El suyo ha sido uno de los aterrizajes menos confortables que se recuerdan en el Hospital Universitario de Salamanca. Prácticamente sin tiempo para arrellanarse en el sillón de la Gerencia de Atención Especializada, del que tomó posesión hace justo ocho meses, a Rafael López Iglesias le dio la bienvenida un conflicto laboral que desembocó en una densa marea ciudadana que ha tenido dos réplicas más. Pese a todo, su balance es positivo y asegura que se han producido importantes resultados en este corto periodo de tiempo.
Han pasado ocho meses de su nombramiento. Con la que ha caído en este tiempo en el hospital, ¿se ha arrepentido en algún momento de haber asumido la dirección del Complejo Asistencial de Salamanca (CAUSA)?
No me arrepiento, ni mucho menos. Yo creo que el proyecto que tenemos para el CAUSA y para la Sanidad pública de Salamanca y que yo puedo liderar es un proyecto basado en el futuro, en mejorar la asistencia sanitaria que vamos a prestar a los ciudadanos y, por lo tanto, no me puedo arrepentir, sino todo lo contrario. Estoy muy contento de haber venido a mi casa, a la ciudad donde nací, donde me formé, a la ciudad donde yo creo que puedo aportar, desde un punto de vista de gestión sanitaria, valores que mejoren las prestaciones sanitarias que ofrecemos a los ciudadanos.
Casi desde su llegada ha tenido que enfrentarse a uno de los mayores conflictos vividos en el Complejo Asistencial en los últimos años, que ha incluido tres mareas blancas en defensa del hospital y de la Sanidad pública. ¿Cómo ha vivido estas movilizaciones?
A mis colaboradores y a la gente con la que a veces comparto algunas reflexiones y cuestiones personales fuera de la tensión diaria les digo que creo que nunca he hecho tanto en tan poco tiempo. Llevo algunos años como gestor; como funcionario voy a hacer el trienio número 11, por lo que estoy vinculado a la Administración pública sanitaria desde muy joven, y nunca, en un periodo de tiempo tan corto, hemos tomado tantas decisiones y hemos tenido tantos resultados. Ciertamente, nada más aterrizar en Salamanca se genera un conflicto por algo que yo no negocié, el tema de las plantillas, que había negociado el anterior equipo directivo, y tratamos de reunirnos con los agentes sociales, con los representantes de los trabajadores, para buscar una vía de solución. Ante esa situación se produjo la primera marea blanca, y luego vino la segunda… Pero cuando se convocó ya habíamos llegado a algunos acuerdos importantes con los agentes sociales. De hecho, hoy tenemos en el hospital trabajando a 112 personas más que hace tres meses. Hemos contratado médicos, enfermeras, TCAE, auxiliares administrativos… Ese fue el pacto al que habíamos llegado con los agentes sociales. Por lo tanto, la primera marea blanca, que fue muy importante, tuvo su razón de ser. En la segunda, la Junta de Personal ya se desvincula, y yo creo que esta tercera marea blanca, que fue mucho menos numerosa, con apenas 1.700 o 1.800 personas –aunque con que vaya una sola persona basta-, tiene otro carácter, y ya no tiene nada que ver con el hospital, sino con otro contexto, con otras situaciones sociales y políticas que se están produciendo en este momento en la ciudad.
Una de las cuestiones que se han expuesto como desencadenantes de estas movilizaciones ha sido la preocupación por la posibilidad de que el hospital pierda su categoría, hasta ahora la más alta de la Comunidad.
