Quizás para usted, señora ministra, no tener 15 minutos es no tomar un cafecito, al cual tiene derecho, por supuesto, pero que para los que hemos padecido y padeceremos para siempre sus incapacitantes secuelas puede significar sobrevivir o no después de la enfermedad, porque no tenemos derecho a una protección económica, social y laboral.
15 minutos podrían servir a la señora ministra para darse cuenta de que en este país cada vez son más los enfermos que, después de padecer una terrible enfermedad, tienen que enfrentarse a la indiferencia, ninguneo y maltrato de las instituciones que nos atienden.
En 15 minutos, los señores inspectores del EVI son capaces de desestimar una incapacidad sin conocernos, sin habernos tenido delante ni un segundo, basándose en unos informes médicos inexactos en la mayoría de los casos y de tratarnos como si lo único que nos interesase fuese vivir del cuento, de la sopa boba. Púes miren, no… Nos encantaría no haber padecido cáncer, nos encantaría seguir manteniendo nuestros puestos de trabajo y nos encantaría poder mantener un nivel de vida digno. Quizás esta otra realidad la desconoce la señora ministra y era lo que deseábamos expresarle en 15 minutos.
Expresar que nos sentimos indefensos, que nos sentimos excluidos socialmente, como si fuésemos apestados o como si nosotros hubiésemos querido tener cáncer.
Nos encantaría haberle podido comentar en 15 minutos cómo nos sentimos, la angustia vital que tenemos, los trastornos depresivos que padecemos, los miedos; miedo a recaer, miedo a no poder sentirnos parte de esta sociedad, de este país, en el cual hemos cotizado durante años y que permite despidos sin justificar; que tenemos que elegir entre seguir trabajando con secuelas físicas severas “sacando almejas de un mar frío y bravo” y morir en el intento o recuperarnos sin ninguna prestación con la que llevarnos el pan el boca.
En 15 minutos le hubiésemos explicado cuánto nos cuesta llegar, en el mejor de los casos, a fin de mes con 426 euros, que nos pagan como caridad, no como derecho, después de pagar hipotecas, agua, luz y, además, el 40% de los medicamentos que debemos seguir tomando para siempre.
Y le explicaríamos en 15 minutos que hubiese podido vivir nuestra realidad y después tendría tiempo, igualmente, de ir a sacarse la foto con la reina Doña Letizia en un acto auspiciado por la AECC, ¿contra que cáncer? El cáncer no solo es una enfermedad. El cáncer social, económico y social lo desconoce, porque no ha tenido 15 minutos.
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