El Comedor de los Pobres de Salamanca ha lanzado este sábado un SOS “con urgencia y esperanza” ante el incremento de la demanda que recibe a diario en sus instalaciones, que se ha duplicado en la última semana. “A la puerta del Comedor llegan cada día más y más personas solicitando ayuda”, explican los representantes de la Asociación Amigos del Silencio y la Felicidad, que gestiona este proyecto.
Según aseguran, cada día atienden a más de 200 personas, pero podrían ser más, ya que hay “muchas familias pasando situaciones desesperantes en sus casas porque no saben o no se atreven a pedir ayuda”.
En este sentido, la entidad recuerda que la puerta del Comedor “está abierta para ayudar a quien lo necesite”, aunque reconoce que está viviendo “una situación desbordante en la que nuestro corazón se encoge entre tantas necesidades, sufrimiento y lágrimas, mezcladas con vergüenza, miedo y desesperación en personas que ven cómo las seguridades de la vida creada se van desvaneciendo”.
Ante esta realidad, la asociación ha lanzado la campaña El hambre no se confina, en la que piden a los ciudadanos que colaboren en el desarrollo de su misión donando alimentos o con una aportación económica a través del número de cuenta ES47 0182 3726 1002 0852 4052. “Nuestros recursos se están viendo muy limitados, pero estamos convencidos de que La solidaridad también se contagia“, señala.
“La COVID-19 no nos ha frenado para seguir ayudando, pero es tanta la necesidad, que precisamos ayuda para seguir atendiendo a todo el que llame a nuestra puerta. Seguimos repartiendo los menús diarios a familias tipo buffet (primer y segundo plato, pan y postre), dando de comer a las personas que viven en la calle, atendiendo necesidades urgentes legales, tramitando ayudas sociales, pagando alquileres, recibos de suministros, medicinas a personas en extrema necesidad… Todo ello, adaptando cada trabajo para cumplir las medidas de seguridad exigidas que aseguran la protección de los trabajadores, los voluntarios y las familias”, explican los representantes del Comedor de los Pobres.
Más de 600 familias han solicitado ayuda a Cáritas Salamanca desde el inicio de la crisis
También Cáritas Diocesana de Salamanca ha registrado en las últimas semanas un considerable aumento de las solicitudes de ayuda como consecuencia de la pandemia. Según informa, desde que comenzó el estado de alarma son 618 las familias que han acudido a la organización en busca de ayuda, muchas de ellas por primera vez. Se trata del doble que en los anteriores meses del año.
Como explica la entidad, desde el recurso de acogida y atención primaria se acompaña a las familias y se presta apoyo económico para ayudas de alquiler, alimentación o suministros, áreas a las que se habían dedicado 120.000 euros el 20 de abril.
“El confinamiento ha dejado a muchas familias en una situación muy complicada. Muchas personas que ya tenían empleos precarios, que vivían al día, se han quedado sin ingresos. Otros viven un confinamiento difícil, porque sus viviendas no reúnen las mínimas condiciones o porque su salud se está viendo afectada. Para algunos, la soledad se ha agudizado”, recuerda Cáritas, que ha puesto en marcha la campaña Cada gesto cuenta para destacar “los innumerables gestos de solidaridad” que recibe de empresas, voluntarios –”sin los cuales la labor de Cáritas no podría llevarse a cabo”–, socios y donantes. “Su ayuda y generosidad es imprescindible, y más en estos duros momentos; gracias a sus aportaciones podemos seguir acompañando a las personas más afectadas”.
Un ejemplo más de colaboración son los mensajes que llegan a la organización procedentes de personas de diferentes ámbitos de la sociedad salmantina que se han sumado a la iniciativa y que recuerdan, “ahora más que nunca, que cada gesto cuenta” (ver vídeo).
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