaba el estilo modernista en las columnas de hierro, como los pies de las farolas, muy bonitas) y respecto al hospital, un hospital bastante parecido a nuestro clínico, me dijeron que procedía de la remodelación de otro anterior (habían tirado paredes internas, distribuido los espacios internos, y la fachada limpiada y pintada), y me sorprendió porque parecía recién hecho. Les comenté que en mi ciudad se tiraba uno para hacer uno nuevo y se echaron las manos a la cabeza porque dicen que eso es, por lo menos, 10-20 veces más caro que remodelar. Eso me hizo pensar si no se estaba yendo mucho dinero público inútilmente en construcción de nuestro hospital (de peor calidad que el anterior en muchos aspectos) …, y en España, en general, en algunas comisiones a quienes tienen la tarea de la adjudicación de obra pública … Triste, comparar la responsabilidad social de otros países con la de España.