Las bacterias multirresistentes provocan anualmente 26.000 muertes en los países de la UE. En el Día Europeo por el uso responsable de los antibióticos, se pretende concienciar a la población y a los profesionales sanitarios para intentar reducir estos fallecimientos.
La introducción de los antibióticos en la práctica clínica, en la década de 1940, los ha convertido en medicamentos indispensables para el tratamiento de la mayoría de los procesos infecciosos bacterianos, tanto en el hombre como en los animales. El desarrollo de resistencias a los antimicrobianos, especialmente la aparición y diseminación de bacterias multirresistentes, y la escasez de tratamientos alternativos son dos de los mayores problemas de salud pública. El uso inapropiado e indiscriminado de los mismos es uno de los factores principales que contribuyen a este fenómeno.
En Europa, en un día cualquiera, en torno al 30% de los pacientes ingresados en los hospitales europeos reciben, al menos, un antibiótico. España se encuentra por encima de la media europea, es el quinto país en cuanto al consumo de antibióticos en Europa en el ámbito hospitalario. Sin embargo, es en Atención Primaria donde se prescribe el 90% de los antibióticos que se consumen. Algo más de la mitad se indican para combatir infecciones del tracto respiratorio. El uso de antibióticos parece, por tanto, excesivo y frecuentemente inadecuado, tanto en Atención Primaria como en la atención hospitalaria.
La falta de recursos diagnósticos adecuados y, en menor medida, un conocimiento insuficiente de las enfermedades infecciosas pueden conducir a una mala selección o duración de los tratamientos antibióticos y a un uso inadecuado. Este uso inapropiado conlleva consecuencias muy graves, ya que incrementa la morbilidad y la mortalidad de los procesos infecciosos y, contribuye a la diseminación de resistencias a los antimicrobianos.
Gram negativas
A finales del siglo XX, los principales problemas de resistencia en nuestro país estaban causados por bacterias Gram positivas, pero, sin duda, la mayor amenaza creciente en nuestro tiempo está determinada por las bacterias Gram negativas, capaces de acumular resistencias a todos o casi todos los antibióticos disponibles, por lo que urge emprender acciones para combatir la selección y propagación de las resistencias a los antimicrobianos.
La implantación de un programa institucional para la optimización del tratamiento antimicrobiano, redujo de forma significativa la proporción de prescripciones inadecuadas (de un 53% se redujo al 26,4%). Esta reducción del consumo por un uso apropiado de antibióticos supuso una disminución total en los gastos directos de los mismos del 42%.
En Atención Primaria, se ha observado que la prescripción diferida en algunas patologías y la disponibilidad de métodos de diagnóstico rápido en consulta, ayudan racionalizar el uso de antibióticos y a disminuir su prescripción innecesaria, sobre todo en infecciones respiratorias.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea (CE) indican que, para tener éxito en la lucha contra la resistencias a los antimicrobianos, se requiere un planteamiento global y multidisciplinario, en el que se incluyan todos los agentes implicados, tales como: diferentes profesionales sanitarios, los dedicados a la vigilancia y al estudio de las resistencias a los antimicrobianos, profesionales con actividades en el campo de la veterinaria, entidades sociales que favorezcan la difusión de los mensajes a la opinión pública y, de manera muy relevante, responsables de la Administración con capacidad de implementar estas estrategias de control.
El Consejo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y sus Agencias han identificado la necesidad de establecer una estrategia común europea para valorar y afrontar el problema del desarrollo de resistencias a los antimicrobianos.
El Plan de Acción sobre Resistencias Antimicrobianas desarrollado en la Comunicación de la Comisión Europea incluye acciones que se identifican como vitales para la lucha contra las resistencias. También exhorta a los Estados miembros para que desarrollen e implementen en cada nación estrategias o planes de acción para contener el desarrollo de resistencias a los antimicrobianos. En España el Ministerio de Sanidad a través de la AEMPS creó el grupo que desarrolló el Plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencias a los antimicrobianos (PRAN), Se trata de una iniciativa extraordinariamente ambiciosa, de carácter multidisciplinario y transversal, en la que participan instituciones de sanidad humana, veterinaria y militar, entre las que está la SEPEAP.
20 recomendaciones
Por su parte, el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) ha elaborado un doble decálogo con recomendaciones sobre prescripción y uso de antibióticos en las principales patologías. Con el lema Hagamos un uso responsable para seguir curando, la semFYC pone en marcha una campaña para promover tanto la prescripción responsable como el uso prudente de los antibióticos.
El aumento de la resistencia de las bacterias a los antibióticos es un problema grave que la Unión Europea ha calificado como “uno de los mayores problemas de salud pública y sanidad animal que es necesario afrontar en la actualidad”.
De hecho, algunas fuentes señalan que, ya hoy en día, se podrían estar produciendo, cada año y en todo el mundo, hasta 700.000 muertes provocadas por infecciones bacterianas producidas por cepas resistentes a los antibióticos. Según algunas proyecciones, las más graves, si siguen aumentando las infecciones producidas por bacterias resistentes, en 2050, se podrían llegar a los 10 millones de fallecimientos anuales.
El decálogo que el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria) ha elaborado hace especial hincapié en los casos en los que sí se debe prescribir antibióticos para atajar estas infecciones, y aquellos en los que no es necesario. Se calcula que más la mitad de las dolencias respiratorias podrían no requerir emplear antibióticos en su tratamiento.
