En Atención Especializada, los dos años de pandemia han supuesto para los profesionales un gran desgaste físico y emocional, agravado por el traslado al hospital nuevo, que ha dejado mucho que desear en cuanto a organización y planificación.
Además, nos enfrentamos a unificaciones de servicios impuestas por la dirección sin ningún tipo de negociación, sometiendo al personal a un estrés añadido, con unas plantillas muy debilitadas y mermadas desde hace muchos años y con un índice de personal eventual muy elevado que hace más complicado el día a día de todos los profesionales.
Los TCAE han visto incrementadas sus tareas con la adjudicación injusta de funciones de otros colectivos, también impuestas por la dirección.
Los enfermeros sufren un sobreesfuerzo de aprendizaje en cuanto a la nueva metodología de trabajo; unas tareas administrativas que restan tiempo a su labor asistencial con la misma dotación de personal y plantillas volantes que precarizan el trabajo de estas profesionales.
Los celadores, con el nuevo hospital, necesitan un aumento de tiempo para la realizacion de sus tareas, lo que requiere un aumento de plantilla.
El personal de cocina, cocineros y operarios de servicios siguen sufriendo la eventualidad, la exagerada sobrecarga de trabajo, incrementada por la puesta en marcha de la línea fría, abuso de autoridad, quejas que no se solucionan por parte de sus inmediatos superiores ni de las diferentes gerencias que han pasado por el hospital de Salamanca.
En cuanto al personal de mantenimiento, como se ha denunciado en otras ocasiones, apenas se ofertan las vacantes disponibles, paralizadas por el responsable de este servicio con excusas diferentes durante más de dos años, más preocupado de facilitar la entrada a empresas privadas en el hospital.
Con otras peculiaridades, pero con el mismo hartazgo y desmotivación, los compañeros/as de Atención Primaria soportan una carga asistencial abrumadora, doblando agendas, alargando sus jornadas laborales y soportando las malas contestaciones de los usuarios que consideran no estar recibiendo la asistencia que merecen, no siendo responsables los profesionales.
Y mientras tanto, en la Gerencia Regional siguen mirando hacia otro lado, preocupados por su inestabilidad política, dejando en espera decisiones importantes para la sanidad regional y la sanidad salmantina, que estrena un hospital con una plantilla insuficiente para dar una asistencia sanitaria de calidad a la población.
Una vez más, desde UGT entendemos que es fundamental la unión entre la ciudadanía y los profesionales sanitarios para reivindicar un modelo de SANIDAD PÚBLICA que cumpla las necesidades de unos y de otros de una manera integral.
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