Aunque se desconoce el número exacto de mordeduras de serpiente, se calcula que afectan a unos 5,4 millones de personas al año, de las cuales unos 2,7 millones se envenenan, causando entre 81.000 y 138.000 muertes al año, y alrededor del triple de casos de amputación y discapacidad permanente, según los datos que acaba de publicar la Organización Mundial de la Salud.
Las mordeduras de serpientes venenosas pueden producir parálisis, con el consiguiente paro respiratorio, trastornos hemorrágicos potencialmente mortales, insuficiencia renal irreversible o daños tisulares que pueden necesitar amputación y causar otras discapacidades permanentes. Los más afectados son los trabajadores agrícolas y los niños, siendo éstos los que padecen las consecuencias más graves, debido a que tienen menos masa corporal.
Se trata de un problema de salud pública desatendido en muchos países tropicales y subtropicales, teniendo en cuenta que la mayoría de los casos se producen en África, Asia y Latinoamérica. En Asia, hay hasta 2 millones anuales de personas envenenadas por mordeduras de serpiente, mientras que en África se calcula que cada año hay 435.000 a 580.000 mordeduras que necesitan tratamiento. Estos casos suelen producirse en mujeres, niños y trabajadores rurales de comunidades pobres de los países de ingresos bajos y medianos, la mayoría de ellos en países que disponen de sistemas de salud débiles y escasos recursos médicos.
Al contrario de lo que ocurre en otros trastornos graves, existen tratamientos muy eficaces para las mordeduras de serpiente. La mayoría de las muertes y las consecuencias graves por mordeduras de serpiente son totalmente prevenibles si se logra una mayor disponibilidad y accesibilidad de antídotos seguros y eficaces. Los antídotos de alta calidad son el único tratamiento eficaz para evitar o anular la mayoría de los efectos tóxicos de las mordeduras de serpiente. Estos figuran en la Lista OMS de Medicamentos Esenciales y deben formar parte del arsenal terapéutico de todo centro de atención primaria en lugares donde haya serpientes venenosas.
Desafíos a la producción de antídotos
Un desafío importante a la fabricación de antídotos es la preparación de los inmunógenos adecuados (venenos de serpiente). En la actualidad, son muy pocos los países productores de venenos de serpiente de calidad adecuada para la fabricación de antídotos, y muchos fabricantes dependen de fuentes comerciales comunes que no siempre reflejan adecuadamente las variaciones geográficas de los venenos de algunas especies muy extendidas. Además, los países en los que las mordeduras de serpiente constituyen un problema importante suelen carecer de capacidad de reglamentación para controlar los antídotos y evaluar su calidad e idoneidad.
La crisis actual es el resultado de una combinación de varios factores. La escasez de datos sobre el número y el tipo de mordeduras de serpiente dificulta el cálculo de las necesidades, y las políticas de distribución deficientes han contribuido a que los fabricantes hayan detenido la producción de antídotos o aumentado sus precios. Las deficiencias de la reglamentación y la comercialización de antídotos no idóneos han producido entre los clínicos, los administradores sanitarios y los pacientes una pérdida de confianza en los productos existentes que ha erosionado aún más la demanda.
Debilidad de los sistemas de salud y carencia de datos
En muchos países en los que las mordeduras de serpiente son frecuentes, los sistemas de salud suelen carecer de infraestructuras y recursos para recopilar datos estadísticos fiables sobre el problema. La evaluación de su verdadero impacto se ve complicada aún más por el hecho de que los casos notificados por los dispensarios y los hospitales a los ministerios de salud solo representan a menudo una pequeña parte del problema real, puesto que muchas víctimas nunca llegan siquiera a los centros de atención primaria. Además, hay que tener en cuenta factores socioeconómicos y culturales que influyen en la búsqueda de tratamiento y hacen que muchas víctimas opten por las prácticas tradicionales en vez de recurrir a la atención hospitalaria.
