La Sociedad Española de Diabetes (SED) y su Fundación (FSED), así como la Federación Española de Diabetes (FEDE), dando voz tanto a los profesionales sanitarios vinculados con el manejo de esta enfermedad como a las personas que la padecen (y a sus familiares), coinciden en exigir más recursos, formación y personal de Enfermería para hacer frente a las crecientes necesidades que impone esta enfermedad y antes los nuevos desafíos que plantea en el actual contexto de pandemia mundial de coronavirus.
El llamamiento lo han efectuado en un acto para presentar el Día Mundial de la Diabetes, que anualmente convoca la International Diabetes Federation (IDF) el 14 de noviembre, y que apoya desde nuestro país la SED, la FSED y FEDE. Este año se celebra bajo el lema El personal de Enfermería y la Diabetes, con el objetivo de concienciar sobre el papel crucial que desempeña este colectivo en el apoyo a las personas que viven con diabetes; además, este año 2020 coincide también con el Año Internacional de la Enfermería al celebrarse el centenario del nacimiento de Florence Nightingale, enfermera inglesa que sentó las bases de la enfermería científica actual.
Y es que, como destaca el presidente de la SED, el Dr. Antonio Pérez Pérez, en un momento como el actual, en el que las circunstancias han puesto de manifiesto la importancia de la monitorización y la autogestión del tratamiento por el propio paciente y en el que se están replanteando los modelos de asistencia, “es especialmente importante insistir en la incorporación de la figura de la enfermera experta en diabetes como profesional fundamental en la atención de las personas con esta enfermedad; además, se confirma que la dotación de enfermeras con formación adecuada para ayudar a las personas con diabetes es claramente deficitaria”.
Según la Dra. Sonia Gaztambide, presidenta de la Fundación de la SED, “es imprescindible dotar de recursos humanos, especialmente de enfermeras educadoras, para abordar la atención a las personas con diabetes de forma adecuada y garantizar la calidad de la asistencia”. En este sentido, el Dr. Pérez Pérez resalta que, “dentro del sistema sanitario, el colectivo de enfermería son los profesionales mejor preparados para transmitir conocimientos, habilidades y motivación necesarias”; por eso, reclama que “los responsables políticos y las organizaciones de enfermería deben poner los medios para mejorar la formación y dotación de las enfermeras como elemento clave en la atención de las personas con diabetes”.
Poniendo en valor el papel de Enfermería
Tanto desde la SED/FSED como desde FEDE se llevan muchos años defendiendo la importancia de la educadora en diabetes. Y es que, como resalta la presidenta de la FSED, “la educación terapéutica en diabetes es una parte fundamental del tratamiento, junto con un estilo de vida apropiado y los fármacos”.
En los últimos años se han ido añadiendo otros elementos al tratamiento, tales como las nuevas tecnologías y los sistemas de información, lo que ha añadido dificultad al automanejo de la diabetes; en este contexto, opina la Dra. Gaztambide, “es prácticamente imposible que una persona con diabetes pueda asumir el manejo de su enfermedad sin contar con la ayuda de un profesional que le informe, enseñe y dirija por el camino del buen control de la enfermedad, que permita una mayor esperanza y calidad de vida; y esta figura es la enfermera educadora en diabetes”.
Sin embargo, a pesar de su importancia, “su papel no está suficientemente valorado a nivel oficial”, reconoce la presidenta de la FSED, quien reclama “una formación de más calidad para estas profesionales y que no se improvise”; y es que, asegura, “debería ser imprescindible un perfil específico de educador en diabetes, con diversos niveles de capacitación, para acceder a estos puestos; mientras esto no se cumpla, el reconocimiento de su función será ‘papel mojado’”.
Enfermería, esencial para la persona con diabetes
Las enfermeras de práctica avanzada en diabetes, denominadas también enfermeras educadoras, expertas o especialistas, son las que asumen los roles de enfermera clínica especialista. Según enumera la Dra. Marga Jansá i Morato, educadora en diabetes (Barcelona), “entre otras funciones, realizamos labores de asistencia, docencia, investigación, gestión y, de manera especial, la educación dirigida a las personas con diabetes, familiares o cuidadores, así como la formación de otros profesionales de la salud”.
