Todo tiene que ver. Las más habituales son la celiaquía (al gluten del trigo, cebada y centeno), a la lactosa (azúcar proteína de la leche) y, muy especialmente, a determinados aditivos que aparecen constantemente en productos procesados o precocinados, como el glutamato monosódico (frecuente en restaurantes con comida china).
Aunque se podría considerar como una intolerancia, en la celiaquía (al gluten del trigo, cebada y centeno) interviene un mecanismo inmunológico, pero no del tipo IgE. En muchas ocasiones, estas intolerancias afectan al peso y a la hinchazón abdominal, con lo que, una vez detectadas y evitadas, los afectados pierden o ganan peso, según los casos.
Aparición y síntomas
Los síntomas más frecuentes de la intolerancia son vómitos, malestar digestivo, diarreas, dolor de cabeza… Pero no son casi nunca tan graves como los suscitados por una alergia, y eso hace que durante mucho tiempo las intolerancias puedan no ser detectadas por el individuo, que no termina de asociar su malestar con su dieta.
Tipos
Como se ha dicho, no aparece aquí una respuesta autoinmunológica, como sí sucede en el caso de sufrir una alergia (salvo en el caso de la celiaquía, que es una intolerancia al gluten algo especial). La intolerancia suele ser de causa metabólica (déficit de enzimas involucradas en el metabolismo de algún alimento), pero también las hay por motivos farmacológicos (a la cafeína, por ejemplo) o por motivos indeterminados, que son los relacionados con el abuso de algunos aditivos.
Detección y tratamiento
Existen en el mercado numerosos test sanguíneos de detección de intolerancias, entre los que destaca desde hace años el Alcat. Se basan en reproducir en el laboratorio la respuesta de las células sanguíneas analizadas frente a los alimentos más habituales de la dieta, así como de determinados aditivos. El resultado categoriza los alimentos en varios niveles, desde los no tolerados hasta los tolerados, pasando por los medianamente tolerados. Aunque este tipo de test no están del todo consensuados, algunos pacientes dicen mejorar evitando los no tolerados. Aunque la dieta sería teóricamente el tratamiento a seguir, es importante consultar con un especialista para su valoración.
* La doctora Anna Cisteró Bahima es especialista en Alergia, Medicina Interna y Neumología y miembro de Saluspot
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