Cada día que pasa se redoblan los esfuerzos para que las personas mayores no solo prolonguen su vida, sino que también mejoren su calidad. Estos objetivos principales generan en los profesionales de la salud la necesidad de investigar sobre los aspectos clínicos, preventivos y terapéuticos.
Actualmente, el envejecimiento se considera una parte importante del ciclo vital; con los cambios demográficos y el avance de la medicina, entre otros, vivir una vejez saludable está determinado por las circunstancias en las que ésta se desarrolle y por el estado físico y psicológico de la persona mayor. De ahí que la presencia del/la musicoterapeuta sea importante y se considere como un profesional de la salud que puede aportar todos sus conocimientos, más allá de entretener.
Es bueno destacar que cada intervención musicoterapéutica estará diseñada en función de las necesidades y posibilidades del centro, conjuntamente con el resto del equipo profesional y de las características de los/as ancianos/as que participen. Sirvan entonces, a manera de ejemplo, algunas de estas aportaciones musicoterapéuticas que, sin lugar a dudas, forman parte de un amplio abanico de recursos.
Vivir en una residencia genera cambios significativos y una reestructuración en todos los aspectos del ser humano. El primer objetivo, entonces, será promover una estadía agradable, seguidamente de intervenciones que retrasen sus deficiencias motrices, refuercen su autonomía y su capacidad funcional, recibir apoyo emocional, etc.
La música será la herramienta principal en programas de rehabilitación cognitiva en los que las actividades sonoras estarán encaminadas a la orientación a la realidad, la memoria, la atención, la concentración y reminiscencia…
Como la música también implica movimiento, la estimulación psicomotora a través del movimiento consciente será otra de las dinámicas a contemplar por el/la musicoterapeuta. Con ello, los ejercicios de coordinación, lateralidad, danzas, ritmos tenderán a motivar a las funciones motoras básicas para su mejor desenvolvimiento en las actividades de la vida diaria.
Estudios recientes advierten de la importancia de la música para reducir los trastornos de conducta (secuelas de enfermedades como la demencia y/o el alzheimer), como así también potenciar la capacidad auditiva y comunicativa. El trabajo con canciones que forman parte de su biografía musical tiene especial importancia, siempre y cuando el/la musicoterapeuta tenga bien claro el objetivo terapéutico con el que se está trabajando. A su vez, la música toca de una manera especial las emociones y, a través de ellas, se pueden proyectar actividades de expresión de ideas y sentimientos o, simplemente, la mejora del estado anímico, ofreciendo un clima distendido y agradable.
Es sustancial evaluar en todo momento los intereses y las posibilidades de la persona y adaptar las actividades musicales en función de ello, proporcionando seguridad.
Como fenómeno social, la música es un potente instrumento integrador; por lo tanto, si se tiene la oportunidad de hacer musicoterapia grupal y, a su vez, de impulsar la apertura a la comunidad, cobrará especial interés y se fortalecerán los lazos con el entorno más cercano. Dinámicas innovadoras y atractivas pueden complementarse perfectamente con las de los demás profesionales implicados en el centro.
Además de la experiencia con la que cuente cada musicoterapeuta, para que la intervención con personas mayores sea la más adecuada y su accionar terapéutico surta el efecto esperado, es necesario formarse y especializarse en este campo. Conociendo al detalle todas las circunstancias y características que atañen a los mayores y su entorno socio-familiar se dará una atención de calidad.
De a poco, en España se está implementando la figura del musicoterapeuta en los centros de mayores, aunque todavía queda camino por andar. En la medida que se tenga mayor información acerca de la profesión y de las funciones del musicoterapeuta se le reconocerá y se contratará su trabajo. Es ardua tarea de todos y todas continuar con esta labor en pro del tan nombrado envejecimiento activo.
(INFOGRAFÍA: morguefile.com)
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