La forma en que los padres se enfrentan a sus propios conflictos, tanto en la pareja como con la sociedad, va a cobrar un peso relevante en lo que se refiere a su resolución y manejo. Por ello, debemos tener siempre en cuenta que la primera cuestión para mostrar una forma adecuada de resolución de conflictos pasa por el ejemplo en nuestras relaciones.
Nos desenvolvemos en una sociedad que penaliza de forma constante la expresión emocional y en la que con frecuencia recibimos mensajes acerca de la funcionalidad de la evitación ante los conflictos, dándoles un tinte negativo, sin tener en cuenta que mediante su adecuada resolución establecemos las relaciones más satisfactorias y exitosas en los ámbitos personal y laboral.
Los conflictos entre hermanos resultarán de gran utilidad para este aprendizaje, ya que nos permitirán entrenar a los niños en la resolución, la negociación y la toma de decisiones. Estos factores serán de vital importancia en su futuro, por lo que las siguientes pautas son útiles:
1. Usted es el mejor ejemplo para sus hijos.
Adecue sus técnicas de resolución como modelo a seguir. Recuerde que una buena gestión no es evitar el conflicto, ya que forma parte importante en nuestras relaciones. De esta manera, cuestiones como la ansiedad con que resolvemos la situación o el uso del poder, de la expresión emocional o la negociación cobrarán una gran importancia.
2. Evite las comparaciones.
Evite las comparaciones entre sus hijos o con otras personas, aun siendo positivas. Si lo hace, correrá el riesgo de incentivar la rivalidad fraternal.
3. Permanezca tranquilo ante los conflictos de sus hijos.
A menudo, los mensajes que mostramos a través de nuestro lenguaje no verbal son más importantes que su contenido verbal. Si pretendemos que consigan resolver la pelea de manera tranquila, debemos acompañar nuestra intención de credibilidad potenciándola con un control adecuado de la ansiedad.
4. Evite la posición de juez.
Con frecuencia recibirá invitaciones para determinar quién es el culpable del conflicto, pero recuerde que lo importante no es la búsqueda del agresor o la víctima, sino el aprendizaje sobre las relaciones. Permanezca neutral, devolviendo a sus hijos la responsabilidad de la resolución; tenga en cuenta las diferencias de edad a la hora de fijarlas para ser equitativo en el trato.
5. Permanezca atento al conflicto tomando una posición pasiva.
Vigile su forma de hacerlo, pero deje que sean los propios niños quienes resuelvan sus conflictos. La atención es un instrumento muy poderoso para potenciar cualquier conducta, por lo que será recomendable posicionarse en un segundo plano que asegure la vigilancia, pero no refuerce la disputa.
6. Tome partido si existe riesgo físico.
Si la resolución del conflicto incluye algún riesgo físico para sus hijos, tome partido para separarlos con la condición de volver a reunirlos para que negocien cuando estén más calmados. Pretendemos ayudarles a resolver la disputa desde la tranquilidad, por lo que resultará útil facilitarles un espacio para calmarse.
7. Potencie la expresión emocional.
Deje que sus hijos expresen cuál es el motivo de sus disputas y sus emociones en cuanto a las peleas.
8. Ayúdeles en la búsqueda de alternativas.
Devuélvales la responsabilidad en cuanto a las posibles soluciones. Deje que ambos escuchen las propuestas de solución del otro. En ocasiones será aconsejable darles esta indicación durante la separación: “Piensa en cómo podríais llegar a un acuerdo mientras estés en la habitación”.
9. Establezca normas claras en la convivencia.
Un sistema claro de normas y consecuencias en la familia resultará útil siempre y cuando sea concreto y todos los miembros lo entiendan. Aclare con sus hijos cada norma, evitando expresiones del tipo “pórtate bien” o “se bueno” (determine en tal caso en qué consiste exactamente portarse bien o ser bueno).
10. Busque ayuda profesional.
El conflicto es algo natural que aportará a sus hijos recursos para funcionar de forma adecuada en el mundo. Si observa que los conflictos se generalizan hacia otros ámbitos (por ejemplo, que uno de los hermanos incentiva a los compañeros del colegio a meterse con el otro o la relación fraternal resulta limitante para la familia) busque apoyo de un profesional. Asimismo, tenga en cuenta que la intervención profesional requerirá del trabajo en el ámbito familiar en la mayoría de los casos.
* María Córcoles Valenciano es psicóloga y miembro de Saluspot
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