Sucede que cada vez son más los hombres que acuden a los gabinetes de Sexología; se sienten inquietos por su falta de energía sexual. Son muchos los que no se sienten atraídos por el sexo si no es con amor y no quieren seguir mostrándose inagotables.
Es cierto, en mi consulta se suceden estas quejas: los hombres manifiestan su falta de libido. Por otro lado, las mujeres nos hablan de que hace meses que él no las toca. Uno dice “la quiero mucho, la encuentro atractiva, pero desde hace tiempo no quiero sexo”. Algunos esperan a que su mujer se duerma para entrar con sigilo y deslizarse entre las sábanas, y ni la rozan, para no despertarla. “No sé cómo explicarte”, me dice Martín, de 32 años en la consulta, “no lo cuento ni a mi mejor amigo, por eso vengo a un sexólogo; aquí sí lo puedo hablar”.
Estos casos se presentan muy a menudo en nuestras consultas en busca de su deseo perdido. Más del 30% llega empujado por su pareja; el 5% se debe a causas físicas y la mayoría descubre aquí que las causas de su baja libido son psicosexuales. Para mi paciente es muy difícil reconocer lo que le ocurre… Es algo cultural, al hombre le gusta seducir. Desde hace siglos se ha pensado que él siempre tiene ganas, que siempre está dispuesto. Actualmente, reconocer su deseo sexual inhibido les hace perder su autoestima.
Según la FESS, el 35% de los españoles consultados confesó algún problema de salud sexual. Destacan la inapetencia sexual (el 30%), los trastornos de la erección, no llegar al orgasmo (el 8%), la eyaculación precoz (el 10%)… De éstos, el 39% evitaba las relaciones sexuales por el “ahora ponerme…”. En el caso de las parejas, el porcentaje está creciendo cada vez más, y acuden a la consulta de un sexólogo porque necesitan recuperar el deseo y para evitar las peleas, la insatisfacción que supone vivir sin poder amarse sexualmente, la separación. Necesitan rozarse… pero no pueden.
Ellos, cuando la sociedad les obliga continuamente, no se atreven a confesar que no tienen ganas, porque el sexo lo vemos en todas partes, como en las web porno, y el placer sexual, en cualquier sitio… Empieza por hacerte gracia; es como estar sediento y encontrar agua por todas partes. Beben y se saturan y no quieren, dicen ellos, beber más. No quieren sentir que ella es un objeto. Quieren sentir el sexo y darle la importancia que tiene. Que haya sentimientos profundos, que haya amor…
Quieren algo más
Ellos también experimentan cambios en su estado de ánimo y les cuesta expresarlos más que a nosotras; además, las mujeres solemos identificar nuestra falta de deseo, y no queremos tener sexo por estrés, por preocupaciones o por estar depres… Muchos piensan: “no quiero rozarme con ella porque, detrás, hay sexo”. Los hombres quieren algo más, aunque no lo expresan.
Las consecuencias no se hacen esperar, y van destruyendo la afectividad con su pareja, que es clave y que terminan echando de menos. Se produce un sentimiento de pérdida que les causa un sufrimiento importante. Sí es cierto que los especialistas estamos de acuerdo en que alrededor del 50% de los hombres pueden practicar sexo por sexo, sin sentir ningún tipo de afecto. Para los hombres no es fácil seguir soportando esa presión en la cama, dicen que las mujeres quieren virilidad sin fallos, y creen que si le dijeran a su compañera que lo que necesitan para no fallar es poco más de ternura, se sentiría depcionada…
Estos problemas de libido tienen que ver con la relación entre hombres y mujeres actualmente. La nueva mujer se muestra más exigente, y algunas dicen lo que piensan -“he tenido mejores relaciones”-, lo que puede desestabilizar a los hombres. Mi opinión es que hay que tener mucho tacto a la hora de expresar este malestar. Saber cuándo hay que decirlo, para no herir la sensibilidad masculina.
Sabemos que ciertos medicamentos y algunas enfermedades alteran el sistema hormonal e inhiben el deseo sexual, y se mezclan con trastornos emocionales. Las relaciones se pueden complicar, sobre todo si la pareja no lo comparte o no lo entiende. Y si la demanda de sexo es inoportuna, puede provocar rechazo y distanciamiento, nos dice la terapeuta Dolores Salinas.
El problema es ¿cómo viven la deserción de los hombres de sus camas? Se frustran, y a veces lo viven como una manipulación cuando, por sistema, uno de los dos se niega a acceder al deseo del otro, como sabemos… Ésta es una actitud sorprendente y puramente femenina. Realmente, lo que demuestra es que es cierto los hombres van cambiando.
Autora del libro El sexo, magia para tu cuerpo
Tf.: +34 639 555 994
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