Volkswagen rápidamente se ha apresurado en averiguar (aunque quizá sea una estimación) cuántos de sus vehículos tenían instalado el software que permitía medir niveles distintos de los reales (que están muy por encima) de emisiones de CO2.
Leo que, aparentemente, el consejo de dirección (board) solo fue informado de este problema durante la última reunión, muy poco antes de que el escándalo comenzara a aparecer en los medios de comunicación.
Aunque no pondré esto último en duda, es sorprendente. Sorprendente porque el consejo, entiende, tiene entre sus obligaciones velar por el buen hacer de la compañía, entre otras cosas.
Elucubro que saber con tantísima rapidez los detalles de algo que entiendo conocían muy pocos dentro de la compañía (ni siquiera el board) supone que el sistema de organización del fraude estaba perfectamente organizado y estructurado con precisión. Y que cada una de las personas que formaban parte del entramado lleva viviendo una doble vida cada uno de los minutos que han transcurrido desde que se prestara al juego, incluso durante el sueño.
Me pregunto cómo han sido capaces de resistirlo. De hecho, llevo muchísimo tiempo dándole vueltas al proceso por el que nosotros, los humanos, adquirimos la capacidad de separarnos de nuestra humanidad y comenzamos a cosificar al otro con la mayor tranquilidad del mundo. Entiendo que cosificar, despojar al otro de su humanidad o de su capacidad de sentir (no nos olvidemos de animales, plantas, planeta…) es el paso necesario para poder poner en marcha lo que nunca nos haríamos a nosotros mismos.
- ¿Estaríamos cada uno de nosotros, a nivel individual, dispuestos a respirar 20 veces más CO2 del que está permitido?
- ¿Querríamos respirar 22 veces más partículas y cuatro veces más dióxido de nitrógeno?
- ¿Nos gustaría quedarnos sin capacidad de tener un futuro de vida si fuéramos uno de los jóvenes con permanentes contratos de becario a precios ridículos?
- ¿Querríamos quedarnos sin una determinada ayuda porque el proceso para solicitarla es diabólico y somos incapaces de descifrarlo?
- ¿Nos pondríamos en el lugar del que se marcha antes de que se le realizara la prueba diagnóstica porque la lista de espera era enorme y fuimos incapaces de resolverla?
- ¿Emplearíamos cuatro años de nuestra vida en estudiar una carrera universitaria que no nos preparara para el (poco) mercado de trabajo que haya cuando terminemos?
Estoy convencida de que ninguno de nosotros, en el uso de nuestro sentido común, que nos presupongo a todos, respondería sí a ninguna de las preguntas anteriores. Entonces, si para nosotros no (aunque en muchos temas esto está por ver, pues formamos parte del sistema, no estamos en una burbuja), ¿qué nos hace actuar como si para los demás estuviera bien que la respuesta fuera sí?
¿De dónde viene nuestra capacidad de negar la realidad? Lean… Volkswagen desestimó la preocupación de los legisladores americanos en 2014 sobre los niveles de emisión de sus vehículos alegando que eran “problemas técnicos” y, asómbrense, “condiciones inesperadas del mundo real” (http://www.bbc.com/news/business-34324772)… como si alguna vez nosotros, los humanos, hubiéramos tenido la capacidad de extender las condiciones de laboratorio al mundo real (a nuestro antojo) o como si hubiera algún otro mundo distinto del real.
Créanme que reflexiono constantemente sobre esto, pues es imperativo que descubramos el proceso para aplicar un antídoto que lo revierta lo más pronto posible, o nos mereceremos todo lo que se nos viene encima.
Intuyo que mucho procede de nuestra incapacidad, como bien dice Otto Scharmer, de ver el sistema en su totalidad y, por lo tanto, acabamos produciendo resultados que nadie quiere. Así que podríamos comenzar por trabajar en este sentido, adquirir la capacidad de ver el sistema (https://www.presencing.com/sites/default/files/page-files/TU-ExecSum-Spanish.pdf) y quizá nuestras acciones u omisiones comiencen a ser distintas. Puesto que se puede ser negligente por acción y por omisión, no nos olvidemos de que mirar hacia otro lado no está exento de consecuencias.
Feliz semana, sin más escándalos.
*Catalizando el desarrollo integral de personas y organizaciones
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