La endoscopia es una de las actividades más importantes para el diagnóstico de las enfermedades digestivas, y uno de los ejes centrales de la actividad diaria de los servicios de digestivo de los hospitales de toda España y, además, una técnica en constante evolución. Por este motivo, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha puesto en marcha un proyecto que tiene como objetivo protocolizar el proceso de la endoscopia para garantizar una gestión eficiente con un óptimo equilibrio entre costes y resultados.
En la especialidad de Digestivo o como prueba complementaria, la endoscopia es una de las técnicas más solicitadas por los profesionales médicos. La Endoscopia Digestiva ha evolucionado mucho en las últimas décadas uniendo a su capacidad diagnóstica una nueva vertiente terapéutica. Estas pruebas cobran cada vez más importancia por la ampliación de sus indicaciones como el cribado de cáncer colorrectal. Como consecuencia de su relevancia, las Unidades de Endoscopia son cada vez más complejas, con más materiales endoscópicos, más personal y más especializado, y mayor diversidad de técnicas desarrolladas.
“El nivel de la endoscopia en España es muy alto, pero es necesario disponer de Unidades de Endoscopia capaces de dar respuesta de una manera ágil, segura y eficaz. Es imprescindible, pues, contar con un protocolo estándar del proceso que nos permita una gestión eficiente de la Endoscopia Digestiva”, explica el Dr. Manuel Romero, especialista en Aparato Digestivo y experto de la SEPD.
“Por todo ello, la SEPD ha puesto en marcha un proyecto para promover en la atención sanitaria digestiva la cultura de la gestión por procesos como herramienta al servicio de una gestión clínica centrada en el paciente y basada en la eficiencia, contribuyendo además a la mejor definición de los estándares necesarios para su aplicación en endoscopia”, explica el Dr. Romero. En este sentido, la SEPD creó, en una primera fase, un curso formativo-participativo cuyo objetivo ha sido la definición en primer lugar de la cartera de servicios de una unidad de endoscopia digestiva, es decir, pruebas, procedimientos y prestaciones, y en segundo lugar, establecer estándares e indicadores de resultados.
Máxima seguridad para el paciente
“La calidad en endoscopia se basa en dos pilares: máxima seguridad para el paciente y ausencia de variabilidad; para conseguirlo deben definirse objetivos, indicadores para medir los objetivos y estándares para comprobar que se alcanzan los resultados deseados”, explica el Dr. Romero, “todo ello se resume en protocolizar los procesos”, añade. Este proceso de protocolización pasa por definir desde cómo identificar al paciente, las estructuras físicas del servicio, los aparatos, el personal necesario y los resultados esperados. “Definir y cumplir los protocolos tiene además otra ventaja: permite entrar en una dinámica de evaluación continua, analizando los resultados, buscando áreas de mejora e implementado los cambios”, define el Dr. Romero.
Finalizada esta fase del proyecto, ahora se inicia una nueva etapa cuyo objetivo es poner a disposición de todos los socios de la SEPD el trabajo realizado para ayudarles a implementar una gestión eficiente en sus unidades de endoscopia. “Con todo este proceso, la SEPD da un gran salto y pasa de lo meramente científico a tratar el proceso endoscópico con un enfoque global, velando por la calidad al cumplir las expectativas del paciente con más seguridad y menos variabilidad. Este es un primer paso imprescindible para la acreditación de Unidades de Endoscopia Digestiva de forma generalizada”, concluye el Dr. Romero.
La endoscopia agrupa diferentes técnicas, pero todas ellas tienen en común la introducción, a través de la boca o el ano, de un endoscopio hasta llegar a la zona a ver o tratar. Entre las acciones que se pueden llevar a cabo durante una endoscopia destacan: observar en detalle un área del tubo digestivo, tomar muestras de tejidos, tratar lesiones, extirpar tumores, detener un sangrado o extraer cuerpos extraños como un alimento atorado en el esófago.
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