Las vitaminas son nutrientes necesarios que nuestro cuerpo necesita para crecer y desarrollarse con normalidad.
La mejor forma de obtener suficientes Vitaminas es mantener una dieta equilibrada con alimentos variados que nos aporten las funciones específicas de cada una de ellas, porque su déficit nos puede acarrear problemas de salud.
En determinadas ocasiones, se puede acudir a la ayuda de tiendas especializadas, como Holland & Barrett España, para adquirir los suplementos necesarios para nuestra vida cotidiana. Hay épocas, además, en la que nuestro cuerpo necesita Apoyo Inmunitario para activar nuestro sistema de defensa frente a las infecciones.
Las vitaminas y los minerales pertenecen al grupo de los micronutrientes, elementos esenciales que el organismo no puede sintetizar y su déficit en la dieta puede acarrear nefastas consecuencias, no solo de forma leve, también con cuadros de gravedad y riesgo para la propia vida. Por ello, es vital una alimentación adecuada y una correcta educación en salud para saber en cada momento de nuestra vida, por la edad u otras características individuales, cuáles son los alimentos o los suplementos que necesitamos de forma personalizada.
Cada una de ellas cumple una función importante en el cuerpo, por lo que una deficiencia vitamínica que ocurre cuando no se obtiene suficiente cantidad de cierta vitamina, puede causar problemas de salud, como ya se ha descrito, entre ellos enfermedad cardiaca, cáncer y osteoporosis. Es imprescindible, por tanto, no olvidar en nuestra dieta las frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y productos lácteos.
Las vitaminas se clasifican en función de la solubilidad, y así las dividimos en:
_ Liposolubles, que son solubles en lípidos (no en agua) y vehiculizadas, en la mayoría de los casos en la grasa de los alimentos. Pueden acumularse en los depósitos y si se consumen en grandes cantidades, pueden alcanzar valores tóxicos, sobre todo la A y la D. Por tanto, su ingestión como suplemento al margen de la dieta debe ser recomendada por un médico. En este grupo también se incluyen las vitaminas E y K.
Hidrosolubles. Son solubles en agua. Se incluyen las vitaminas del grupo B y la vitamina C.
Algunas funciones de las vitaminas
La vitamina A previene infecciones y favorece el crecimiento interviniendo en el desarrollo de los huesos, además de ser fundamental para nuestra visión. Hígado, zanahorias, espinacas, o huevo son una fuente relevante de esta sustancia.
La vitamina D está relacionada con la mineralización de los huesos, y sus niveles adecuados, junto con el calcio y el fósforo, son cruciales para nuestra estructura ósea. La principal fuente de obtención es a través de la exposición solar, pero hay ciertos alimentos que también ayudan, como el atún o la leche.
Por su acción antioxidante, la vitamina E retrasa el envejecimiento celular, tiene acción cicatrizante y protege los vasos sanguíneos; y la podemos encontrar en el aceite de oliva, los guisantes o el pistacho.
Respecto a la vitamina K, hay que saber que se sintetiza de manera general por las bacterias de la flora intestinal, pero también la encontramos en hortalizas como el brécol, coliflor, espinacas o repollo. Participa en factores de coagulación.
La vitamina C tiene propiedades antioxidantes, previene la aparición de enfermedades degenerativas y aumenta nuestra resistencia frente a las infecciones, entre otras muchas funciones, como facilitar la absorción del hierro contenido en los alimentos y depurar el hígado. Fuentes de vitamina C habituales son los cítricos.
Las vitaminas del grupo B pueden actuar regulando la energía de la comida consumida, evitando estados de cansancio. Intervienen en la formación de glóbulos rojos, en el crecimiento y mantenimiento de los tejidos… Se pueden obtener en las proteínas de pescado, pollo, carne de res, huevos y productos lácteos.
Algunos síntomas de la deficiencia de vitaminas
Uno de los principales síntomas de la deficiencia de vitaminas es la fatiga. Tener una fuerte sensación de cansancio y debilidad puede ser producida por un déficit de vitamina C.
La aparición de llagas en la boca sin aparente razón puede causarla una falta de vitamina B12 y ácido fólico, y si el déficit es de B8 aparecerá caída de cabello, uñas quebradizas o dolor muscular.
La dificultad para cicatrizar o tener hematomas frecuentes y encías inflamada está indicando la probabilidad de tener falta de vitaminas C y K, mientras que la continua aparición de infecciones obedece a una carencia de vitamina A.
Hay problemas que suponen, incluso, un reto para la salud pública de ciertas zonas o países donde la población sufre una escasez endógena de ciertas vitaminas. Por ejemplo, la deficiencia de vitamina D causa raquitismo en niños en crecimiento y osteomalacia en adultos, en muchos casos por una exposición limitada a la luz solar, como en mujeres cubiertas con velo o en habitantes de países nórdicos con poca luz solar.
Con todo, es importante tener en cuenta que la mejor manera de obtener todas las vitaminas diarias que se necesitan es consumir una dieta equilibrada y variada.
Suplementos
Los suplementos dietéticos son otra manera de obtener las vitaminas necesarias si la alimentación no está aportando todo lo necesario. Suplementos que pueden ser muy útiles en ciertas etapas de la vida, por ejemplo, durante el embarazo, o para personas con poco acceso a la luz solar y bajo consumo de productos lácteos enteros, personas vegetarianas, o con alteraciones metabólicas, o pacientes que tomen medicación crónica que cause déficit de vitaminas.
Además de vitaminas y minerales, los complementos alimenticios pueden contener aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibra, diversas plantas y extractos de hierbas, y todo debe quedar obligatoriamente explicado en el etiquetado del producto.
En el etiquetado de los suplementos vitamínicos figurará obligatoriamente la denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caracterizan el producto, o una indicación relativa a la naturaleza de dichos nutrientes o sustancias.
Se suelen presentar en forma simple o combinada y se comercializan en diferentes formatos, como son cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras y otras formas similares, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, etc.
Aunque para tomar estos suplementos no es necesaria la receta médica, se requiere de un uso apropiado y responsable, y se debe informar siempre al médico de su consumo si lo visita por algún problema de salud. Por supuesto, no debe superarse nunca la dosis diaria indicada por el fabricante y se debe seguir al pie de la letra todas las recomendaciones para su consumo.
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