Cuando asumí la responsabilidad de gestionar el hospital dije que tenía tres objetivos muy importantes. Uno era el tema de la obra, cuyo desarrollo se habrá visto. Otro, que el hospital fuera el buque insignia de la Sanidad de Castilla y León. La marea blanca habla de la Sanidad pública, y yo soy el mayor defensor de la Sanidad pública; aquí todas las prestaciones son gratuitas, universales, de gestión pública y con financiación pública. Y respecto al tema del cuarto nivel, no hay en Castilla y león un hospital que tenga las dimensiones y la cartera de servicios que tiene el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Este hospital tiene 55 servicios en su cartera, cuenta con más de 4.000 profesionales y con cerca de 300 millones de presupuesto. Eso no lo tiene ningún hospital de la Comunidad; por lo tanto, es el mayor y el más potente hospital de Castilla y León, el buque insignia de la Sanidad de Castilla y León. Durante este periodo de tiempo hemos hecho muchas cosas: hemos aumentado la plantilla, hemos ampliado los presupuestos, hemos invertido en aparataje de media tecnología, que es muy importante para el hospital, y durante este año vamos a invertir casi 5 millones de euros otras cuestiones necesarias para el hospital. Y desde que estoy yo aquí se ha puesto en marcha el PET-TAC, que es de referencia regional; la asistencia ventricular en insuficiencia cardiaca, que es la primera que se implanta en la Comunidad y la quinta en nuestro territorio; vamos a disponer ya del test genómico predictivo en cáncer de mama, para el que ya estamos probando la máquina…
De hecho, el consejero de Sanidad dijo que estaría a disposición de los hospitales de Castilla y León esta misma semana…
Vamos a retrasarlo un poco, porque han surgido unos problemas técnicos de reactivos, de adaptación de la máquina, pero se pondrá en marcha pronto. Calculamos que se realizarán alrededor de 200 análisis al año para toda Castilla y León.
Ésta fue una de las seis prestaciones que anunció el consejero hace justo una semana, dos días antes de la tercera ‘marea blanca’. ¿En qué punto se encuentra la implantación de estos nuevos servicios?
Estamos trabajando ya en el servicio de Radiocirugía Estereotáxica, es decir, que vamos a operar tumores cerebrales sin necesidad de hacer craneotomías. Ya tenemos el concurso en marcha para comprar todo el aparataje, y yo creo que en cuanto pase el verano podremos ponerlo en marcha. Vamos a ofrecer por primera vez Rehabilitación Cardiaca en el hospital, y además vamos a incluir la atención a los niños con patología cardiaca que necesitan rehabilitación, para lo que también va a ser la primera unidad de Castilla y León. Estamos realizando una obra y posiblemente se iniciará en junio.
¿Dónde estará ubicada esta nueva unidad?
Estará en la tercera planta del edificio Materno-Infantil, donde están las consultas de Cardiología. Al lado va a haber un espacio para la rehabilitación cardiaca, que será una prestación ambulatoria. Estamos ahora con el concurso para la dotación del aparataje y con una pequeña obra. También estamos trabajando en la puesta en marcha de un servicio de Cirugía Ortopédica Infantil. Estamos diseñando el proyecto y yo creo que también después del verano, en el segundo o tercer trimestre del año, podremos lanzarlo. Servirá de referencia para toda la cirugía ortopédica infantil de la Comunidad.
¿Y la Unidad de Ensayos Clínicos?
Es un proyecto que ya tenemos definido. La semana que viene tendré una reunión con los responsables de esta unidad, que será la primera Unidad de Ensayos Clínicos en Fase I, es decir, que se trata de medicamentos que se experimentan por primera vez en el mundo, luego vamos a ser referencia también en determinados ensayos. Calculamos que se desarrollarán unos 14 ensayos clínicos al año, y eso es muy importante para nuestro hospital. Se está llevando a cabo en colaboración con el Instituto de Invetigación Biosanitaria de Salamanca (IBSAL). Hay que tener en cuenta que el desarrollo de la investigación en el hospital es impresionante. Estamos ahora mismo en cientos de ensayos clínicos, hay más de 700 investigadores vinculados al IBSAL y tenemos un presupuesto para este año por encima de los cuatro millones de euros. Acabamos de liberar parcialmente a algunos profesionales para que dediquen un tercio de su jornada a la investigación… Estamos haciendo muchísimas cosas en muy poco tiempo. La unidad estará en el Hospital Clínico y tendrá unos espacios propios que están prácticamente definidos.
También se ha anunciado la implantación de un Programa de Seguimiento Ambulatorio y Domiciliario para pacientes trasplantados de médula ósea.
