Porsiete, cooperativa de iniciativa social y centro especial de empleo de Salamanca, en el marco de las Empresas de Economía Social, celebra sus diez años de trabajo en el ámbito de la gestión de residuos y lo celebra de la mejor manera posible, con la puesta en marcha de una nueva actividad para seguir creando empleo para personas con discapacidad. Se trata de un nuevo servicio de recogida de aparatos eléctricos y electrónicos , así como la reparación de todo tipo de aparatos informáticos y sus componentes para la reutilización.
“Cuando el viento sopla fuerte, unos construyen muros y otros molinos”. Muros que separan o discriminan frente a molinos que dan energía y respetan el medio ambiente. Así, como un soplo de aire freso cargado de fuerza, de integración, de sostenibilidad y de desarrollo sostenible ha sido en estos diez años la cooperativa Porsiete.
Esta frase, empleada por su presidenta, Pilar Rodríguez Sánchez, es perfecta para explicar la razón de ser de un proyecto que ha generado en estos años una veintena de puestos de trabajo, “de 3 que empezamos ya somos 19”, pero además lo ha hecho en un colectivo especialmente vulnerable, y además, lo ha hecho en un sector del que todos salimos beneficiados: el reciclaje de residuos.
“El reciclaje es una necesidad, y lo que es un problema para todos, nosotros lo convertimos en oportunidad”, decía Pilar Rodríguez, y lo cierto es que en esta década han transformado nada menos que 4.658.499 kilogramos de aceite, ropa y calzado, gracias “a la colaboración del Ayuntamiento de Salamanca y otros de la provincia y a las sinergias establecidas con otras empresas de economía social”. “Compañeras” de un viaje, en el que también “la familia y los amigos” han sido un apoyo constante, “porque nos llaman cuando hay un contenedor lleno o cuando algo no funciona”.
En esta doble vertiente de cooperativa social y centro especial de empleo, Porsiete inicia ahora un nuevo reto, con calma, como quiso puntualizar a quien todos llaman Piluca, pero sin pausa. Un proyecto de recogida y puesta en funcionamiento de aparatos eléctricos, electrónicos e informáticos que, sin duda, “supondrá un impulso” para la generación de empleo y el crecimiento de esta “empresa con alma”.
De hecho, es un sector todavía con un gran camino por recorrer. Valgan como datos que de los 42 millones de toneladas de residuos electrónicos generados en Europa en un año, sólo se reciclaron una sexta parte, o que España generó en 2015 más de 81 millones de kilos de basura eléctrica.
Todo un reto para estas sociedades que se llaman desarrolladas y que todavía necesitan más fe en una economía social que sí es posible, y que ha generado en España hasta dos millones de puestos de trabajo sin destruir empleo en los peores años de las crisis, “porque en estas empresas las personas son lo más importante”.
Por eso una realidad como ésta nos reconcilia con una verdadera democracia, porque “la consolida y la refuerza”, en palabras de la profesora de Trabajo Social de la Universidad de Salamanca Encarna Pérez, encargada de presentar el acto de conmemoración del X Aniversario de Porsiete, donde se reunieron representantes del Ayuntamiento de Salamanca, de Carbajosa, de la Diputación y de la Junta de Castilla y León para mostrar y renovar su apoyo a esta iniciativa.
Encarna Pérez añadió además que los objetivos con los que nació Porsiete se han ido cumpliendo con “creces”, no sólo generando empleo de calidad en un colectivo con mayor vulnerabilidad y hacerlo en un sector de sostenibilidad como es el reciclaje, sino también porque ha contribuido al desarrollo rural, con convenios de recogida por toda la provincia, a la dependencia, logrando activar a personas con discapacidad, y a la integración social.
Unos logros reconocidos por todos los presentes. Desde el alcalde de Carbajosa, Pedro Samuel Sánchez, que elogió el éxito de un proyecto laboral, social y empresarial, hasta la concejala salmantina Cristina Klimowitz, que apostó por que esta empresa “cumpla otros diez años y luego otros diez… promoviendo empleo de calidad, con profesionalidad y con afán de colaboración con otras empresas similares”. En este ámbito, el Ayuntamiento de Salamanca fue pionero en aprobar un protocolo de colaboración con iniciativas sociales, que a día de hoy dan trabajo a 100 personas por los servicios municipales que prestan.
También la Junta de Castilla y León, como recordó su delegado, Bienvenido Mena Merchán, emplea a 435 personas con discapacidad en los 15 centros especiales de empleo que hay en la provincia.
Pasos al frente que, como bien señaló el presidente de la Diputación, Javier Iglesias, están poniendo a España como “ejemplo mundial de economía colaborativa”, un sueño al que todos deberían aspirar para lograr una justa distribución de la riqueza, con sueldos dignos y con beneficios que reviertan en la mejora de la Comunidad.
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