El hecho de presenciar un accidente de tráfico incita, más que a la curiosidad, a prestar auxilio, pero si alguien se lanza a socorrer a un accidentado sin garantizar su propia protección, no sólo puede ocurrir que no consiga prestar ese soporte, sino que se convierta en otra victima o provoque otro incidente.
Podría ser tildado de perogrullada, pero la fatalidad de las circunstancias, o la tensión, pueden ocasionar que dicha obviedad sea ignorada, incurriendo así en imprudencias que pueden llegar a resultar fatales.
Sólo si se actúa con precaución hoy habrá más días para tener la oportunidad de repetirlo. Siempre será preferible la presencia a un recuerdo.
El 5 de diciembre se celebró el Día Internacional del Voluntario, homenaje en el que también tienen cabida estas almas caritativas.
En caso de duda sobre su salud, puede acudir a su voluntarioso enfermer@