En un año marcado por una crisis sanitaria sin precedentes en la edad contemporánea, regalar salud adquiere un valor añadido, más si cabe si se trata de nuestra visión, que reporta el 80% de la información que recibimos y es, además, el sentido más valorado por los ciudadanos. Por ello, una revisión completa del estado de tu salud visual con tu óptico-optometrista puede convertirse en nuestro mejor regalo estas navidades.
Así lo recomienda la decana del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, Inmaculada Aparicio, consciente de que un 2020 “tan inusual, marcado por la pandemia, posiblemente nos ha hecho retrasar o incluso olvidar cuestiones importantes de la salud, bien por temor a acudir a un centro sanitario, bien por descuido”. Como indica, “es el momento de recapacitar con el nuevo año, poner nuestro granito de arena y recordar la importancia de una revisión visual”, porque “tal vez estemos perdiéndonos ver el mundo de otra manera”.
Muchas veces, cuando se acercan las navidades, pensamos en qué podemos pedir a los Reyes Magos o a Papá Noel, y solo se nos ocurren cosas materiales. Sin embargo, hay ocasiones en las que podemos regalar algo realmente útil a los que nos rodean, sin comprometerles a un artículo que quizá no les gusta o no necesitan, como explica la secretaria general de COOCYL, Ana Belén Cisneros.
Así, según relata esta experta óptica-optometrista, empezando por los más pequeños de la casa, es fundamental “comprobar que sus ojos están perfectamente, ya que tienen una gran carga de trabajo en visión próxima, no solo por el estudio, sino también por los dispositivos digitales”. “Hay que vigilar que funcionan correctamente en visión de lejos y que no sufren fatiga en visión próxima”, añade.
Pero si tienes entre 45 y 50 años también es hora de revisar la visión para compensar la vista cansada o presbicia, y para los mayores de 60 años, además de todo lo anterior, es muy interesante examinar el fondo de ojo para detectar patologías cada vez más prevalentes, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), el glaucoma o las cataratas, y poder derivar a tiempo al especialista correspondiente.
Además, es de esperar que en 2021 sigamos usando en mayor medida los dispositivos digitales. El teletrabajo, las reuniones por internet, en vez de presenciales y los cursos y seminarios online nos van a llevar a permanecer muchas horas delante de las pantallas, y esa exigencia visual puede producir fatiga en nuestros ojos, aunque solo haya un pequeño defecto refractivo sin corregir. “De ahí la importancia de que empecemos el nuevo año en buenas condiciones de salud visual”, añade Cisneros.
Tiempo de regalos
Pero las fiestas navideñas también pueden ser un buen momento para los regalos materiales relacionados con nuestra salud visual: ¿qué tal unas gafas de sol o unas gafas para deporte? ¿Sabes que existen gafas de natación graduadas? ¿Y qué tal olvidar el empañamiento de los cristales y usar lentes de contacto? Son muchas las opciones, como destaca la decana de COOCYL, “y muchas las posibles variables dentro de cada una, porque, por ejemplo, no es lo mismo unas gafas de sol para la ciudad que para ir a la montaña o practicar ciclismo”. Por ello, el óptico-optometrista de confianza puede ofrecer asesoramiento y resolver todas las dudas.
En relación con los regalos de los más pequeños, COOCYL recuerda a los padres la importancia de evaluar el papel que desempeñan los juguetes en su desarrollo visual, por lo que, en primer lugar, se deben desechar los artículos que puedan suponen una amenaza potencial para la salud ocular de los niños. Siempre hay que asegurarse de que los juguetes sean apropiados para su edad y grado de madurez, evitando en la medida de lo posible que contengan partes afiladas, puntiagudas o que actúen como proyectiles.
Deben seguirse a rajatabla los consejos de los fabricantes, en especial de aquellos juguetes con lentes o espejos que puedan concentrar la luz, como lupas, telescopios, microscopios o prismáticos, ya que pueden provocar quemaduras graves en los ojos si no se utilizan de forma adecuada y bajo la supervisión constante de un adulto.
