¿Qué música utilizas cuando haces ejercicio físico?… ¿Debieras hacerlo, pero no lo haces?… Pues lee bien, porque la música puede ser una herramienta inspiradora para ponerte en acción y estar más saludable.
Muchos estudios científicos aseguran que la música incentiva el ritmo del ejercicio físico y, además, trae aparejados múltiples beneficios a nivel mental. En todos los gimnasios la música está siempre presente; ésta puede servir como motivación y estímulo en entrenamientos de competición y aumentar la concentración y relajación en aquellas propuestas como el yoga o el tai-chi. Muchos deportistas profesionales la utilizan para mejorar su rendimiento, focalizar la atención en ambientes altamente exigentes y disminuir la sensación de fatiga en pruebas de gran esfuerzo.
¿Que no te gusta hacer deporte? No importa, aquí va otra propuesta: la música que te gusta, combinada con actividades alegres y dinámicas, como el baile, puede resultar gratificante y saludable, porque disfrutas al mismo tiempo que te ejercitas. Incluso el canto puede ser efectivo, ya que al hacerlo se ponen en funcionamiento una serie de mecanismos que promueven la activación física.
No hay una música determinada para estimular, aunque las investigaciones revelan que aquellas que son más rítmicas, alegres y energizantes pueden originar esta reacción. El tempo de la música se relaciona con nuestro ritmo cardiaco y se mide de la misma forma, es decir, en bpm, las siglas en inglés de beats per minute, que significa latidos por minuto. Diferentes autores ponen como ejemplo elevar nuestro ritmo cardiaco utilizando músicas que tengan entre 100 y 120 pulsaciones para el calentamiento y continuar subiendo, según la intensidad que se requiera.
Pero si no queremos ser tan técnicos, seguramente sabrás qué tipo de melodías te animan, así que, de una forma muy sencilla y eficaz, puedes grabarlas en algún dispositivo de audio y llevártela contigo a la hora de salir a dar un paseo. Al cabo de unos minutos, el bienestar emocional que provoque esa melodía en ti se verá reflejado en tu nivel de activación motora. En palabras de los investigadores, la música actúa como efecto ergogénico (que causa o aumenta la potencia muscular). Aunque por el momento, con las evidencias obtenidas, no se puede afirmar cuánto hay de cierto en todo esto, lo que sí se ha demostrado es que la música durante el ejercicio físico puede:
- Funcionar como guía a la hora de realizar movimientos físicos.
- Crear un ambiente óptimo para el aprendizaje de técnicas deportivas.
- Mejorar el estado anímico y ser una ayuda extra que nos motivará para obtener mejores resultados.
No olvides, además de llevar buena música, realizar deporte con responsabilidad, tomando todos los recaudos que estén a tu alcance para evitar lesiones.
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