Un hospital es una pequeña ciudad con una gran densidad de población en un pequeño espacio donde conviven personas enfermas, personal sanitario, visitantes, familiares, comerciales, proveedores y un largo etcétera, que hace imprescindible una adecuada seguridad para proteger a las personas y los bienes de sus ‘enemigos’.
Hace unos días, una banda de ladrones se llevaba del hospital 17 endoscopios por valor de 300.000 euros. Hace unos meses, el personal sanitario era agredido en Urgencias. Un tiempo atrás, robaban en los vestuarios del personal y alguna vez se ha detenido a personas hurtando en las habitaciones de los pacientes. Esto no es casual. Un hospital abierto las 24 horas del día, sin controles de acceso, sin seguridad apropiada, es un blanco fácil para los amigos de lo ajeno.
Reconozco que este tipo de instalaciones no son fáciles de custodiar, pero la escasez de medios humanos y técnicos con los que cuenta el hospital de Salamanca hace que éste sea un oasis para los cacos.
En un hospital hay elementos sensibles (como la información de pacientes), otros muy costosos (los equipos y materiales médicos), otros atractivos para determinadas bandas (medicación y drogas) e incluso personas con riesgo (profesionales sanitarios que puedan ser agredidos o bebés que pudieran ser secuestrados), sin contar los riesgos por catástrofe o siniestros (como incendios, inundaciones, desplome de estructuras u otros). Por ello, no debe ser tomada a la ligera la seguridad en el hospital.
Hay que realizar una evaluación real de las necesidades en materia de seguridad para el hospital, a nivel estructural, de medios y de personal. No puede haber una puerta normal con cerradura convencional en lugares con equipos y material de alto coste. No puede estar sin ningún control el acceso al interior del hospital, a los vestuarios y a zonas sensibles.
Tiene que haber zonas restringidas de acceso; hoy te pones una bata blanca y campas a tus anchas por todo el hospital sin que nadie te lo impida. El perímetro del hospital debe estar adecuadamente vigilado. ¿Cómo es posible que se lleven 17 endoscopios, los carguen en un vehículo y nadie se dé cuenta de nada?
El hecho de estar esperando la finalización del nuevo hospital, que imagino contará con todos los medios en materia de seguridad, no implica el abandono total del actual, que tendrá que paliar estas deficiencias (por lo menos las más llamativas) para que no nos salga caro.
Ahorrar en seguridad en un hospital nos sale caro a todos.
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