Hay que tener cuidado con la iluminación LED (diodos emisores de luz) que podemos encontrar en algunos juguetes, e incluso en la iluminación navideña. El 90% de los LED funcionan mediante un proceso que consiste en obtener una luz blanca con el acoplamiento de un LED azul (cuya longitud de onda es más corta, cerca de la radiación ultravioleta) con un fósforo amarillo. Esta luz azul representa riesgos para la retina, la parte del ojo que es más sensible a la luz ultravioleta. Además, cada unidad de LED tiene una intensidad de luz muy superior a la iluminación convencional, lo que genera deslumbramientos. Por todo ello, COOCYL recomienda que se extremen las precauciones en el uso de esta iluminación por parte de los niños, ya que su cristalino aún no está desarrollado y no puede cumplir con eficacia su función de filtrar la luz.
Por último, los ópticos-optometristas de Castilla y León aconsejan a los padres que jueguen con sus hijos, sobre todo entre los 3 y los 6 años, porque así podrán descubrir también si tienen problemas para identificar colores o para coger un objeto si no lo ven bien, calculan mal las distancias o tienen un campo visual limitado. En ese caso, los padres podrán llevar al niño a una revisión con el profesional óptico-optometrista para la detección temprana de un posible problema visual.
Los videojuegos con moderación y las actividades al aire libre completan los consejos a tener en cuenta para velar por la salud visual de los menores durante las vacaciones de Navidad. Aunque los videojuegos ayudan a desarrollar la coordinación ojo-mano, la rapidez de reflejos y la capacidad de concentración, no se recomienda su uso durante más de 15 minutos consecutivos y siempre en niños mayores de 12 años, ya que la utilización abusiva de este tipo de juegos puede acarrear problemas de salud visual y hábitos sedentarios.
Consejos para la protección en deportes de invierno: gafas de sol
Con la llegada de la Navidad llega también la estación más fría del año, cuando las bajas temperaturas, el viento o incluso el propio sol pueden ser perjudiciales para la salud ocular, sobre todo si se practican deportes de invierno.
Las gafas de sol o, en su caso, las gafas específicas para esquiar son esenciales para filtrar la radiación solar y evitar patologías oculares más o menos graves. La radiación ultravioleta (UV) pueden ser hasta ocho veces más intensa en las pistas de esquí que en otros lugares debido a las propiedades de reflexión de nieve, lo que aumenta el riesgo a largo plazo de desarrollar condiciones patológicas como queratitis, cataratas o incluso degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
El Colegio de Ópticos-Optometristas ofrece los siguientes consejos para proteger los ojos en la práctica del esquí y otros deportes de alta montaña:
• Pregunte siempre a su óptico-optometrista sobre el mejor tipo de protección ocular según la actividad a desarrollar, la fotosensibilidad y el color de los ojos.
• Siempre que sea posible, elija las gafas que ofrezcan una visión óptima, tanto en días soleados como nublados, e incluso con niebla, condición meteorológica muy común en las estaciones de esquí y que hace que la visibilidad sea baja.
• Si se opta por comprar gafas de sol de alta protección o gafas de sol de diseño especial para deportes de invierno, tener en cuenta que cumplan con las normas ISO relevantes para protección y el marcado CE, lo que demuestra que cumplen con las normas de seguridad europeas.
• Hay cuatro categorías de intensidad del color de las lentes en este estándar de protección solar. En las estaciones de esquí se debería escoger la categoría 4 (el más oscuro), ya que es el que más protege en condiciones soleadas.
• Elija gafas de sol que bloqueen del 99 al 100% de la radiación UV-A y UVB.
• Seleccione las gafas que se adapten cómodamente a la forma de su cara. Asegúrese de que es el tamaño adecuado para usted y de que no se caigan en el caso de movimientos bruscos esquiando o a causa de vientos fuertes.
• Asegúrese que las lentes también cubran las zonas laterales de su cara (las sienes), con el fin de proteger también esta zona de las radiaciones solares.
• Las lentes de las gafas de protección solar para el esquí también pueden graduarse, según el defecto refractivo que tenga el usuario, para que la visión sea perfecta a cualquier distancia. La utilización de lentes de contacto también puede ser una buena solución en el caso de usar gafas sin graduación.
• No se olvide de sus hijos; ellos son más vulnerables a los rayos UV. Además, la exposición UV es acumulativa y puede no mostrar su efecto durante años.
• Acuda a su establecimiento sanitario de óptica de confianza.
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