Los enfermeros que desde hace años se dedican al cuidado asistencial de las personas mayores se sienten engañados. Han esperado mucho tiempo para conseguir el reconocimiento oficial de su especialidad, y cuando por fin llega, la mayoría puede verse apartado de él por un procedimiento que consideran “injusto” y que quieren impugnar.
Los pasados 19 y 20 de octubre, cerca de 9.000 profesionales, muchos de ellos de Salamanca, se desplazaron a Madrid para presentarse a la convocatoria excepcional de examen para la obtención del título de especialistas en Geriatría. Es la fórmula que ha elegido el Ministerio de Educación para regular la situación de los miles de enfermeros que ejercen desde hace mucho tiempo esta especialidad por fin reconocida y a la que los nuevos diplomados ya pueden acceder vía EIR (Enfermero Interno Residente).
Sin embargo, eso que por tanto tiempo habían esperado se transformó en una profunda decepción al conocer la prueba. Según explican los afectados, el examen fue “de una extraordinaria dificultad, superior al de la oposición más exigente”, y en ningún momento se ajustó a los conocimientos propios de los cuidados que presta un enfermero a la población mayor. “Hemos experimentado un sentimiento de desánimo y amargura, al comprobar que el examen fue principalmente médico-quirúrgico, sin apenas aparecer los pilares de la formación y la asistencia geriátrica: las tablas de valoración, los síndromes geriátricos, la bioética, los cuidados al final de la vida. Lo más esencial de los cuidados geriátricos brilló por su ausencia. ¿Alguien puede entenderlo en un examen destinado a obtener la especialidad de geriatría?”, se preguntan los profesionales en una de las recogidas de firmas impulsadas por el colectivo para que se dé una solución a lo que califican como “despropósito”.
Una opinión que comparten los colegios profesionales y el Sindicato de Enfermería (SATSE), que también ha puesto en marcha varias acciones de protesta, como explica la secretaria provincial de la organización, Maribel Pascual. Así, ha promovido el envío individual de escritos de queja a los Ministerios de Educación y Sanidad, a los que SATSE también ha dirigido una reclamación conjunta apoyada por numerosas firmas.
Para los afectados, algunos de los cuales trabajan desde hace más de una década como enfermeros geriátricos en centros sociosanitarios -el requisito para acceder a la convocatoria extraordinaria era contar con cuatro años de ejercicio en este ámbito, o dos años de formación específica y dos de desempeño profesional- ha sido un duro golpe sentir que, a pesar de su “continua formación y preparación profesional y de tantos años de servicio a los mayores” pueden quedar excluidos de la obtención del título por una convocatoria “tan fuera de contexto” de la asistencia geriátrica.
Preguntas médico-quirúrgicas
“La parte práctica se nos reconoce, y para acceder al título se nos exigían ciertos conocimientos teóricos, que son los que se iban a evaluar con un examen que la mayoría hemos preparado con estudio y asistiendo a cursos organizados por academias, sindicatos y colegios de Enfermería, impartidos por gente muy preparada. Cursos en los que se nos ha formado en todo lo que tiene que saber una enfermera para el ejercicio de su profesión, pero luego no se nos ha preguntado por nada de eso, sino por cuestiones médico-quirúrgicas que nada tienen que ver con los cuidados de Enfermería. Incluso a nivel de diagnóstico, cuando a nosotros el enfermo ya nos llega diagnosticado”, explica desde Salamanca una de las profesionales que concurrió a la prueba, que también critica lo “enrevesado” de unas preguntas que, asegura, además estaban “mal formuladas”.
En este sentido, los enfermeros consideran que la convocatoria parecía estar hecha para dificultar el acceso al título de especialistas, algo que afirman no entender, puesto que en la práctica, superar o no el examen no tendrá para este colectivo ninguna consecuencia laboral ni retributiva, más allá de la obtención de un reconocimiento largamente esperado. “No se nos está pagando ni la carrera profesional…”, recuerda esta afectada, que lamenta que con lo sucedido se instale “la sensación de que quienes estamos ejerciendo desde hace años la Enfermería geriátrica en hospitales, centros de salud, residencias y otros centros no estamos preparadas para ello”.
Mientras, y a la espera que desde el Ministerio de Sanidad se aporte alguna solución al problema, sigue en marcha la segunda cita fijada dentro de este procedimiento de acceso excepcional al título de Enfermería Geriátrica, prevista para el 23 de noviembre, también en Madrid. “Si tenemos en cuenta que solo aprobará el 1 o el 2% de los que nos presentamos a la primera convocatoria, todos tendremos que presentarnos a la próxima prueba, que tampoco sabemos cómo será. No sé dónde nos piensan meter a tantos…”, se cuestiona esta profesional.
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