Hace unos días, Salud a diario.es denunciaba algunas situaciones relacionadas con las plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida. Desde su utilización sin estar acreditados para ello, malas ubicaciones de las mismas o el incumplimiento de las dimensiones que marca la Ley. En una entrevista, el presidente regional de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física en Castilla y León (PREDIF), Francisco Sardón, repasa estas cuestiones y otras mejoras pendientes relacionadas con la accesibilidad.
Para una persona con movilidad reducida, ¿qué supone llegar a una plaza de aparcamiento reservada y encontrársela ocupada por alguien que no está autorizado?
Suponen muchas cosas. La primera, frustración, por ver que a día de hoy todavía muchos ciudadanos no respetan este tipo de plazas tan necesarias para las personas con movilidad reducida. Luego, darte cuenta que hace falta un cambio y trabajar en la pedagogía y didáctica con los ciudadanos, sobre todo con aquellas personas que no conocen a ninguna persona con problemas de movilidad y esto no se hace por mala leche sino por desconocimiento. Ese desconocimiento hace que en muchas ocasiones se incumplan normas sin saber la trascendencia que tiene.
Desde el punto de vista práctico, ¿qué dificultades tiene esa persona al no poder contar con su plaza?
Una plaza reservada suele estar en un lugar estratégico, cerca de un edificio público, como un colegio o una administración, o en la zona de cascos antiguos de la ciudad donde es difícil aparcar. Luego, estas plazas tienen unas dimensiones para que una persona con movilidad reducida pueda abrir toda la puerta del vehículo si es que va en silla de ruedas o con un andador, o con problemas de movilidad, que le permita salir con mayor comodidad. A parte de esas dimensiones específicas y en lugares estratégicos, que son los dos criterios para ubicar una plaza, son lo que nos facilita ir a una administración, al centro de una ciudad y salir del vehículo con facilidad. Pero si nosotros tenemos que aparcar en una plaza que no es de personas con movilidad reducida porque donde yo iba aparcar hay una persona que no tiene la tarjeta, me voy a encontrar con el problema que si aparco en batería no voy a poder abrir la puerta del coche y si aparco en línea, lo más seguro es que tenga que salir por el lado de la carretera poniendo en peligro la integridad física de la persona, y seguramente aparque a una distancia mucho más lejana del sitio que iba a ir y eso me va a suponer un grave trastorno físico porque me toca andar igual 300 o 500.
Has hablado de unas dimensiones que marca la ley, pero tampoco se cumplen en ocasiones…
En ocasiones es verdad que se ubican plazas mal, y ni siquiera cumplen los estándares del tamaño, de ancho o de largo de este tipo de plazas. Con lo cual destapa que hay un desconocimiento del por qué de esas medidas y del por qué es muy importante que esté ubicado en un sitio o en otro. Y en la medida de lo posible, las plazas hay que ubicarlas cerca de los edificios públicos, entre una y dos, así como los centros sanitarios y zonas de aparcamiento de mayores dificultades para aparcar que suelen coincidir con las zonas del centro. No hacerlo así es ubicar plazas que no son útiles para las personas con movilidad reducida. No hacerlas en el tamaño que marca los estándares tampoco es hacerlo útil para estas personas, con lo cual, no estamos cumpliendo con la norma ni con ese principio de igualdad a la hora de la movilidad.
¿Qué está sucediendo en Castilla y León? ¿Se está cumpliendo la normativa?
