“En esta lucha, en la que estamos haciendo enormes esfuerzos para doblar el pulso al virus y conseguir vencer a la enfermedad, contamos con dos grandes aliados: 47 millones de ciudadanos españoles y el Sistema Nacional de Salud (SNS). El primer aliado, el más poderoso, está resultando ser un gigantesco equipo de 47 millones de ciudadanos que están dando toda una lección de coraje, de disciplina y de heroísmo en el cumplimiento estricto de las durísimas medidas de confinamiento que nos hemos impuesto para frenar el contagio”.
Así lo ha expresado este lunes el ministro de Sanidad, Salvador Illa, quien también ha puesto en valor “la gran capacidad de respuesta” del SNS “ante una situación excepcional”. En una rueda de prensa que ha ofrecido junto a Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, el máximo responsable sanitario se ha mostrado confiado en que la “fase decreciente” de la epidemia comience “en unos días”, por lo que ha insistido en que es “muy importante” el cumplimiento de las medidas decretadas para contener la extensión de los contagios.
Es el objetivo número 1. En el camino hacia su consecución existe un valor clave, el llamado “número de reproducción”, un término utilizado en Epidemiología que explica por qué es eficaz –y esencial– mantener el distanciamiento social y las cuarentenas. Esta mañana, el director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, ha aclarado cuál es su importancia: “El número de reproducción es el número de casos secundarios que genera cada caso confirmado. Cuando está por encima de uno, es decir, cuando cada enfermo transmite la infección a dos, a tres o a cuatro personas, la epidemia crece. Ese número varía en cuanto cambiamos el patrón de contacto social. Por tanto, el objetivo fundamental de todas las medidas de cuarentena, de distanciamiento social y de aislamiento de los pacientes diagnosticados es hacer que el promedio de casos secundarios que produce cada paciente diagnosticado se reduzca a menos de uno. Si lo conseguimos, empezaremos a descender automáticamente la transmisión de la enfermedad”.
Al igual que ya hicera poco antes el director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias, y aunque ha reiterado que todas las opciones están sobre la mesa, Illa ha descartado por el momento plantear el cierre total de territorios, una postura en la que ha profundizado la ministra de Economía durante su intervención, y ha recalcado que las acciones emprendidas por España “son las más restrictivas de la Unión Europea”.
El ministro de Sanidad, que ha anunciado que se están empezando a producir respiradores en España, también se ha referido a la situación límite que se registra en algunas UCI. “La necesidad de Cuidados Intensivos no es homogénea en todo el territorio. Hay que concentrar esfuerzos en Madrid, Cataluña, País Vasco, La Rioja y Navarra”, ha indicado. Antes, Fernando Simón había transmitido un mensaje similar, asegurando que si bien se están produciendo situaciones “de alta tensión” en algunos hospitales, hasta ahora, “excepto en algunos puntos en los que las UCI se encuentran al límite, se está consiguiendo solventarlas”.
Test rápidos para mejorar el diagnóstico precoz y reducir la carga asistencial
Durante su intervención, Illa ha recordado que este domingo se han entregado a la Comunidad de Madrid 8.000 de los primeros 640.000 test de diagnóstico rápido recibidos. “Mañana llegarán otros 50.000 y a lo largo de la semana recibiremos un millón más. España está haciendo entre 15.000 y 20.000 pruebas cada día. Nos proponemos hacer tests masivos a profesionales, casos positivos y colectivos de riesgo, empezando por las residencias”, ha apuntado el ministro.
Estos tres grupos se corresponden con los criterios establecidos por Sanidad para alcanzar dos objetivos prioritarios: solucionar el creciente problema de sobrecarga asistencial que registran los centros sanitarios y reducir los riesgos asociados al nuevo coronavirus en la población en la que los contagios tienen un impacto más dramático, especialmente los mayores que se encuentran institucionalizados, los más frágiles por su edad y porque con frecuencia se trata de personas con pluripatología. “Las residencias de mayores son máxima prioridad para el Gobierno”, ha afirmado Illa.
En el primer caso, que incluiría a los profesionales de la Sanidad, se trata de conseguir que los diagnósticos de COVID-19 se hagan en una fase más temprana, disminuyendo así el agravamiento de los cuadros clínicos y, con ello, la necesidad de hospitalizaciones e ingresos en UCI. Además, tal y como ha explicado este lunes el director del Centro Coordinador de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, proporcionar una asistencia precoz a los pacientes diagnosticados también permite establecer más pronto medidas de aislamiento y reducir así el número de contagios entre los contactos.
Existe también “un objetivo intermedio” entre los que se persiguen con la distribución de las pruebas diagnósticas rápidas, el de “conocer el nivel de transmisión comunitaria” del nuevo coronavirus. Para ello, ha explicado Simón este lunes, “se seleccionarán muestras de pacientes entre la población general” a los que se les realizarán los test, una tarea rápida a partir de la cual las pruebas “se generalizarán al resto de la población” con sintomatología compatible. “El diagnóstico poblacional debe estar bien integrado en los sistemas asistenciales para garantizar que los resultados positivos reciben el necesario seguimiento, una labor en la que será clave Atención Primaria”, ha aclarado el epidemiólogo.
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