Es un proyecto muy bonito en el que estamos trabajando con los hematólogos. De lo que se trata es de que el paciente trasplantado no esté necesariamente hospitalizado y pueda permanecer, bien en su domicilio, si es de Salamanca, o en algún hotel de la ciudad que nosotros tenemos que conveniar. Los profesionales se desplazarían a su medio para proporcionarles atención domiciliaria. Yo creo que es un proyecto muy interesante desde el punto de vista de la nueva gestión sanitaria. Se trata de evitar el hospitalocentrismo y hacerlo todo más ambulatorio, como lo hemos hecho con muchos procesos. En cirugía, por ejemplo, de las 26.000 intervenciones quirúrgicas que hacemos al año, actualmente más de la mitad son ambulatorias. La idea es avanzar en la ambulatorización y acercarnos nosotros al paciente, facilitarle que esté cuanto antes en su medio, que es su casa.
¿En qué momento está el desarrollo de este proyecto?
Estamos diseñando el protocolo de selección de pacientes y de atención, y yo creo que este proyecto también verá la luz a lo largo de estos meses.
¿Cree que ha sabido escuchar a los profesionales?
Nosotros nos reunimos todos los días con mucha gente y escuchamos.
Pues hay sindicatos que dicen que no se reunía con ellos, que no asistía a las reuniones convocadas…
Bueno, eso fue también un problema. Hoy (por el jueves) tengo una reunión con la Junta de Personal para contarles qué contratos hemos hecho, que proyectos tenemos, cómo van a quedar las vacaciones, para hablar sobre un tema de movilidad interna… Asuntos muy específicos relacionados con los profesionales y con su trabajo. Yo me reuní dos o tres veces con los sindicatos nada más llegar, y lo que pasó es que hubo una reunión a la que fue el equipo directivo yo no, porque estaba en Valladolid. Les sentó muy mal. Y luego hubo otra reunión que convoqué yo, pero a la que no pude ir porque estuve en la cama, enfermo. Les cité después y no quisieron venir. Creo que fue el momento donde más nerviosismo había; fue un momento un poco tenso. Pero dialogo con ellos y me reúno con los sindicatos. Y cuando veo a los representantes sindicales les saludo y, de paso, intercambiamos opiniones.
Una de sus decisiones más polémicas ha sido la de derivar intervenciones quirúrgicas a centros privados de otras provincias. ¿No existía otra alternativa, como las denominadas peonadas o la apertura de más quirófanos?
Cuando yo asumo la gestión del hospital, hago un análisis de nuestra situación presupuestaria, docente, investigadora, de tecnología y recursos, y también hago un análisis de las demoras. Como ya he dicho antes, tenía tres objetivos muy importantes, y dentro de estos objetivos hablé de acortar al máximo el tiempo de respuesta al paciente, no sólo en el área quirúrgica, sino también en las de consultas externas y de pruebas diagnósticas. En el área de pruebas diagnósticas, hemos realizado conciertos para acortar la respuesta en resonancia magnética nuclear, porque teníamos una demora importante, y se están dando resultados. En otras áreas hemos podido utilizar otras estrategias y aumentar los servicios; por ejemplo, en Digestivo hemos incrementado el número de colonoscopias y gastroscopias que hacemos diariamente, y hemos hecho algo parecido en Ginecología, con las ecografías. En consultas externas hemos ampliado el número de pacientes que vemos al día, aunque hay algunas especialidades, como Oftalmología, que me preocupan mucho. Es la que más me preocupa en consultas externas. Y llegaba la Cirugía. Hemos tenido la mala suerte de tener hasta seis anestesistas de baja laboral, luego no hemos aumentado el número de quirófanos, sino que los hemos disminuido. Si no hay anestesistas, no podemos operar. Entonces nos planteamos la posibilidad de hacer un concierto externo, para que nos apoyaran desde el exterior, como se hace en Valladolid, en Burgos, en León… Y como aquí se ha hecho en otras ocasiones; en el año 2011 se operó a más de 700 pacientes en Valladolid. Sacamos un concurso, y se presentaron los centros que están en el CMQ (Convenio Marco Quirúrgico), donde están incluidos los hospitales que pueden operar. Yo no participé en ninguna de las mesas, ni en la económica, ni en la técnica. Se baremaron, se dio la puntuación y salió que los hospitales a los que íbamos a mandar pacientes, según procesos, eran de Zamora, Valladolid, Burgos y Segovia. Nosotros estábamos muy contentos, porque podíamos operar a muchos pacientes y acortar ese periodo de espera, y la verdad es que llevamos alrededor de 1.000 pacientes operados en estos hospitales. Acabamos el 30 de mayo.
