La Psicología como ciencia genera aportaciones extraordinarias a los estilos de vida de las personas y contribuye a la recuperación de un equilibrio que, bien por ansiedad, depresión, fobias, baja autoestima, estrés, dependencia, etc. los seres humanos van perdiendo.
No obstante, observamos que los problemas psicológicos como los mencionados suelen estar en función de experiencias negativas, experiencias no satisfactorias que conviene superar para poder restaurar ese equilibrio que todos buscamos.
La Psicología tradicional se ha centrado de manera especial en la psicopatología, el dolor emocional y en cómo encontrar el modo de evitarlo y superarlo.
Sin embargo, la gran mayoría de la gente tiene vidas equilibradas. Habitualmente, las personas se levantan, van a sus trabajos, desarrollan sus estudios, practican algún hobbie, se toman un café con un amigo y, al llegar la noche, leen o se entretienen con un programa de televisión. Con estas personas que “no necesitan un psicólogo”, la Psicología se ha quedado corta, pues si bien el enfoque clásico no ha dejado de lado las experiencias positivas, hay que reconocer que sobre todo la contribución a las personas que podemos llamar equilibradas ha sido mínima.
Por el contrario, la Psicología Positiva da protagonismo a las personas que se sienten plenas, felices y realizadas. Pone el foco en todas esas cualidades positivas que hacen que alguien se sienta bien, en cómo desarrollarlas y en las fortalezas que poseemos cada uno que hacen que valga la pena vivir la vida. Porque no solo ayuda a promover una vida más satisfactoria, sino también a prevenir patologías que se producen cuando la vida está vacía o parece no tener sentido.
Por supuesto, la Psicología Positiva no ignora los problemas, el sufrimiento o los aspectos negativos, sino que viene a complementar la Psicología tradicional como una rama más de conocimiento y estudio del ser humano desde una nueva perspectiva, desde un eje transversal. Una persona puede no estar deprimida ni tener ningún problema emocional o trastorno psicológico, pero aún así puede que tampoco sea feliz, la ausencia de dolor no implica felicidad. Así, la intervención ideal sería la consideración de ambos enfoques de forma conjunta.
En un encuentro en la ciudad de Akumal (Méjico) en 1998, los principales investigadores del campo acordaron los pilares básicos de la Psicología Positiva: el estudio de las emociones positivas, los rasgos positivos y de las instituciones positivas. |
A continuación, se explican las áreas que aborda la Psicología de acuerdo a cada enfoque:
Psicología tradicional:
– Evalúa los trastornos psicológicos, los rasgos de personalidad patológicos, los conflictos o los síntomas.
– Trata de aliviar o mejorar los síntomas, esclarecer los conflictos. Trabaja sobre situaciones problema. Se busca eliminar los aspectos negativos.
– Identifica los problemas y pone en marcha estrategias dirigidas a la mejora del déficit: la insatisfacción laboral, el bajo rendimiento, la baja motivación, el poco compromiso, el estrés laboral, el ausentismo.
– Se centra en los factores que obstaculizan o inhiben el proceso de aprendizaje. Realiza intervenciones psicopedagógicas para rehabilitar los puntos débiles. Ofrece orientación a los padres sobre aspectos conflictivos de niños y adolescentes.
Psicología positiva:
– Evalúa los aspectos adaptativos, el potencial de las personas, las fortalezas, el bienestar psicológico, los recursos, la creatividad.
– Trabaja sobre los rasgos positivos y el cultivo de fortalezas. El cambio positivo se logra aumentando las capacidades resilientes del paciente, la frecuencia de emociones positivas, el significado de la vida, la realización de actividades intencionales para aumentar el bienestar.
– Potencia las virtudes organizacionales, incrementa el bienestar laboral, trabaja sobre el capital psicológico de los miembros de la organización.
– Se centra en cómo aplicar las fortalezas personales en diferentes contextos para favorecer los estados de flow. Se entrenan las capacidades metacognitivas, la motivación, la inteligencia emocional y la práctica.
¿Practicamos?
El ejercicio que te propongo es fácil de realizar, sólo necesitas una libreta y ganas de conocer los beneficios de la Psicología Positiva.
En esta libreta personal comenzarás a escribir a partir de hoy todo lo bueno que recuerdes que te ha sucedido durante el día. Hazlo antes de acostarte, enfocándote en las emociones positivas que experimentaste y en las acciones y resultados positivos en general.
Como verás, la tarea es sencilla y antes de desestimarlo, déjame comentarte el potencial científico que hay detrás de ella: el gran aporte de este ejercicio es darte un espacio para visualizar lo positivo de tu rutina, las pequeñas cosas que lograste y compartiste, lo que te hizo reír y lo que agradeces haber experimentado.
Este simple hecho que empieza de una manera forzada podrá comenzar a crear nuevos circuitos cerebrales desde donde las nuevas experiencias se canalizarán. Lo que se ha demostrado es que las experiencias estresantes o ansiosas se afrontan con un mayor optimismo e incluso creatividad con respecto a su solución.
? No debemos confundir la Psicología Positiva con el “pensamiento positivo” como corriente de autoayuda. La Psicología Positiva es una rama de la Psicología y, por tanto, es una ciencia cuyas conclusiones están basadas en estudios e investigaciones realizadas por psicólogos.
* Fátima Izquierdo es especialista en Psicología Positiva, Máster en Psicooncología y en Terapia Cognitivo-Conductual. Ha trabajado durante más de 15 años en consulta clínica y posteriormente ejerciendo como investigadora en proyectos nacionales e internacionales, especializándose en la elaboración de Herramientas para la Ayuda de Toma de Decisiones en salud. En la actualidad, es madre de dos niños, su proyecto más creativo. Sin Diván es su primera experiencia como emprendedora. Puedes contactarla en Siquia o través de www.sindivan.com.
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