El primer objetivo de la Agenda 2030 de Naciones Unidas es poner fin a la pobreza. La pobreza es un problema multidimensional, cuyo abordaje metodológico pone al descubierto caras y facetas complejas que encubren un drama: desempleo, exclusión social y vulnerabilidad extrema de individuos, comunidades y poblaciones que por razones diversas carecen de lo necesario para vivir.
¿Te imaginas vivir con solo 1,90 dólares al día? ¿Qué podrías hacer con un ingreso de 49 euros mensuales para satisfacer necesidades básicas mínimas, tales como salud, educación, acceso al agua o el saneamiento indispensable? ¿Cómo llevarías la falta de bienes y servicios vitales para ti y tu familia? ¿A quién acudirías si todo tu patrimonio queda arrasado por un desastre natural o una pandemia?
De acuerdo con datos de Naciones Unidas, 783 millones de personas en el mundo viven en esas condiciones, por debajo de lo que se conoce internacionalmente como “el umbral de pobreza”. El umbral a partir del cual se esfuma cualquier posibilidad de acceso a derechos humanos y conquistas sociales contemporáneas. Si bien es cierto que las altas tasas de pobreza se encuentran a menudo en los países pequeños, vulnerables y afectados por los conflictos, también hay pobreza en naciones ricas y más poderosas.
¿Piensas que no te afecta? De nada sirve ver la pobreza como la trama de una historia ajena. La pobreza está en el meollo de otros conflictos que se desencadenan en la casa común. De las inequidades y desigualdades, asociadas con el problema de la pobreza, se alimentan el resentimiento y muchas de las tensiones políticas y sociales que causan inestabilidad, sufrimiento y violencia en los países.
Juntemos voces y voluntades en la lucha contra ésta. Sigamos las palabras del Papa Francisco en la V Jornada Mundial del Pobre, en el sentido de encontrar maneras de prestar una “atención amante”, un “compartir duradero”, alzando un no rotundo a la indiferencia. Más solidaridad en la comunidad redundaría en más bienestar para todos.
Cáritas Diocesana de Salamanca, en el marco de la V Jornada Mundial del Pobre del Papa Francisco, y en conjunto con todas las organizaciones que trabajan en este tema, se suma a este gran encuentro con el desarrollo de iniciativas que convocarán a la comunidad salmantina a participar en actividades programadas del 8 al 14 de noviembre, dando relevancia y visibilidad a un asunto impostergable.
Anímate y acompáñanos cada día; queremos contar contigo en Salamanca, tu gesto potenciaría el mensaje en la esfera pública y, como dice Policarpo Díaz, vicario de pastorales “(…) una manera eclesial y comunitaria de acercarnos a descubrir que los pobres tienen un lugar de privilegio en el corazón de Dios”.
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