Y, para todo ello, resalta, “se necesita de una formación específica y acreditada”, más aún teniendo en cuenta que “los profesionales de la enfermería expertos en diabetes y educación terapéutica son clave en cualquier equipo interdisciplinar de atención a las personas con diabetes”, indica esta experta.
Y es que la educación es uno de los elementos esenciales del tratamiento de las personas con diabetes. “Resulta clave para que los pacientes adquieran la capacidad de autonomía y autogestión necesarias para ser protagonistas activos de su tratamiento y, con ello, mejorar el control, reducir las complicaciones y disfrutar de calidad de vida”, resalta el presidente de la SED, quien recalca que “en España la dotación de enfermeras expertas en diabetes y en programas de capacitación es bajo y debe mejorar”.
Las propias personas con diabetes admiten este déficit, siendo una de las principales demandas de FEDE desde hace décadas. Según señala Aureliano Ruiz, presidente en funciones de la Federación Española de Diabetes (FEDE), “reclamamos una mayor apuesta por la educación diabetológica individualizada y continuada en el tiempo para las personas con diabetes, ante la ausencia de educadores en diabetes en el entorno de la Atención Primaria, y que resulta de especial trascendencia y necesidad en estos momentos de la pandemia”.
COVID-19 y diabetes
En cuanto al impacto que la COVID-19 está teniendo en las personas con diabetes, el representante de FEDE asegura que “durante esta pandemia, y ante la anulación de las consultas presenciales en Atención Primaria, se han suspendido prácticamente todas las iniciativas de educación en diabetes” y esto ha hecho que “muchas personas con diabetes hayan experimentado un deterioro importante en el control de su enfermedad; están perdidas sin la indispensable labor de apoyo y orientación que ofrecen los profesionales sanitarios”.
Y es que, según explica Aureliano Ruiz, “cuando se diagnostica la diabetes en una persona, ésta necesita de la tutela de un profesional, que haga unas funciones similares a las que ejerce un profesor que debe enseñar a entender la enfermedad y cómo afrontarla; este papel orientador es el que ejerce la enfermería educadora en diabetes”. Para el presidente en funciones de FEDE, y dado que se asume que la COVID-19 ha venido para quedarse, “es el momento de que políticos y autoridades sanitarias dejen ya de escudarse en esta enfermedad para desatender otras como la diabetes, porque las consecuencias a medio y largo plazo pueden ser muy graves”.
Por parte de la SED y la FSED se recuerda que la diabetes es una de las comorbilidades más frecuentes en personas con COVID-19. Aunque la prevalencia varía ampliamente según las series publicadas, se estima que se sitúa entre el 7 y el 30%. Aunque la presencia de diabetes no parece aumentar el riesgo de infección, empeora el pronóstico de la misma. “Una vez adquirida la COVID-19, la diabetes aumenta la gravedad y mortalidad de la enfermedad, de forma que las personas con diabetes y/o hiperglucemia no controlada tienen más del doble de probabilidades de ser ingresadas en unidades de cuidados intensivos y la mortalidad es hasta tres veces mayor en comparación con los pacientes sin diabetes y/o hiperglucemia no controlada”, apunta el Dr. Antonio Pérez.
Desde la SED y la FSED, ante la pandemia de coronavirus, se insiste en una serie de consejos prácticos para las personas con diabetes: 1) evitar el contagio por coronavirus, extremando las medidas recomendadas para la población general; 2) seguir las recomendaciones indicadas para su cuidado e intensificar en lo posible todas aquellas medidas que estén en su mano para mejorar el control glucémico y el de las complicaciones o enfermedades asociadas como la obesidad, la hipertensión o la dislipemia; 3) no demorar las visitas con el médico o la enfermera, bien en formato presencial o remoto, así como la realización de analíticas u otras exploraciones indicadas.
En concreto, la Dra.Sonia Gaztambide aconseja a las personas con diabetes “mantener una hidratación adecuada, no suspender el tratamiento con insulina, realizarse más controles (incluyendo cetonemia o cetonuria) y ajustar el tratamiento según los mismos”.
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