Ser cuidador primario es una de las funciones con más desgaste a nivel emocinal, físico y social.
Un cuidador primario sufre un cambio radical en sus hábitos de vida que afectan a la esfera del trabajo, de las relaciones, del descanso, del ocio, etc.
Por regla general, la creencia del cuidador es que ha de ser siempre solícito y mantenerse al 100 por cien, en una labor maratoniana que la mayor parte de las veces nos deja exhaustos, si no somos capaces de dedicarnos el tiempo necesario al descanso y aprendemos a delegar en otro cuidador sustituto mientras cargamos pilas para poder seguir ofreciendo una atención de calidad.
Si esto no se lleva a término, aparece el síndrome del cuidador, que se caracteriza por la aparición de problemas físicos, emocionales y sociales, viéndose afectadas sus relaciones, su intimidad y su libertad.
Ante situaciones vitales como enfermedad crónica, cáncer, parálisis cerebral, esclerosis, etc., son varios los componentes que están marcando dicha situación:
– Por un lado, las demandas reales de la situación.
– Por otro, las demandas reales y no reales del paciente.
Cuando la enfermedad no es aceptada por aquel que la padece, se genera a nivel cognitivo y emocional un rechazo, no sólo de la situación, sino del propio cuidador. Y si este ultimo, por compasión, cede a todas las demandas del enfermo, estaremos sentando las bases para que la conducta del que es cuidado se tiranice, generándose a nivel inconsciente una manipulación emocional que desgasta aún más al cuidador. Se forma, pues, un bucle de demanda excesiva/ofrecimiento desmedido, que redunda en un desgaste bilateral.
En este sentido, es muy conveniente aprender a poner límites a dichas demandas, cuando éstas son desmedidas y no funcionales, dando así la oportunidad al enfermo de aprender a gestionar la situación y trabajar en pos de su autonomía, en la medida en que la situación lo permita y en función el grado de dependencia.
La adecuada gestión de las emociones es por tanto necesaria, tanto para el paciente como para el cuidador primario, siendo altamente beneficioso convertir dicha situación en un sistema de ayuda mutua a nivel emocional, donde el cuidador y la persona cuidada ofrecen su apoyo para un funcionamiento adecuado de la relación, siempre que sea posible.
Es importantísimo contar con una red de apoyo familiar o social que permita al cuidador primario otorgarse sus tan necesarios descansos para la adecuada gestión del estrés y las emociones. Como apuntaba anteriormente, si las pilas se recargan podremos volver a funcionar en un nivel óptimo; si no, es muy dudoso.
Es muy recomendable hacer una valoración de la autoeficacia percibida con preguntas donde el compromiso sea la sinceridad con uno mismo, en aras del bienestar del paciente y del cuidador, tales como:
♦ ¿Cree que su paciente le pide más ayuda de la que realmente necesita? Si contesta sí, otórguese ya su tiempo y aprenda a decir no
♦ ¿Cree que, por el tiempo que dedica a su paciente, no tiene suficiente tiempo para usted? Dése su tiempo, aprenda a delegar y cuide de usted. Es su derecho.
♦ ¿Se siente agobiado por cuidar a su familiar y tratar de cumplir otras responsabilidades? Establezca un día de prioridades, dedíquese a otras responsabilidades.
♦ ¿Cree que su salud se ha visto afectada por cuidar de su paciente? De inmediato busque momentos de ocio y esparcimiento, trabaje con la relajación, música suave, mire vídeos de risa, contacte con la naturaleza.
♦ ¿Cree que su intimidad se ha visto afectada por cuidar de su paciente? Tenga en cuenta que la intimidad es un apartado necesario para su equilibrio emocional.
♦ ¿Cree que su vida social se ha deteriorado por cuidar a su familiar? Reconozca la importancia de su propia vida personal y social.
♦ ¿Se siente incómodo por desatender a sus amistades por cuidar de su paciente? Establezca ratos para ver a sus amigos y trate de gestionar la culpa si ésta aparece. Sobre todo, entienda “que nadie somos ni imprescindibles ni omnipotentes”.
♦ ¿Cree que su paciente espera que usted sea la única persona que le cuide, como si nadie más pudiera hacerlo? Aclarar esto es de vital importancia. Fomentar la dependencia no es funcional.
Puede estar seguro de que, llevando a cabo dichas recomendaciones, estará en situación de ofrecer a su familiar una ayuda de calidad, puesto que usted se ha ayudado anteriormente.
Para el cuidador primario, existen programas psicoeducativos donde se aprenden habilidades de autocuidado y afrontamiento del estrés con el fin de elevar el nivel de vida de ellos y sus familias y promover la formación de redes sociales eficientes.
Es por tanto, cuidador primario, un compromiso con usted mismo.
asantero7@hotmail.com
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