La subnotificación de la incidencia y la mortalidad por mordeduras de serpiente es común. Por ejemplo, en Nepal, donde el 90% de la población vive en zonas rurales, el Ministerio de Salud fue notificado en el año 2000 de 480 mordeduras de serpiente, 22 de ellas mortales; sin embargo, en un estudio comunitario de ese mismo año realizado en una sola región del país (Nepal Oriental) se registraron 4078 mordeduras y 396 muertes.
Asimismo, un amplio estudio de ámbito comunitario realizado en la India sobre las muertes por mordeduras de serpiente dio una estimación directa de 45.900 muertes (intervalo de confianza del 99%: 40.900 a 50.900) en 2005, que es más de 30 veces mayor que la cifra oficial de la India. Una comparación de las muertes registradas en los hospitales de un distrito de Sri Lanka con los datos de la oficina de registro general demostró que el 62,5% de las muertes por mordeduras de serpiente no quedaban registrados en los datos hospitalarios.
Baja producción de antídotos
En situaciones en las que los datos sobre los envenenamientos por mordedura de serpiente son deficientes, resulta difícil determinar con exactitud las necesidades de antídotos. Esto lleva a las autoridades sanitarias nacionales a subestimar dichas necesidades, con la consiguiente reducción de la demanda a los fabricantes de antídotos y, en algunos casos, a su retirada del mercado. La falta de productos eficaces puede contribuir al establecimiento de estrategias inadecuadas de adquisición y distribución en países que carecen de servicios de expertos en materia de evaluación y reglamentación de los antídotos.
La escasa demanda ha llevado a varios fabricantes a detener la producción de antídotos, y el precio de algunos de ellos ha aumentado de forma espectacular en los últimos 20 años, haciendo que el tratamiento sea inasequible para la mayoría de las personas que lo necesitan. El aumento de los precios ha reducido aún más la demanda, hasta el punto de que el tratamiento ha disminuido significativamente, o incluso desaparecido, en algunas zonas. La introducción en algunos mercados de antídotos no idóneos, no sometidos a las pruebas pertinentes, o incluso falsificados, ha socavado la confianza general en el tratamiento.
Muchos creen que es inminente una ruptura del suministro de antídotos en África y en algunos países de Asia si no se toman rápidamente medidas enérgicas y decisivas.
La OMS ha tomado medidas para concienciar a las autoridades sanitarias y a los planificadores de políticas acerca de esta cuestión. En diciembre de 2015, la OMS presentó un programa para evaluar la seguridad y la eficacia de los productos antiponzoñosos destinados a ser utilizados en el África subsahariana. Los resultados de esta detallada evaluación técnica y de laboratorio se publicarán a principios de 2018. A petición de varios Estados Miembros de las Naciones Unidas, en junio de 2017 la OMS incluyó el envenenamiento por mordeduras de serpiente entre las enfermedades tropicales desatendidas más prioritarias.
Colaboración internacional
La OMS insta a los organismos de reglamentación, productores, investigadores, clínicos, autoridades sanitarias nacionales y regionales, organizaciones internacionales y organizaciones comunitarias a que colaboren para mejorar la disponibilidad de datos epidemiológicos fiables sobre las mordeduras de serpiente, el control de los antídotos por los organismos de reglamentación y las políticas de distribución de estos productos.
Se han creado dos instrumentos que ayudarán a orientar el desarrollo de antídotos apropiados; las directrices sobre la producción, control y reglamentación de las inmunoglobulinas antiponzoñosas y una base de datos sobre la distribución mundial de las serpientes venenosas.
Estos instrumentos contribuirán a que los funcionarios de la salud pública determinen qué antídotos son necesarios en sus países y formulen políticas nacionales de salud pública al respecto; los responsables de la reglamentación nacional fijen las prioridades en materia de registro de antídotos y evalúen su seguridad, calidad y eficacia, de modo que se vean atendidas las necesidades nacionales de salud pública; los organismos encargados de la adquisición seleccionen los antídotos apropiados para las necesidades terapéuticas nacionales; los productores de antídotos elaboren planes de producción y venta de antídotos apropiados; los clínicos y demás profesionales sanitarios traten las mordeduras de serpiente, y la población conozca y sea capaz de identificar las serpientes venenosas existentes en su zona.
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios