Los compuestos son descubiertos por investigaciones que se efectúan en centros públicos, vinculados normalmente a las universidades, con mucho esfuerzo y en condiciones laborales muy precarias de los investigadores, la mayoría con salarios muy por debajo de su preparación y formación. Muchos de estos investigadores, médicos con tareas asistenciales a los que se les permite investigar en parte del tiempo de su trabajo o fuera de él, en algunos casos.
Estos compuestos son el origen de futuros medicamentos, que sólo pueden ser desarrollados por la industria farmacéutica, hoy con el monopolio de la fabricación, después les ponen precio por un sistema que es muy poco transparente y luego venden al Sistema Nacional de Salud los medicamentos a precios muchas veces abusivos.
De esta manera, los ciudadanos, los gobiernos, pagamos dos veces un medicamento. Una cuando se investiga con recursos públicos (que es casi siempre) y la segunda cuando se adquiere por parte de los gobiernos a la farmacéutica el medicamento que con nuestro compuesto han elaborado.
Así nos engañan. Socializan los costes de innovación que pagamos entre todos, a través de los entes públicos o universidades, y los beneficios se los quedan ellos en exclusiva. Es por tanto mentira decir que los costes de investigación están dentro del precio del medicamento.
Del gasto en medicamentos, menos del 8% se destina a la investigación y al desarrollo. De este porcentaje, una gran parte se dedica al marketing, y las empresas contabilizan los gastos en viajes, congresos, etc. que se facilitan al personal sanitario como parte de ese I+D+I, que, además, tiene una finalidad perversa, como es unir formación continua del personal médico y su financiación por parte de la industria farmacéutica.
La industria tiene un objetivo, y es valorar cuánto dinero va a ganar cuando un medicamento llegue al mercado, por eso incentiva a todos los agentes que forman parte de la decisión de poder vender su producto; el interés de vender un medicamento no siempre tiene un beneficio en la salud pública, a veces la enorme medicalización de la vida y el abuso de medicamentos juegan en contra de una aceptable salud.
¿Tan potente es el lobby farmacéutico que no somos capaces de empezar a crear una industria farmacéutica estatal, pública, que, en sintonía con nuestras universidades, pueda desarrollar medicamentos con precios ajustados al coste de producción sin que sea lesivo para las arcas del Estado?
*Ver documental Investigación médica: Houston, tenemos un problema
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios