El acceso de los pacientes a los centros de salud se ha visto dificultado por la pandemia provocada por la covid-19 y por la saturación a la que se ha visto sometida el sistema sanitario. Prueba de ello es que, sobre todo durante la primera ola, muchos pacientes crónicos tuvieron dificultades para que se evaluasen las renovaciones de sus tratamientos al no poder conseguir cita por los cauces habituales con su médico o enfermero de referencia.
En ese contexto nació en Sevilla dentro de la UGC Farmacia Atención Primaria Sevilla (intercentros) de los Distritos Aljarafe-Sevilla Norte y Sevilla, el programa AP Farm@, liderado por farmacéuticos de Atención Primaria en alianza con el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, que busca mejorar y agilizar la comunicación entre la farmacia comunitaria y la Atención Primaria en beneficio del paciente, pero también de la eficiencia del sistema sanitario y de la descarga de trabajo a médicos y enfermeros.
“En una primera fase de AP Farm@ se aprovechó la cercanía, la accesibilidad y el contacto directo de las farmacias comunitarias con los pacientes para detectar necesidades de renovación de medicamentos que se habían escapado de los otros cauces que tenemos para su renovación. Lo que hacíamos los farmacéuticos de atención primaria era actuar como filtro gracias a la accesibilidad a información clínica, a las prescripciones del paciente y a las otras intervenciones que se estaban llevando a cabo para no duplicar esfuerzos: evaluábamos las demandas que llegaban, recabábamos información, solucionábamos directamente las que podíamos y, las que no, las derivábamos al centro de salud”, explica Ingrid Ferrer, farmacéutica de AP en Distrito Sevilla y miembro del grupo de Pacientes y Ciudadanía de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP).
Solo durante la primera ola de la pandemia, entre los meses de marzo y mayo, los farmacéuticos de Atención Primaria y de Farmacia Comunitaria de Sevilla dieron solución a 5.000 solicitudes con la ayuda de las farmacéuticas del centro de información del medicamento del colegio de farmacéuticos de Sevilla. “Este programa demuestra que si sumamos los potenciales de las modalidades asistenciales farmacéuticas y nos interrelacionamos, podemos mejorar la educación y la seguridad del paciente, evitando visitas al centro de salud y mejorando la eficiencia del sistema sanitario”, argumenta Ferrer.
Una segunda fase centrada en la seguridad al paciente
Solucionado tras la primera ola el problema de accesibilidad al medicamento, el programa AP Farm@ se ha centrado a partir de entonces en aspectos más clínicos y de seguridad del paciente. El protocolo de actuación, no obstante, es el mismo y arranca por la figura del farmacéutico comunitario, encargado de detectar incidencias durante su labor asistencial con los pacientes y sus medicamentos (problemas de seguridad, interacciones, reacciones adversas, falta de adherencia, duplicidad, incidencias en pautas posológicas o de dosificación, intolerancias a excipientes, descompensación de alguna patología de base, etc) y trasladárselas a los farmacéuticos de Atención Primaria.
Éstos últimos evalúan las incidencias. En caso de que no requieran atención médica o enfermera las gestionan directamente con la farmacia comunitaria y el paciente por teléfono o por correo electrónico. En caso de requerir atención médica o enfermera, tras hacer una revisión farmacológica derivan estas incidencias al centro de salud o las comunican directamente al profesional médico/enfermero del paciente.
El programa AP Farm@ también está siendo utilizado para problemas de desabastecimiento de medicamentos, en cuyo caso los farmacéuticos de Atención Primaria buscan la mejor alternativa terapéutica y, en función del impacto de la misma en el tratamiento, transmiten la información al profesional individualmente, al centro de salud o a todo el conjunto de profesionales de Atención Primaria que pudiesen verse afectados por el desabastecimiento.
“La idea es solventar incidencias que esté en nuestras manos resolver para facilitar el trabajo a nuestros compañeros del centro de salud y no sobrecargarlos más en un momento en el que están agotados pues su actividad se ha visto incrementada”, afirma Ingrid Ferrer.
Para la miembro del Grupo de Pacientes y Ciudadanía de SEFAP, con un programa como APFarm@ ganan todos los implicados. “El paciente gana en accesibilidad y seguridad, los farmacéuticos de Primaria y los comunitarios ganamos en coordinación y conocimiento, los médicos de familia y los enfermeros ganan también, porque les ahorramos tiempo y les ponemos el foco en temas que priorizar. Y, por último, gana el sistema sanitario, porque programas como éste alinean a todos los profesionales y transmiten una imagen de unidad”, concluye.
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