La sociedad española actual está cada día más concienciada de lo positiva que es para la salud, tanto física como psicológica, la práctica de deporte habitualmente.
Sin embargo, la poca preparación o el desconocimiento en la realización de los ejercicios lleva, en demasiadas ocasiones, a sufrir lesiones o problemas físicos que deberán ser tratados por un traumatólogo. Eso ayudará a que su cura y recuperación sean más rápidas.
El médico especializado en las lesiones del sistema psicomotor, en huesos y músculos, es el traumatólogo, como los que cumplen su cometido en la Clínica Albareda, referente en traumatología de Barcelona. La función de estos profesionales es la de analizar, diagnosticar, tratar, realizar el seguimiento y, en los casos que proceda, evitar y prevenir las enfermedades relacionadas con las articulaciones, así como con los músculos y huesos, es decir, en el sistema músculo-esquelético.
Es una profesión que está cada día más demandada debido al constante aumento de deportistas aficionados que no ejecutan debidamente los ejercicios, pero también por el mal estado en el que se encuentran los puestos de trabajo de un sinfín de empleados que no prestan atención a la ergonomía, a la salud postural o realizan ejercicio físico con demasiada carga y peso. El número de afecciones por las que se debe acudir a este especialista no es pequeño, incluye luxaciones, fracturas, infecciones, enfermedades congénitas y degenerativas, así como lesiones tumorales.
Estas son las 5 lesiones más habituales para las que se hace necesaria la intervención de un traumatólogo:
Fracturas de diferentes tipos
Se entiende como fractura a una rotura en la continuidad del hueso. Como norma general, esta situación se debe a un golpe muy fuerte o a un traumatismo. Se debe acudir al traumatólogo ante la duda de que pudiera existir esta rotura. Las pruebas más claras de que sea el caso son dolor intenso y agudo en la zona afectada, hinchazón, hematoma y sangrado en algunos casos. También es posible sentir hormigueo o entumecimiento, dolor al intentar mover la lesión, deformación de la estructura ósea e incluso fiebre si va asociada a una infección.
Existen, como cabe imaginar, diferentes tipos de fracturas. Según el daño producido en la parte blanda, se hablará de fractura abierta o cerrada, y según el tipo de rotura, es posible hallarse ante una fractura simple, completa, conminuta (astillada) o en tallo verde (el hueso se rompe, pero no se separa en dos partes completas). Así mismo, el tobillo, la muñeca, la clavícula y el brazo son los lugares donde se producen fracturas con mayor frecuencia.
La tendinitis
Como su propio nombre indica, una tendinitis es cuando se inflama o irrita un tendón. Esto quiere decir que las cuerdas fibrosas que unen el músculo con el hueso se encuentran fuera de su estado natural y óptimo. Es un trastorno que causa bastante dolor, volviéndose toda la zona exterior a la articulación excesivamente sensible.
Como norma general, aunque puede ocurrir en cualquier tendón, es un mal que se suele localizar en los codos, hombros, rodillas, muñecas y talones. El codo de tenista, de golfista, el hombro de lanzador, de nadador y la rodilla de saltador son algunos de los nombres asociados a la tendinitis.
Lo mejor es acudir a un especialista que recetará los medicamentos apropiados, aconsejando reposo y fisioterapia. Si el problema es grave, con rotura de tendón, es posible que haya que intervenir con cirugía.
La artrosis
La artrosis es un tipo de enfermedad degenerativa articular muy frecuente. El daño consiste en la destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies óseas.
Con la reproducción de la artrosis, el cartílago, el tejido amortiguador que protege los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de las articulaciones, va perdiendo sus propiedades, llegando a desaparecer por completo en los casos más extremos.
La lumbalgia
Otro de los problemas más frecuentes que debe ser tratado por un traumatólogo son las lumbalgias, un mal que surge, generalmente, con el paso de los años. La lumbalgia aparece a través de dolores en la espalda y en la cintura, es decir, en toda la región lumbar.
Este dolor se suele expandir con bastante frecuencia por muslos y glúteos. Tiene lugar después de llevar a cabo grandes esfuerzos con posturas inadecuadas, aunque también puede aparecer como resultado de un golpe o una caída. La probabilidad de sufrir este mal aumenta en personas obesas.
Síndrome del túnel carpiano
Una presión excesiva sobre el nervio mediano de la muñeca, el que permite tener sensibilidad y ofrece movimiento a buena parte de la mano, es la afección conocida como síndrome del túnel carpiano. Más común en mujeres que en hombres, este entumecimiento, debilidad, hormigueo o daño muscular en dedos y manos puede ser debido a una inflamación de la zona de la muñeca donde el nervio entra en la mano.
Las causas son muy variadas, desde hacer el mismo movimiento con la mano demasiadas veces hasta el alcoholismo, la obesidad, infecciones de distinto tipo, pasando por quistes o tumores, fracturas de huesos, líquidos acumulados o depósitos anormales de proteínas (amiloidosis).
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