En las últimas tres décadas, los avances en investigación sobre el VIH/sida han transformado su abordaje farmacológico, lo que le ha permitido pasar de una enfermedad mortal a una patología crónica y manejable, con una esperanza de vida similar a la de las personas sin VIH.
Apuntaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado julio que entre 2000 y 2019 las nuevas infecciones por VIH disminuyeron en un 39%, las muertes se redujeron en un 51% y 15,3 millones de vidas se pudieron salvar gracias a los tratamientos antirretrovirales.
Sólo en España las tasas de mortalidad cayeron un 92% en el periodo entre 1995 y 2013, según datos de la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (Efpia), a la que pertenece Farmaindustria. Lo mismo ocurrió en los países del entorno europeo o en Estados Unidos, donde la reducción de la mortalidad por sida cayó un 88% en dicho periodo.
El progreso ha sido posible gracias a las mejoras que han supuesto los más de 30 tratamientos antirretrovirales aprobados en la Unión Europea hasta el año pasado. Las principales innovaciones terapéuticas se produjeron a partir de 1995, entre las que destacan la aprobación del primer inhibidor de la proteasa (en 1995), el primer inhibidor análogo nucleósido (2001), el primer inhibidor de adhesión (2003), el primer tratamiento de una sola pastilla al día (2006), el primer co-receptor CCR-5 (2007) y el primer fármaco para la profilaxis pre-exposición (también conocido como PrEP).
“Los avances en la terapéutica de la infección por VIH en las últimas décadas han sido absolutamente relevantes para el control de la infección y para la mejora de la calidad de vida de las personas -afirma el presidente de la Coordinadora Estatal de VIH y sida (Cesida), Ramón Espacio-. Hemos pasado de tratamientos muy difíciles de tomar correctamente debido al elevado número de pastillas, tomas diarias, restricciones dietéticas y efectos secundarios a tratamientos muy bien tolerados y de un solo comprimido al día. Además, ha mejorado mucho la eficacia y la mayoría de los tratamientos actuales tienen una barrera genética muy alta, lo que evita la aparición de resistencias”.
La terapia antirretroviral, coste-efectiva para el SNS
Como consecuencia directa de esta revolución terapéutica las personas con VIH son uno de los colectivos que reportan mejor adherencia y éxito terapéutico, lo que convierte su uso en una de las armas más coste-efectivas para los sistemas sanitarios. Esta realidad acaba de ser refrendada por un estudio español presentado en noviembre en el encuentro europeo de la Sociedad Profesional para la Economía de la Salud y la Investigación de Resultados en Salud (Ispor), aunque son muchos los estudios que han venido avalando sus buenos resultados en los últimos años.
Bajo el nombre Treinta y dos años de terapia antirretroviral para personas que viven con VIH en España: ¿Ha sido una intervención eficaz?, investigadores españoles, liderados por Pere Ventayol, jefe de Sección en el Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Son Espases, de Palma de Mallorca, han concluido que estos tratamientos suponen una inversión rentable desde el punto de vista sanitario y también social.
Así, a lo largo de las tres últimas décadas, el Sistema Nacional de Salud (SNS) habría invertido 6.185 millones de euros en terapias antirretrovirales, logrando evitar 323.651 muertes por sida, 500.129 casos de sida y 161.417 casos de VIH, con un ahorro total de 41.997 millones de euros. Además, se estima que el ahorro neto asociado a estos resultados sería de 35.812 millones de euros desde una perspectiva social y de 1.032 millones de euros desde una perspectiva sanitaria, según recoge el estudio.
“Generalmente, la visión más simplista es considerar el enorme gasto presupuestario que supone la terapia antiviral. Hacer el ejercicio de asociarlo al beneficio obtenido es la forma adecuada de demostrar que no es un gasto, es una inversión”, sostiene Ventayol. “Este estudio ha permitido demostrar que el retorno que se ha producido tras la inversión en la terapia antiviral en este tiempo no sólo ha sido un retorno económico, sino principalmente un beneficio en salud, convirtiéndose en una de las intervenciones más rentables para el sistema sanitario”, añade.
La investigación no se detiene
Pero la lucha contra el VIH y la fase más avanzada de la infección, que es el sida, no acaba aquí. Los pacientes confían en encontrar una cura. Para ello, la industria farmacéutica innovadora tiene en desarrollo casi 160 medicamentos, según las cifras de EFPIA, mientras que en nuestro país el Registro Español de Estudios Clínicos (REEC) recoge 144 ensayos en marcha en la actualidad.
“Los últimos avances se están centrando en nuevas posologías long acting (actuación prolongada); por ejemplo, inyectables, lo que permitiría administrar el fármaco de forma mensual o bimensual y podría suponer una mejora en adherencia y calidad de vida. También se está avanzando en la reducción de principios activos dentro de los comprimidos únicos, lo que podrá mejorar la toxicidad a largo plazo”, subraya el presidente de Cesida.
“Sin embargo –añade Ramón Espacio-, creo que la prioridad pendiente en investigación sigue estando en encontrar un tratamiento que elimine el VIH del organismo, es decir, un tratamiento curativo. Creo que, junto a la vacuna, ésta es la noticia que todas las personas con VIH querríamos escuchar. Sabemos que debido a las características del propio VIH son retos difíciles de conseguir y que hay mucha investigación en el campo. Pero estamos convencidos de que sin estas herramientas va a ser imposible erradicar el VIH y sida en el mundo. Confío en que más pronto que tarde seremos testigos de ello”.
Este martes, 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Sida y desde Onusida recuerdan que 1,7 millones de personas contrajeron el VIH el año pasado, que 38 millones conviven con el virus y que 690.000 personas fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida.
“Seguimos manteniendo un número elevado de nuevas infecciones para un país como España, por encima de los 3.500 nuevos casos cada año, por lo que no estamos cumpliendo con uno de los objetivos marcados por Onusida de reducir los nuevos casos a poco más de unos 1.100”, decía recientemente la secretaria del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad, Rosa Polo. Por este motivo, el Ministerio de Sanidad trabaja para presentar en enero un nuevo plan para 2021-2030, en el que se atenderá la cronicidad del VIH y el manejo multidisciplinar de los pacientes.
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