Cambiar la sal por un sustituto bajo en sodio reduce el riesgo de accidente cerebrovascular

Tanto la ingesta elevada de sodio como el consumo bajo de potasio están asociados con la presión arterial alta y un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte prematura. Según se explica desde la ESC, se ha demostrado que los sustitutos de la sal, que reemplazan parte del cloruro de sodio de la sal regular por cloruro de potasio, reducen la presión arterial, pero sus efectos sobre las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares y la muerte no eran claros. Además, existe preocupación sobre la posibilidad de que se produzca hiperpotasemia en personas con enfermedad renal crónica que provoque arritmias cardiacas y muerte súbita.

El estudio presentado durante el encuentro científico comparó el efecto del sustituto de sal de sodio reducido frente a la sal regular sobre el accidente cerebrovascular, los eventos cardiovasculares, la mortalidad y la hiperpotasemia clínica. Se desarrolló como un ensayo abierto, aleatorizado por grupos, para el que, entre abril de 2014 y enero de 2015, se reclutó a participantes adultos con un accidente cerebrovascular previo o de 60 años o más con presión arterial mal controlada. La edad promedio de los participantes fue de 65,4 años y el 49,5% eran mujeres. El 72,6% tenía antecedentes de accidente cerebrovascular y el 88,4%, de hipertensión.

El ensayo se llevó a cabo en 600 aldeas de zonas rurales de cinco provincias de China, con un total de 20.995 participantes que fueron asignados al azar por grupos en una proporción de 1:1 (provisión de sustituto de sal o uso continuo de sal regular).

A las personas de las localidades de intervención se les proporcionó un sustituto de sal gratuito (aproximadamente 75% de cloruro de sodio y 25% de cloruro de potasio) como reemplazo de la sal común, y se les recomendó que lo utilizaran para cocinar, condimentar y conservar los alimentos. También se les animó a utilizar el sustituto de la sal con más moderación que antes para maximizar la reducción de sodio. Se proporcionó suficiente sustituto de la sal para cubrir las necesidades de todo el hogar (alrededor de 20 g por persona y día). Los participantes de las aldeas de control continuaron con sus hábitos habituales.

Durante un seguimiento promedio de 4,74 años, más de 3.000 personas sufrieron un accidente cerebrovascular, más de 4.000 murieron y más de 5.000 sufrieron un evento cardiovascular importante. El riesgo de accidente cerebrovascular se redujo con el sustituto de sal en comparación con la sal regular (29,14 frente a 33,65 por 1.000 pacientes/año).

En cuanto a los resultados secundarios, los eventos cardiovasculares mayores (ictus no mortal, síndrome coronario agudo no mortal, muerte vascular) se redujeron con el sustituto de sal (49,09 frente a 56,29 por 1.000 pacientes-año), al igual que la mortalidad total (39,27 frente a 44,61 por 1.000 pacientes-año).

Con respecto a la seguridad, no hubo un mayor riesgo de eventos adversos graves atribuidos a la hiperpotasemia clínica con el sustituto de sal en comparación con la sal regular (3,35 frente a 3,30 por 1.000 pacientes-año), y tampoco se identificaron otros riesgos.

“Este estudio proporciona evidencia clara sobre una intervención que podría emprenderse muy rápidamente a un coste muy bajo. Un estudio de modelado reciente realizado para China proyectó que 365.000 accidentes cerebrovasculares y 461.000 muertes prematuras podrían evitarse cada año en China si se demostrara que el sustituto de la sal es efectivo. Ahora hemos demostrado que es eficaz, y estos son los beneficios solo para China. La sustitución de la sal podría ser utilizada por miles de millones de personas más con beneficios aún mayores”, ha destacado el profesor Bruce Neal, del Instituto George para la Salud Global de Sydney (Australia), investigador principal del proyecto, quien ha añadido: “El resultado del ensayo es particularmente emocionante porque la sustitución de la sal es una de las pocas formas prácticas de lograr cambios en la sal que consume la gente”, mientras que otras intervenciones dirigidas a reducir su consumo “han luchado por lograr un impacto grande y sostenido”.

Asimismo, el profesor Neal ha recordado que el sustituto de la sal “es muy fácil de fabricar y no es caro; un kilo de sal común, que dura meses, cuesta alrededor de 1,08 dólares en China, y el precio de un kilo de sustituto de la sal es de  1,62 dólares/kg”.

“Son principalmente las poblaciones de bajos ingresos y más desfavorecidas las que agregan grandes cantidades de sal durante la preparación y cocción de los alimentos. Esto significa que el sustituto de la sal tiene el potencial de reducir las inequidades en salud relacionadas con las enfermedades cardiovasculares”, ha indicado.