Pero muchos han dicho que no querían desplazarse a otras provincias…
Sí, ha habido muchos pacientes que han dicho que no. De cada tres, se ha operado uno y, por lo tanto, dos han dicho que no. Digamos que un 60% se ha negado.
¿Y estos pacientes pasan entonces a la cola en la lista de espera?
No, no. Se mantienen en lista de espera y se les volverá a llamar cuando corresponda para ser operados en el hospital. Lo que también nos dice esto es que la lista de espera tiene un componente que no es tan apremiante. Nosotros hemos dividido la lista de espera en procesos urgentes o preferentes, de preferencia media y no preferentes. Todos los preferentes los operamos en 30 días, y los operamos en el hospital. Luego hay procesos que pueden esperar. Vamos a suponer que hay que poner una prótesis a una persona de 75 años que lleva cinco o seis años con artrosis de cadera. Que espere medio año tampoco es tanta gravedad. Yo soy partidario de operar a todos los pacientes en el hospital. De hecho, los pacientes nos han demostrado que quieren operarse en el hospital, que tienen fidelidad por el hospital, que creen en él. Pero si no podemos hacer las clásicas peonadas, que se quitaron ya hace años, y no podíamos aumentar el número de quirófanos, ni el rendimiento quirúrgico en el hospital, que lo hemos intentado, necesitábamos ayuda externa. Y vamos a seguir haciendo conciertos, lo que pasa es que vamos a tratar de que estos conciertos sean en Salamanca y de que el hospital de Salamanca (la Santísima Trinidad) pueda operar a los pacientes. Aunque en años anteriores, cuando se les ha invitado a ir a este hospital tampoco han querido; preferían operarse en el Complejo Asistencial.
Eso demuestra que los ciudadanos tienen confianza en la Sanidad pública, ¿no?
Tienen confianza en la Sanidad pública, como todos, porque es la mejor Sanidad del mundo. Pero quiero recalcar que estos hospitales a los que derivamos pacientes tienen todas las garantías del mundo.
Los datos sobre la las listas de espera de consultas y pruebas diagnósticas no son públicos. Ha comentado hace unos momentos que se han producido resultados en la reducción de estas demoras y, sin embargo, el malestar en la calle es creciente, porque los ciudadanos perciben que las citas están tardando más que nunca…
Yo creo que ahora mismo tenemos algún problema en ecografías y en alguna consulta… Ya dije antes que en Oftalmología. El resto va en picos; hay consultas que tienen una respuesta muy rápida, otras un poco más lenta… Pero creo que estamos dando buena respuesta. Luego hay que tener en cuenta que éste es un hospital que soporta la friolera de 152.000 urgencias al año, es decir, que todos los días estamos atendiendo casi 500 urgencias en los servicios del Clínico, el Virgen de la Vega y el Virgen del Castañar de Béjar. Tenemos 80 urgencias pediátricas todos los días. Muchas veces la gente busca una alternativa a las demoras. La respuesta se da; nos gustaría hacerlo con mayor premura, pero los recursos son los que son y la demanda es la que es.
¿Qué ha pasado con las Unidades de Gestión Clínica?
Se publicó el decreto y nos aprobaron tres proyectos: el de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Cardiología, el de Cirugía Torácica y un proyecto muy bonito que va a ser único en la Comunidad, junto con un pequeño proyecto que tienen en Soria, que es una Unidad de Gestión Clínica de Enfermería, que es en la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), y que estará liderado por enfermeras. Son los que en este momento están aprobados.
Pero la Consejería de Sanidad anunció que se pondrían en marcha en diciembre. ¿En qué punto está su puesta en marcha?
Eso ya no depende de mí, es una política más a nivel de la Consejería. Yo creo que estamos en el punto de que ya veremos qué hacemos y cuando pasen las elecciones las pondremos en marcha. De momento los proyectos están ahí, se están estudiando y se está tratando de ponerlos en marcha.
