Que resulta que se dijo que la tasa mínima de reposición del personal que cesara su actividad sanitaria sería de al menos un 10%, pero como no se dijo que se debería hacer en el año en curso, de momento… tocan lentejas.
Que si hay una medicación efectiva para curar (no cronificar, sino curar) a determinados pacientes, pues mejor no precipitarse; ya debería ser costumbre, ya que comerciar con la salud de las personas se hace desde que apareció el primer enfermo de la historia; moraleja… hoy lentejas.
Que los hospitales están saturados con procesos respiratorios, gripales y demás, en lugar de planificar centros de hospitalización con camas y personal ajustados a las necesidades reales, se deja a los pacientes en el pasillo, se contrata a un puñado de trabajadores para salir del paso y… otra vez lentejas.
Que se deberían convocar oposiciones y consolidar puestos, mejorar la precariedad de los contratos eventuales, afianzar las planillas fijas, claro, y seguramente se hará, pero ahora… a comer lentejas.
Que nadie se canse de tanta legumbre y pida otro tipo de vianda; sería tan previsible como si el petróleo bajase a la mitad y los productos derivados del mismo no lo hicieran, y nadie se quejase… Y si no, las dejas.
En caso de duda sobre su salud, no deje de acudir a su enfermer@