Todos los cambios que se produzcan a nivel del estrato córneo (epidermis) repercutirán irremediablemente en la dermis, la capa de la piel donde se encuentran las fibras de colágeno y elastina, que a su vez son las responsables de la viscoelasticidad de la misma.
En ella, además, se realiza el intercambio metabólico. Son tres los elementos que impiden que la epidermis se deshidrate: los queratinocitos viejos de la superficie, los lípidos que los unen (cerámicas y colesterol) y un factor natural de protección. Si éstos fallan, la piel se vuelve seca y pierde su función protectora.
Para elaborar una crema hidratante contamos con sustancias que contribuyen a retener el agua, otras cuya función es liberar agua al estrato córneo y otras oleosas, cuya misión es oclusiva, y tienen como objetivo evitar la pérdida de agua. Entre los primeros se encuentran la glicerina, la urea, el ácido hialurónico, el ácido láctico procedente de las frutas… Entre las sustancias oclusivas que impiden la deshidratación encontramos lípidos como la parafina, ceras, aceites… Y los lípidos emolientes que reblandecen el estrato córneo favorecen la retención de agua son los aceites vegetales (oliva, sésamo, avellanas, coco, macadamia, argán, semillas de uva, onagra, aguacate…), los extractos vegetales de rosa mosqueta, bambú, arándanos…
Podemos elaborar nuestra propia crema hidratante con una parte de ingredientes acuosos, aproximadamente 200 cc de agua de manantial o agua de rosas, o de lavanda; otra parte compuesta de aceites sólidos, como aceite de coco o manteca de karité (70 cc), y 150 cc de aceites líquidos (germen de trigo, almendras, oliva, argán…). Como base, cera de abejas natural, unos 20 gramos. Opcionalmente, se pueden añadir unas 20 gotas de aceites esenciales por cada 100 gr. de crema: bergamota, geranio, incienso, rosa, salvia, etc.
La cera y los aceites se mezclan lentamente en un recipiente al baño maría y se dejan enfriar. En una batidora mezclamos el agua y los aceites esenciales y le añadimos lentamente la mezcla oleosa, hasta obtener una mezcla espesa. En el caso de haber utilizado elementos frescos, como el aloe vera de la planta, pepino etc, deberá conservarse en nevera. De otro modo, se conservará meses a temperatura ambiente. Es muy importante utilizar aceites de primera presión, poco elaborados. Del mismo modo, esterilizar el envase donde se vaya a conservar y no manipular con las manos la crema cada vez que se use para evitar la contaminación de la misma.
* La doctora Cristina de las Heras de Gracia es especialista en Medicina Estética y antienvejecimiento y miembro de Saluspot
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