En Castilla y León hay cierta dispersión porque hay que tener en cuenta que la ubicación de las plazas para personas con movilidad reducida son competencia de los ayuntamientos, con lo cual se regula a través de ordenanzas municipales y cada uno tiene competencias para regularlo. De hecho, nosotros hemos instado a la Junta de Castilla y León para que haga una recomendación para todos los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes para que regulen todo de la misma manera, tanto la ubicación de plazas como el poder estacionar gratuitamente en zonas azules o verdes, y el que también se retire las matriculas de las tarjetas de estacionamiento, con el objetivo de que una persona en la tarjeta estén sus nombres y apellidos, así como una fotografía. Pero no necesariamente con la matrícula del vehículo porque si yo voy en el coche de un amigo o en el de un familiar que no es el mío, yo sigo siendo una persona con movilidad reducida. Y la realidad es que si no tengo que poner en la tarjeta una o dos matrículas. Si yo me desplazo en un vehículo que no está a mi nombre, que es de otra persona, me pueden poner una multa. Eso no parece útil y contradictorio para facilitar la movilidad a las personas con discapacidad, con independencia en el vehículo que vayan. Y por supuesto, también regular que se estacione gratuitamente en la zona azul. En Valladolid, por ejemplo, una persona que no esté empadronado en la capital y no tenga el coche adaptado, no puede aparcar gratis en la zona ORA, pero en Salamanca sí. Continuamente se están incumpliendo las recomendaciones de la Unión Europea en cuanto a la tarjeta de estacionamiento y era oportuno que en Castilla y León intentemos homogeneizar todos estos criterios.
Otro problema de las plazas es la falta de rebaje en los bordillos, no solo en el estacionamiento sino en muchos puntos de las ciudades…
También hay que saber por qué se hacen las cosas y marcar unos criterios para hacerlo todo igual. Con los rebajes de los bordillos lo mismo, que existan, que estén en los pasos de peatones y en otros puntos para facilitar a las personas transitar por las calles. Tiene que haber también un ‘bordillito’ para que las personas invidentes detecten cuando ha finalizado el paso de peatones, pero de un centímetro no de dos o tres. Un centímetro es suficiente para que un invidente detecte que ha llegado al principio de la acera, pero si es más de un centímetro ya puede ser un problema para una persona que vaya en silla de ruedas. Porque se pueden frenar las ruedas de adelante y tener un accidente. Son criterios urbanísticos que yo siempre recomiendo ponerse en contacto con las entidades representativas de las personas con discapacidad para que los técnicos expliquen a los responsables municipales el por qué se deben de hacer de una manera y no de otra; la dificultad de hacer las cosas no bien y los problemas que ello conlleva para que cuando se hacen reformas y amplían las ciudades, o zonas que requiere de reforma, aprovechar para facilitar el tránsito de las personas con movilidad reducida. En muchas ocasiones es más por falta de desconocimiento más que por problemas de presupuesto.
Las administraciones dicen que la accesibilidad está entre sus prioridades políticas, ¿dirías que esto es una realidad o es una declaración de intenciones?
No dudo de que todo el mundo sea consciente de la importancia de la accesibilidad universal en la sociedad en la que vivimos, cuando intentamos hablar de inclusión, de igualdad de oportunidades, la accesibilidad se convierte en uno de los principales obstáculos para que una persona de verdad viva a diario bajo ese principio de igualdad de oportunidades. Si yo no puedo entrar en un edificio, no puedo transitar por la calle como cualquier persona o tengo problemas para entrar en mi centro educativo, o en la universidad, o para ir al cine, o cualquier actividad de mi vida diaria pues soy una persona excluida de la sociedad, una persona que no se están teniendo en cuenta mi diversidad y no se tiene en cuenta mi problemática. Si es verdad que a todo el mundo le preocupa la accesibilidad, pero yo creo que es un momento de pasar de la preocupación a los hechos, y que realmente se empiece a edificar, a construir y a urbanizar, a mejorar la situación de nuestras ciudades para que las personas con discapacidad no se vean excluidas. E insisto, muchas veces no es tanto un tema presupuestario sino de dejarse asesorar por las entidades sociales que son las expertas en materia de accesibilidad y también tener otros conceptos de accesibilidad que no tenemos en cuenta como la de la comunicación, la información… A veces nos ceñimos demasiado en la accesibilidad física pero no tenemos en cuenta las dificultades que tienen las personas con discapacidad intelectual para acceder a una información básica de una administración pública; no toda la información está transcrita con una lectura fácil, y a personas con discapacidad intelectual se lo estamos poniendo difícil. O no todo lo tenemos con señales acústicos por lo tanto no se lo ponemos fácil a las personas con discapacidad visual. Cuando hablamos de accesibilidad debemos de tener en cuenta un concepto universal para todas las personas con algún tipo de discapacidad y luego ponerse de las buenas intenciones a los hechos y dejarse asesorar por las entidades.
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios