Las variaciones térmicas, las lluvias y las alternancias cual albero, entre la sombra y el sol, pueden pasar factura si no prestamos la suficiente atención a la salud.
Es ahora cuando se comienzan a ver en los servicios sanitarios las primeras quemaduras solares; el astro rey actúa igualmente sobre la piel de incautos, que consideran poco indicada la protección solar en esta época.
Que la campaña de vacunación de la gripe haya finalizado no quiere decir que resfriados y dolencias respiratorias desaparezcan; la humedad, el viento y el aumento de la sociabilidad por la mejora de las condiciones térmicas suelen acarrear mayor incidencia de los problemas de vías respiratorias.
Ni qué hablar de la espantada general que, con la llegada de la primavera, tras un largo invierno vegetando en el sofá, lanza a la calle a nuevos pseudodepostistas, anhelantes de conseguir la idílica silueta para el próximo estío, y como las prisas nunca fueron buenas consejeras, desoyen advertencias de profesionales sanitarios y se embarcan hacia la lesión y percances osteo-musculares casi irremediablemente.
Aun con la ebullición hormonal primaveral, conviene no bajar la guardia en lo que a salud se refiere.
Salvo que se demuestre lo contrario, el tiempo resulto no implica ganancia alguna.
En caso de duda sobre su salud, incluso en entretiempo, puede acudir a su enfermer@