Carta abierta sobre la situación de los trabajadores y trabajadoras del sector del transporte sanitario durante la pandemia

A los trabajadores de transporte sanitario: “Gracias, de verdad; no tendremos días ni dinero para pagaros”.

Quedan ya lejos los agradecimientos de la Sra. consejera en rueda de prensa el 10 de abril. Es lamentable que se hayan transformado en palabras vacías, huecas, sin intención alguna de actuación para solventar los problemas que a diario tiene el sector del transporte sanitario en esta Comunidad.

Y es que, una vez más, los profesionales del transporte sanitario, su mano de obra barata, sus transportistas, punta de lanza junto a la Atención Primaria, los que, cuando se recibe una llamada de ayuda, acuden raudos y veloces a salvar la vida o a movilizar una persona para que reciba una asistencia, la cara visible de la Sanidad pública en muchísimas ocasiones, se quedan fuera de todo reconocimiento y recompensa.

La única actuación en pro de este colectivo, después de denuncias varias por parte de UGT, fue la realización de un simple test Covid, después de más de un 25% de trabajadores y trabajadoras afectados, entre contagiados y enfermos sin diagnosticar, pero con síntomas compatibles.

Seguimos con un convenio caducado, de los peores de España y sin atisbo de mejora, con trabajadores y trabajadoras que realizan guardias en bases mal dotadas, a veces en condiciones insalubres (y que, pese a resoluciones de la Inspección de Trabajo, continúan sin adecentarse mínimamente), a los que no se les reconoce su categoría profesional como Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES); en definitiva, los que pasean el logo de Sacyl sin que esta Gerencia Regional se preocupe de ellos.

20 millones de euros es la cantidad que ustedes han pregonado que van a dedicar para recompensar todo el esfuerzo al personal que ha luchado en primera línea en su trabajo diario contra la COVID-19. Pero no, no les incluyen.

Además, ustedes acudieron raudos a dotar de más de un millón de euros a la patronal durante la pandemia: si hubieran escuchado la multitud de denuncias que UGT les ha transmitido, si hubieran hecho cumplir los pliegos de contratación, se hubieran ahorrado ese dinero.

Con este extra en la dotación no se solucionan deficiencias en el trato a los pacientes ni las condiciones laborales y sanitarias de los trabajadores ni, por ende, la calidad del servicio deteriorado por los incumplimientos de la contrata. Es más, se siguen obviando los términos de la misma con el único fin de generar más beneficio.

Podemos entender que no se puedan abonar primas al personal no perteneciente a la Junta, pero sí sería de justicia la indicación de que se emplee parte de esta extraordinaria dotación en la gratificación por parte de la empresa a sus trabajadores.

Lo que no entendemos es que no se les reconozca su categoría profesional, lo que sí que está en su mano, ¡ya está bien de ignorarlo!

Qué bonitas sonaban las palabras del señor gerente regional de Sacyl en enero de 2018, cuando era procurador de C’s en las Cortes de Castilla y León, pidiendo el reconocimiento de nuestra categoría profesional. Se quedó en vanas palabras.

Son muchos los trabajadores y trabajadoras que han manifestado su tristeza por un nuevo desprecio a un trabajo mayúsculo. Aunque el estado de alarma haya desaparecido, el riesgo de contagio no, y por ello siguen realizando su trabajo enfundados en EPI, con la entrega y vocación que les caracteriza, con el reconocimiento y solidaridad de los trabajadores de Sacyl, de enfermos, de familias, pero con la certeza de que importan poco para la Administración a la que también ponen cara y su innegable profesionalidad ante los usuarios.

Como UGT, nos complacería mucho tener noticias suyas en los próximos días para situar a este personal en el lugar que merece, que no es otro que el reconocimiento de su labor en esta pandemia, el de su categoría profesional y el de sus derechos laborales, no respetados en las aplicaciones de las diversas contratas de Sacyl.