Son algunos ejemplos de muchas de las actitudes y formas de proceder que intoxican el vínculo que se genera entre los padres y los menores.
Una de las causas que genera una alta toxicidad en los vínculos en el seno familiar viene explicada por la llamada codependencia de los padres hacia los menores. Al hablar de codependencia, nos referimos a padres y madres (principalmente lo segundo) que, en lugar de construir una vida propia y unos objetivos personales individuales, se definen a través de sus hijos; todo gira en torno a ellos. Sus defectos los acaban haciendo propios, los errores de sus hijos son los suyos, generando todo ello una pesada carga.
Todas estas características les abocan en innumerables ocasiones a sobreprotegerlos, exigirles o criticarles de forma dañina, sin asumir la incipiente individualidad del menor y la necesidad de que éstos aprendan de sus propios errores y equivocaciones. Conviene aclarar que al hablar de codependencia no hacemos alusión a la preocupación normal y necesaria que todo padre puede profesar hacia su hijo, sino a aquellos padres que van un paso más allá y convierten al menor en una extensión de ellos mismos.
Ante este tipo de demandas, nuestra tarea en consulta consistirá en trabajar en dos direcciones:
• Por un lado, con los padres, trabajando el manejo de sus posibles frustraciones personales, estableciendo pautas de autocontrol emocional y negociando con ellos los límites de lo que puede considerarse como exigencias y actitudes de protección racionales hacia los hijos, frente a aquellas que exceden los límites de lo indicado y que pueden afectar al vínculo entre ambos.
• En relación a los niños, dado que en muchas circunstancias ellos van a ser los primeros interesados en que sus padres "los dejen en paz y no estén tan pendientes", nuestra función será evaluar e intervenir sobre las conductas y formas de comunicación que pueden estar favoreciendo dicha sobreprotección y exigencias, ya que nuestra experiencia en consulta nos hace ver que, en muchas ocasiones, los hijos acaban obteniendo ventajas de estas actitudes de los padres: les hacen los deberes, dan la cara ante problemas de los menores en el colegio…
Es importante abordar esta problemática con asesoramiento de un experto, ya que la exposición tan habitual a faltas de respeto, reproches y frustraciones en el hogar puede acabar marcando, tanto el estado psicológico de los padres, como el desarrollo de la autoestima y una personalidad dependiente en los menores.
*Antonio Mundo López es psicólogo y miembro de Saluspot