Cerca de 350 profesionales asisten desde ayer en Salamanca al XXV Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Ocular y Orbitraria (SECPOO), una subespecialidad de la Oftalmología de reciente desarrollo que se implantó hace algo más de cuatro años en el complejo hospitalario salmantino, donde actualmente se realizan “entre 15 y 20” intervenciones de este tipo cada mes.
Así lo ha explicado hoy el doctor Francisco León, organizador, junto al doctor Juan de Sahagún Riba, de un encuentro científico en el que se dan cita destacados expertos nacionales e internacionales, entre ellos, los doctores Evan Black (Estados Unidos) y Martín Devoto (Buenos Aires), “posiblemente dos de los diez mejores cirujanos óculoplásticos del mundo”.
Como ha indicado el doctor León Garrigosa, la cirugía oculoplástica es, básicamente, “la cirugía plástica y reconstructora de los anejos del ojo”, fundamentalmente la que afecta a los párpados, a la vía lagrimal y a las órbitas, y tiene “una vertiente cosmética, pero también otra funcional”, porque permite resolver problemas frecuentes, como la obstrucción de la vía lagrimal o las malposiciones palpebrales, entre ellas el ectropión -el párpado se voltea hacia afuera, lo que causa molestias, sequedad, conjuntivitis y lagrimeo, entre otros síntomas- y el entropión, es decir, la inversión hacia adentro del borde de un párpado, generalmente el inferior, lo que hace que las pestañas rocen el ojo continuamente, originando, no sólo dolor e irritación, sino tambén úlceras en la córnea.
Patologías tumorales
“Estas patologías son mucho más frecuentes de lo que creemos. Por ejemplo, muchas personas roncan porque sufren el síndrome de la apnea del sueño, que hace que los párpados sean más flácidos de lo habitual y se dirijan hacia adentro y hacia afuera. En estos casos, se vuelve a anclar el párpado al hueso, le das una tensión adecuada y el párpado se queda en su sitio”, comenta el experto.
Pero sin duda uno de los ámbitos de mayor relevancia de esta subespecialidad oftalmológica es la relacionada con los tumores oculares. “La luz del sol nos da en la cara, y los ojos siempre están expuestos. Como la piel del párpado es la más fina del organismo, la más delicada, es un lugar de aparición frecuente de tumores, sobre todo carcinomas vasocelulares, que se pueden eliminar quirúrgicamente por entero sin que el paciente necesite luego quimioterapia o radioterapia. Claro, si quitas a una persona un tumor pequeñito, que mide cuatro o cinco milímetros, y además tienes que dar otros dos milímetros de seguridad, el párpado desaparece. Pues bien, nosotros nos encargamos de reconstruirlo con los otros tres párpados”, explica el especialista del Complejo Asistencial de Salamanca (CAUSA).
Los resultados de este tipo de cirugía son muy buenos, “primero, porque conseguimos eliminar el tumor totalmente, incluso melanomas en la piel del párpado, que se quitan y no necesitan otro tratamiento ulterior; y luego, porque una vez reconstruido el párpado conseguimos muy buena funcionalidad”. Eso sí, destaca el doctor León, se trata de “microcirugías, muy lentas y meticulosas, porque aunque el párpado parece algo sencillo, tiene seis o siete capas que hay que ir reconstruyendo, y los músculos son como papel de fumar”.
Estos procedimientos suponen una alternativa a los tratamientos convencionales basados en la radioterapia. “Aunque las técnicas radioterápicas han evolucionado mucho y se irradia el párpado con mucha precisión, al final la retina también puede verse afectada y causar problemas posteriores. Sin embargo, esos tumores se pueden eliminar quirúrgicamente al 100%, dependiendo del tipo de cáncer. En el caso del que nos encontramos habitualmente, que es el carcinoma vasocelular, operado es curado”, asegura.
Cirugía de la órbita ocular
Otra de las vertientes de la cirugía plástica ocular es la relativa a la obstrucción de la vía lagrimal, lo que se conoce comúnmente como rija, y que se aborda realizando “un agujerito de aproximadamente un centímetro en el hueso de la nariz, por donde se introducen unos tubos que se retiran al cabo de unos meses para volver a crear una vía que estaba obstruída”.
Por último, el doctor Francisco León resalta las intervenciones relacionadas con la órbita ocular. “Es una estructura ósea cerrada, de modo que cualquier lesión que crezca dentro va a presionar el ojo y el nervio óptico, con el consiguiente riesgo de ceguera. Por eso hay que eliminarla, aunque mida un centímetro. Además, en la órbita no puedes saber si la tumoración es buena o mala hasta que no la extirpas. Yo quito linfomas de órbita, que en Salamanca se ven con relativa frecuencia, y una vez que extraes toda la pieza tumoral la quimioterapia es mucho más corta, porque se elimina el 99% del tumor”, señala el organizador del XXV Congreso de la SECPOO.
En Salamanca, la oculoplastia comenzó a desarrollarse “hace cuatro o cinco años”, y es un área que crece cada vez más. “En España hay unos cuantos privilegiados que llevan 15 años de experiencia, lo que quiere decir que se trata de una subespecialidad nueva, aunque en Estados Unidos actualmente es la parte de la Oftalmología más demandada. En Salamanca vamos evolucionando poco a poco, pero estamos creciendo cada vez más. Ahora hacemos entre 15 y 20 cirugías al mes”, apunta el doctor León Garrigosa.
Coordinación multidisciplinar
De las potencialidades de esta cirugía también ha hablado el doctor Emiliano Hernández Galilea, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Salamanca y presidente de la Sociedad Castellana y Leonesa de Oftalmología (SOFCALE), quien ha subrayado el carácter multidisciplinar de los procedimientos quirúrgicos, realizados en coordinación con otros servicios, como el de Otorrinolaringología, lo que hace posible asumir “casos de mayor complejidad”.
Durante la inauguración del congreso, el doctor Hernández Galilea afirmó que la Cirugía Plástica Ocular y Orbitaria es una subespecialidad “pujante”, un adjetivo que también utilizó el profesor José María Barahona, catedrático de Oftalmología de la Facultad de Medicina de Salamanca. En su intervención, ha considerado que esta “metaespecialidad es especialmente atractiva, porque sus objetivos combinan aspectos estéticos y funcionales”, estando “al servicio de la función visual”. A este respecto, ha apuntado que está “condicionada por la delicadeza y complejidad de las estructuras que integran el sistema visual”, es decir, el “estuche, los envoltorios y protecciones con los que la naturaleza ha dotado al sistema visual”, y ha destacado la “auténtica vorágine de técnicas y de progreso” que se registra “en esta parcela de la Oftalmología tan rica y pujante”.
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