Siempre se ha dicho que el Hospital de Los Montalvos está infrautilizado. ¿Existe algún proyecto para potenciarlo?
Vamos a ver, yo creo que Los Montalvos están muy bien utilizados. Tienen un área de Medicina Interna; tenemos allí el desarrollo de una unidad muy importante, que es la de Cuidados Paliativos; tenemos una Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria que también es importante, y además tenemos Psiquiatría. Yo creo que Los Montalvos están perfectamente dotados. Lo que tendremos que analizar es que, si necesitamos expandirnos, lógicamente deberemos hacerlo hacia Los Montalvos, no tenemos otro sitio. Pero, de momento, creo que están muy bien.
Es un poco sorprendente que un hospital del nivel del de Salamanca siga manejando historias clínicas de papel y que su conexión con Atención Primaria sea escasa…
A mí también me sorprende, sí. Estamos luchando para poder tener el Jimena IV…
Pero el programa Jimena ya lleva unos años implantado, ¿no?
Yo llevo aquí ocho meses, que en gestión sanitaria es muy poco tiempo. Estamos trabajando en ello. Tenemos el Jimena en Urgencias, estamos conectados ya al programa Medora de Atención Primaria desde la Unidad de Continuidad Asistencial (UCA)… Yo creo que en la próxima legislatura va a haber una revolución con el tema de la informática en nuestra Comunidad Autónoma. Yo soy partidario de la historia clínica única; no podemos trabajar con el Jimena, con el Medora, con el Gacela… Esto a lo mejor no le gusta a alguien, pero yo creo que tenemos que hacer una historia clínica única, como la tienen otras comunidades autónomas… La idea es unificar toda la historia clínica del paciente en un solo documento.
¿Diría que se está apostando por ello de verdad?
Yo creo que sí. Estamos tratando de establecer redes, de unificar todo el tema de la documentación… Yo creo que tenemos que descartar el papel y unificar la historia clínica. Yo vengo de la experiencia de ser gerente único de Primaria y Hospitalaria –siempre decimos Especializada, pero es Primaria y Hospitalaria, porque los médicos de Primaria también son especialistas de Medicina Familiar y Comunitaria-, y es preciso unificar los sistemas de información; en todo el tema de la tecnología de la información y la comunicación tiene que estar comunicados los profesionales de Primaria y Hospitalaria.
Parece que desde hace algunos años el hospital de Salamanca no está entre los preferidos por los MIR a la hora de elegir plaza. ¿Qué está pasando?
Antes he hablado un poco de la investigación, de cómo estamos, qué presupuesto tenemos, cuántos proyectos e investigadores… Yo me siento muy satisfecho de que el IBSAL, que es un servicio más del hospital, tenga esa trayectoria. En el ámbito docente, el de Salamanca es uno de los hospitales más potentes de España. Ahora mismo hay 300 MIR formándose aquí. Ahora hemos recibido a los 74 que empiezan su formación en Salamanca. A mí me hubiera preocupado que no se cubrieran las plazas, eso sí que me hubiera preocupado.
Pero las plazas siempre se cubren…
Hay hospitales en los que no, y hospitales grandes. Hay que analizar múltiples factores, y el primero es cuántos salmantinos estudian Medicina en Salamanca, porque claro, si yo soy de Madrid, he hecho Medicina en Madrid y saco un buen número, pues me quedo en Madrid. ¿Por qué? Pues por cuestiones personales, materiales… sentimentales, incluso. Hay ejemplos de parejas que se van a formar y que buscan un sitio donde coincidan los dos, teniendo el número que tengan. Y luego influye también la atracción del hospital. Yo creo que tenemos que hacer atractivo el hospital. Ahora mismo tenemos servicios que tienen una capacidad y un futuro increíbles. Yo creo que el año que viene va a haber un área que va a tener una atracción muy importante dentro del hospital, y los estudiantes de Medicina que terminen y aprueben el MIR seguramente querrán venir a formarse aquí, que es Cardiología y Cirugía Cardiaca, que en este momento está teniendo un desarrollo importante. Aunque no quiero decir sólo uno; hay muchos otros servicios: Oncología, Hematología, Otorrinolaringología… Luego existen otros factores, por ejemplo, la capacidad de absorción que tienen las grandes ciudades; Madrid y Barcelona absorben casi 3.000 de los 4.000 o 5.000 MIR. Lo que tenemos que hacer es que el hospital sea atractivo. En la encuesta de satisfacción de los MIR estamos muy bien, se sienten bien formados en Salamanca y tenemos una puntuación fenomenal. Me preocuparía más que no se cubrieran las plazas y que en la encuesta de resultados quedáramos con una nota suspensa, pero estamos en notable, y eso está bien.
¿Cómo definiría estos ocho meses al frente del hospital?
Yo los definiría como ocho meses de mucha tensión, pero de muchos resultados para Salamanca. Han sido meses tensos, más que conflictivos; yo diría meses reivindicativos pero, a la vez, resolutivos, porque estamos consiguiendo muchas cosas en beneficio de los salmantinos y de las 24.000 personas de fuera del Área de Salud de salamanca que vienen a este hospital cada año a recibir asistencia.
¿Está especialmente satisfecho de alguno de estos resultados?
Bueno, satisfecho no sé. Posiblemente, del tema de la obra, que la veo crecer todos los días. Hace una semana paseé con el responsable y el equipo directivo del proyecto, ya dentro de la estructura. Fue un día soleado, subimos a la planta de arriba y yo me sentí muy satisfecho al ver cómo está evolucionando esto. Me siento muy satisfecho cuando hablo con los profesionales que confían en que tenemos que tener un hospital fuerte, potente, pionero, y de dar respuesta a los usuarios; eso me satisface mucho. Y también del hecho de que estemos haciendo cosas: hemos ampliado la plantilla, el presupuesto y tenemos cuatro, cinco, seis servicios pioneros que parecía que eran imposibles de realizar en Salamanca y los estamos realizando para dar respuesta a los salmantinos, a todos los ciudadanos de Castilla y León y, en algunos casos, de fuera.
¿Cómo se afronta este periodo electoral desde la Gerencia?
Seguimos trabajando. Desde un punto de vista de gestión, trabajamos igual que cuando no estamos en un periodo electoral, porque es nuestra obligación. En lo único que confiamos es en que los salmantinos y los castellanos y leoneses entiendan lo que estamos haciendo y que, por lo tanto, sigan confiando en nosotros. Los resultados ahí están, yo no puedo hacer más en tan poco tiempo, es imposible.
¿Alguna incertidumbre por la posibilidad de cambios?
Yo no tengo ninguna. Yo creo que los salmantinos y castellanos y leoneses van a juzgar de una manera favorable lo que venimos haciendo en estos últimos cuatro años.
¿Qué le gustaría haber conseguido cuando deje la dirección del Complejo Asistencial, ya sea ahora o dentro de muchos años?
Mi ilusión y mi deseo es hacer algo parecido a lo que hice donde vine. Yo llegué a un sitio donde las infraestructuras eran obsoletas, antiguas, y me fui con unas estructuras modernas, acordes al siglo XXI. Pues eso es lo que quiero para Salamanca, irme con un hospital nuevo, insignia de la Sanidad, no sólo regional, sino nacional, y que sea un reflejo del esfuerzo de todos: de los profesionales, de los gestores, de los políticos… Y que los ciudadanos puedan disfrutar de las bondades del nuevo hospital. Disfrutar entre comillas, porque venir a un hospital es poco disfrute, salvo en la planta de Maternidad, donde es distinto, porque es el nacimiento, la felicidad, la vida nueva. En el resto, que puedan usar las bondades que va a tener el nuevo hospital, los nuevos quirófnos, las nuevas consultas, las nuevas plantas de hospitalización, los nuevos servicios de Urgencias… Y que los profesionales se sientan a gusto en un hospital moderno, donde tengan una tecnología adecuada, donde las comunicaciones sean las adecuadas y donde puedan desempeñar su trabajo asistencial, docente e investigador de una manera adecuada. Es la ilusión que uno puede tener.
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