Un estudio dirigido por el Dr. Rubén Artero, del Grupo de Genómica Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de Valencia, y la Dra. Patricia Robledo, del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona, abre nuevas vías para el tratamiento de alteraciones del Sistema Nervioso Central (SNC) en pacientes con distrofia miotónica tipo 1 (DM1).
Sus resultados confirman el efecto beneficioso de la administración de un fármaco antidepresivo, la mirtazapina, ante sintomatologías descritas en esta enfermedad, como las alteraciones neuronales, la inflamación en las células gliales (células del sistema nervioso que no tienen axones, dendritas ni conductos nerviosos) y la pérdida de neuronas en el giro dentado del hipocampo (una circunvolución del cerebro que juega un papel importante en la memoria).
El estudio multicéntrico -en el que también han participado el Grupo de Farmacología Integrativa y Neurociencia de Sistemas, del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), y el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona- ha tenido su reflejo en el artículo Protective effects of mirtazapine in mice lacking the Mbnl2 gene in forebrain glutamatergic neurons: Relevance for myotonic dystrophy 1, recientemente publicado en la revista Neuropharmacology.
Enfermedad con deterioro cognitivo
La DM1 es una enfermedad multisistémica que afecta principalmente al sistema muscular y genera alteraciones del SNC, que hacen que los pacientes presenten deterioro cognitivo y trastornos de ansiedad y depresión. La aparición de estas neuropatologías está relacionada con la falta de función del gen Mbnl2.
En el estudio realizado se empleó un modelo de ratón (modelo murino), que se caracteriza por la falta de expresión del gen Mbnl2 en neuronas glutamatérgicas (neuronas que sintetizan glutamato, que es un neurotransmisor excitador), con el fin de analizar los efectos de la ausencia de este gen en cuanto a la aparición de alteraciones neurobiológicas relacionadas con la DM1.
Los resultados mostraron que estos ratones exhibieron alteraciones comportamentales, como pérdida de memoria y aparición de estado depresivo y de ansiedad -que se observan también en pacientes-, en comparación con los ratones normales.
Con el objetivo de hallar un fármaco como posible tratamiento contra las afecciones del SNC en los pacientes de DM1, se realizó un cribado farmacológico de 1.200 compuestos, procedentes de la quimioteca Prestwick y aprobados por la FDA (Food and Drug Administration) –la Agencia de Medicamentos y Alimentación, de Estados Unidos-, con un modelo neurológico para DM1 en Drosophila.
Modelo de mosca y ratón
De los 1.200 compuestos testados en el modelo de mosca, la mirtazapina, un antidepresivo atípico, mostró efecto terapéutico para la DM1 a distintas concentraciones y temperaturas. El modelo de mosca se utilizó porque, para realizar esta cifra de tests, se necesitarían muchísimos ratones ya que, además, cada compuesto se prueba 3 veces. Habitualmente se recurre primero a probar los fármacos en organismos más pequeños y fáciles de manejar. De este modo, es posible hacer una primera selección de los compuestos con posible acción terapéutica, para, después, testar una cantidad menor de fármacos (los que presentan resultados positivos) en organismos superiores como el ratón.
La mirtazapina se administró al modelo de ratón observándose, en las dos dosis testadas, una mejora de los déficits cognitivos así como una atenuación del estado depresivo, en comparación con los ratones no tratados.
Además, los ratones tratados mostraron un incremento en la expresión de marcadores relacionados con proliferación neuronal, lo que puede tener un papel importante en el desarrollo y mantenimiento de la memoria y el aprendizaje.
En conclusión, el modelo con alteraciones neurológicas de DM1 en mosca resultó ser una herramienta clave para encontrar un fármaco, la mirtazapina, con efecto beneficioso contra la DM1. El modelo murino de DM1, por falta de función de Mbnl2, mostró ser un buen modelo de la enfermedad por presentar alteraciones neurológicas vistas en pacientes como estados de depresión, ansiedad, neuroinflamación y alteraciones en neurotransmisores. Además, proporcionó evidencia de que el antidepresivo atípico mirtazapina podría ser un nuevo candidato potencial para aliviar los síntomas neurológicos en pacientes con DM1.
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