La idea de bioética surge cuando el profesor de Oncología Van Rensselaer Potter publica el artículo Bioethics: The science of survival (1970) y al año siguiente su libro Bioethics: Bridge to the Future. En ellos, el autor pretendía integrar en una única disciplina la Biología, la Ecología, la Medicina y los valores humanos. Para unir ambos conceptos, Ética y Biología, empleó la metáfora de un puente que permitiría al hombre sobrevivir ante los peligros relacionados con el progreso técnico. Cuando se aplica a la Medicina, la Bioética intenta ayudar a decidir ante las cuestiones éticas relativas al desarrollo de las técnicas médicas (avances en trasplantes de órganos, técnicas de reproducción asistida, tratamientos en las UCIs…).
Cada día está más claro que una parte muy importante de la práctica clínica médica no encuentra una respuesta completa en los conocimientos científico-técnicos. Los profesionales sanitarios han de dar un paso más y recurrir al estudio de la dimensión personal de los pacientes, han de abordar esa práctica clínica también desde el punto de vista de las humanidades.
Esta situación es la que ha permitido el desarrollo que la Bioética ha experimentado en los últimos años. En los plantes de estudio de Medicina, hemos pasado de una asignatura, o una parte de una asignatura relacionada con la ética en los años 70 y 80 del siglo XX de carácter optativo, a una asignatura obligatoria en la que, la mayoría de veces, aparece como nombre el de Bioética en la actualidad. Y esto ha provocado la aparición de una serie de preguntas entre la profesión médica: ¿Para qué sirve la Bioética? ¿Qué me aporta en mi práctica profesional?
A la primera pregunta, ¿para qué sirve la bioética?, la respuesta es muy sencilla: para ayudarnos a pensar y a valorar con rigor y sentido crítico el comportamiento profesional al servicio de los enfermos. La Bioética nos ayuda a pensar, nos enseña a razonar de forma rigurosa, para poder explicar y argumentar por qué se toma una determinada decisión y no otra. Pero también nos sirve para analizar de manera crítica los motivos por los que nos hemos equivocado en una determinada actuación.
Respecto a la segunda pregunta, ¿qué me aporta en mi práctica profesional?, los profesionales de la salud valoran la utilidad de la Bioética como la metodología que ayuda a la toma de decisiones con un respeto a los valores de todos los agentes que intervienen. Esta metodología constituye el método de trabajo diario que ayuda a resolver y orientar la inmensa mayoría de dilemas éticos en el cuidado de los enfermos. La Bioética permite, por ejemplo, adecuar el esfuerzo terapéutico ajustando los tratamientos a la situación clínica de los pacientes con el fin de procurarles unos cuidados de confort según sus valores y con la dignidad que ellos deseen.
La utilidad de esta disciplina científica, la Bioética, en la formación de los profesionales sanitarios justifica su presencia en los planes de estudio de Medicina, Enfermería, Farmacia… para prevenir una ética de tipo paternalista contraria al principio de autonomía del enfermo y para instaurar unos principios éticos válidos.
* El Dr. Salvador Mut es director del Máster Oficial ‘online’ en Bioética de la Universidad Internacional de Valencia
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