Durante toda el Día Europeo para el Uso Prudente de Antibióticos, que se celebra mañana, los numerosos canales de comunicación, tanto para pacientes como para médicos, de que dispone la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) enviarán mensajes en pro de la concienciación del colectivo médico y los pacientes sobre la necesidad de hacer un uso responsable de los antibióticos.
La investigación en nuevos antibióticos
“El descubrimiento de los antibióticos ha supuesto una revolución sin precedentes en la medicina, nos han permitido controlar las epidemias salvando millones de vidas y ha hecho posible el desarrollo de la cirugía y la medicina modernas. Sin embargo, el uso indiscriminado y la larga etapa sin haber descubierto nuevos antibióticos han propiciado la selección de cepas multirresistentes”. Así explica el problema al que nos enfrentamos el doctor Domingo Gargallo-Viola, presidente de AD-SP, quien recuerda que, en la última década, el problema se ha agravado de forma considerable, dado que “se ha producido un incremento del 40% en el consumo de antibióticos en humanos y posiblemente mucho mayor en producción animal”.
España es el país donde más ha crecido el consumo de antibióticos en el conjunto de la Unión Europea, con un incremento de nueve puntos porcentuales en sólo dos años (de 2013 y 2015), frente a la caída media del 6% en el consumo en el conjunto de países europeos. Son datos del último Eurobarómetro, que también revela que el 47% de los españoles ha consumido antibióticos en el último año, lo cual sitúa a nuestro país a la cabeza de la UE, sólo por detrás de Malta. Este porcentaje es más del doble del registrado en Suecia o en Holanda (18-20%). Pero, lo más grave, a juicio de Gargallo, es que “un importante porcentaje de los consumidores no sabe realmente para qué sirven los antibióticos. De hecho, casi la mitad de los españoles cree que los antibióticos son efectivos contra los virus, lo cual no es cierto”.
Esto hace que España esté “entre los países con un porcentaje mayor de cepas resistentes a los antibióticos”. Una situación que puede tener importantes consecuencias, pues “muchos de los avances de la medicina moderna dependen de que tengamos antibióticos para proteger a los pacientes de infecciones, como los procesos quirúrgicos, los trasplantes, la quimioterapia o incluso una cesárea”, explica el presidente de AD-SP.
¿Qué se puede hacer?
En este contexto, es urgente actuar, de forma coordinada, incluyendo los gobiernos, las instituciones sanitarias (hospitales), universidades y la industria para luchar contra esta amenaza. Gargallo, que participará en la Jornada sobre el Uso Prudente de los Antibióticos que celebra la AEMPS mañana en el Ministerio de Sanidad, reconoce el compromiso de las autoridades, en particular de esta agencia en los últimos años, pero señala que los esfuerzos “siempre tienen que realizarse de forma global y coordinada” con los 28 países de la Unión Europea y a nivel mundial, algo que ya se está empezando a hacer. También pide al nuevo Gobierno y a las autoridades sanitarias “mantener el compromiso de los últimos años para concienciar a la población y a los profesionales sanitarios sobre la necesidad de racionalizar el consumo de antibióticos”. Por otro, considera esencial “apoyar la investigación e impulsar el interés de la industria por el descubrimiento y desarrollo de nuevos antimicrobianos”.
A su juicio, existe una necesidad de reconstruir la infraestructura y capacidad internacionales para el descubrimiento y desarrollo de nuevos antibióticos, que ha ido desapareciendo en las últimas dos décadas debido a la falta de inversión en este campo y, en algunos casos, a la falta de interés de la industria y de los expertos del mundo académico, que se han desplazado hacia otras especialidades. En este sentido, su apuesta es llevar la medicina de precisión a los antibióticos. “Nuestra propuesta es que la medicina personalizada, que ya existe en otros campos, como la Oncología, llegue al terreno de los antibacterianos”, señala Gargallo. También considera necesario “avanzar en el desarrollo de técnicas de diagnóstico eficaces, rápidas y con un coste razonable” para que el médico sepa si se enfrenta a un virus o a una bacteria y pueda tratar a cada paciente de la forma más adecuada.
Tratamiento combinado
Durante la Jornada de Colaboración con la Semana Global del Uso Prudente de Antibióticos, organizada por el Departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU y Osakidetza, en colaboración con la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS) y AstraZeneca, se ha puesto de manifiesto que “desde la aparición de los primeros antibióticos, las bacterias han hecho uso de una de las características más valiosas: su capacidad de adaptación, lo que significa que cada vez que aparece un nuevo antimicrobiano, al poco tiempo aparecen las primeras bacterias resistentes que limitan su capacidad curativa”, ha asegurado el presidente de la AMYS, el doctor Ramón Cisterna.
“En los últimos 30 años la aparición de nuevas moléculas se ha reducido de forma considerable. Se podría decir que hemos entrado en la fase cero de aparición de nuevos antimicrobianos, por lo que la posibilidad de hacer frente a las bacterias multirresistentes es más limitada”, ha explicado el doctor Cisterna, que aboga por la investigación de nuevos fármacos, pero también por la simplificación de las normas de aprobación por parte de las agencias reguladoras y la colaboración entre industria y administraciones sanitarias.
“Debemos valorar la importancia de este fenómeno y la limitación actual del potencial terapéutico. En el caso del profesional sanitario, se debe volver a la cultura del tratamiento combinado para potenciar la eficacia de los antibióticos y seguir escrupulosamente las indicaciones precisas en cada tipo de infección”, ha señalado el presidente de la AMYS, que ha reconocido también la responsabilidad de los pacientes: “Deben seguir las recomendaciones del médico, no automedicarse, y concienciarse de que se trata de un problema que nos afecta a todos”.
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