En el Día Mundial de la EPOC, el jefe del servicio de Neumología del Complejo Asistencial de Salamanca, Miguel Barrueco, confirma que la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica está directamente relacionada con el consumo del tabaco, “es decir, que prácticamente no hay EPOC si no hay un consumo importante de tabaco”. Este especialista lo tiene claro: “es una enfermedad prevenible y para evitarla lo único que hay que hacer es dejar de fumar”.
En personas no fumadoras, por ejemplo en zonas de exposición al humo de la leña y las chimeneas, lo que se llama biomasa, “a veces también se puede producir EPOC, pero digamos que en un 95% de los casos aparece en los fumadores y está producida directamente por el tabaco”, advierte el máximo responsable de Neumología del Complejo Asistencial de Salamanca, Miguel Barrueco. Además, dentro de la EPOC se engloban distintas enfermedades, como por ejemplo, en enfisema o un cuadro mixto que se denominada EPOC-asma, entre otras, y dentro de ese conjunto de patologías, “cada una puede tener unos síntomas diferentes, pero lo que en todas ellas existe es el consumo durante muchísimos años del tabaco”.
Y en la edad adulta, este tipo de pacientes pueden empezar o con cuadros catarrales de repetición, más frecuente que en las personas que no fuman, o pueden comenzar con disnea, fatiga a hacer esfuerzos. “Y eso les termina llevando al médico”, detalla este especialista, y para poder diagnosticar la EPOC “hay que hacer una espirometría que es una prueba de soplar por un aparato y hay que poner de manifiesto que existe una obstrucción de los bronquios”.
Tratamiento broncodilatador
Y una vez que se detecta, como el propio nombre indica, enfermedad pulmonar obstructiva y crónica, “es decir, que tiene una obstrucción y que es crónica, es una enfermedad para siempre”. Y al paciente le van a poner un tratamiento broncodilatador, para tratar de recuperar parte de esa obstrucción de los bronquios o de esa destrucción pulmonar, “pero no se va a poder recuperar por completo nunca”. Por eso, insiste Miguel Barrueco, “la mejor medida es la prevención, y la mejor es conseguir que la gente deje de fumar”.
En cuanto a la prevalencia, no cuentan con datos de Salamanca, pero existen estudios a nivel de toda España que hablan de la prevalencia en distintas provincias de España. En Salamanca puede ser similar a la de ciudades como Burgos, que es una de las que se estudió, y en principio la enfermedad la padecen el 10% de la población adulta. Estimándose que puede ser un 14% de los varones adultos y alrededor del 6% de mujeres. Pero estos datos pueden varias en un futuro tras el incremento de mujeres fumadoras: “Desde que se fuma y hasta que se produce la EPOC pasa un intermedio de unos 15 o 20 años, y si miras para atrás, hace 20 años era menor el número de mujeres que fumaban. Dentro de 15 años, como el porcentaje de fumadoras es similar e incluso superior, esos porcentajes se igualarán o incluso se pueden invertir”, sentencia.
El 10% de la población adulta
Y la media del 10% es en población adulta, pero a medida que aumenta la edad y el tiempo que se está fumando, se incrementa considerablemente, “puede alcanzar hasta el 20% en población mayor de 70 años“. Al respecto, existe un componente de susceptibilidad genética pero no tiene que ver con que sea hombre o mujer. “Evidentemente todos los EPOC son fumadores pero no todos los fumadores tienen la EPOC”, señala, y en ese sentido se piensa que existe un componente de predisposición genética “que personas que fuman esa predisposición facilita el desarrollo de la enfermedad”.
Otro aspecto relacionado con esta enfermedad crónica es el coste que supone la atención sanitaria de un paciente con EPOC. Los pacientes con EPOC viven unos cuantos años desde el diagnóstico, y como añade Barrueco, “cuando se diagnostica pronto es mejor, porque se trata de que dejen de fumar, y de poner tratamiento para que no vayan a una evolución peor”. Un paciente con una EPOC leve, aclara, “tiene un coste sanitario de unos 1.200 a 1.300 euros al año“, y con una EPO grave, hasta de 3.000 euros al año. “Si te planteas una leve de 1.200 al año y una duración de diez años, “el coste que supone”. Y este especialista concreta que la leve sucede entre los dos o tres primeros años tras el diagnóstico, “después subirá porque va a requerir de tratamientos más complicados”.
Y dentro de los pacientes diagnosticados con EPOC, se calcula que hay un 70% que tienen la enfermedad “y no están diagnosticados”, según algunos estudios epidemiológicos, “o que no han ido al médico o que han ido y no se les ha hecho las pruebas oportunas, etc.”. Barrueco cree que se habla de un 70% no diagnosticado, pero con ese 30% de pacientes que si lo están, “el coste que se estima anual para el sistema sanitario español supera los 1.000 millones de euros”.
Tratamiento según las fases
El tratamiento de estos pacientes varía dependiendo del tipo de EPOC que tenga, pero como normal general “primero hay que conseguir que dejen de fumar, eso lo primero de todo”, argumenta. Barrueco confirma que la única cosa que cambia el curso evolutivo de la enfermedad es el abandono del tabaco, “todo lo demás lo palia no lo cambia”. La segunda cuestión es que es gente que tiene muchos procesos catarrales y esos cuadros hay que tratarlos de la forma más precoz posible, “que vaya a su médico”. Y en tercer lugar, los tratamientos broncodilatadores, “medicamentos que provocan una dilatación de esa obstrucción que ellos tienen de los bronquios”. Y en la fase con insuficiencia respiratoria, la oxigenoterapia, “que aumenta la supervivencia y la calidad de vida”, pero en la mayoría de las ocasiones supone “estar atado a una bombona o concentrador de oxígeno en torno a 17 o 18 horas al día”.
El jefe del servicio de Neumología quiere dejar claro que es una enfermedad prevenible “y para prevenirla lo único que hay que hacer es dejar de fumar”. Y desde el punto de vista de la administración sanitaria, “lo que tienen que fomentar es la prevención para que los jóvenes no se enganchen al tabaco y fomentar recursos para los que ya fuman tengan la posibilidad de dejarlo”.
De Primaria a Especializada
En los estadios iniciales de la enfermedad se puede diagnosticar y tratar en la Atención Primaria, pero cuando la enfermedad tiene ya un carácter de moderado a grave “estos tipos de pacientes deben ser compartidos entre Primaria y Especializada”. En la Unidad de Función Pulmonar del Complejo Asistencial hacen las espirometrías a los pacientes con EPOC, “el diagnóstico se hace en las consultas de Neumología, y dentro de ellas, tenemos dos consultas especializadas en esta enfermedad”.
Miguel Barrueco asegura que Sacyl está intentando poner en marcha “lo que se llama el proceso de gestión compartida de la EPOC que quiere decir ver cómo se puede coordinar la Atención Primaria y Especializada para mejorar la atención a estos pacientes”.
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