España formará parte del equipo negociador de la Unión Europea para garantizar “un acceso equitativo” a las vacunas frente a la COVID-19

En el encuentro, que se celebró de manera telemática, se nombró oficialmente el Comité de Dirección, del que formará parte María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Este órgano será el que tome las decisiones acerca de cada proceso de compra anticipada, monitorice el desarrollo de las vacunas, y garantice la transparencia y buena gobernanza del proceso de adquisición y distribución de acuerdo a un marco regulatorio claro.

Además, el Comité de Dirección seleccionó un equipo negociador, que estará formado por representantes de siete países: España, Alemania, Francia, Holanda, Suecia, Polonia e Italia. El representante español será César Hernández, jefe del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la AEMPS. Este equipo ejercerá de interlocutor único ante las diferentes empresas que están desarrollando candidatos a vacuna contra el SARS-CoV-19.

De esta forma, la Alianza y los países que la componen “buscan garantizar un acceso equitativo de todos los ciudadanos europeos en igualdad de condiciones a las vacunas cuando estén disponibles, asegurando que todo el proceso de compra y distribución se lleve a cabo de manera transparente, equitativa y con unos estándares de seguridad y eficacia iguales entre todos los países miembros”.

“Nos congratulamos de que haya existido un enfoque europeo, por el que ha trabajado siempre España y que defendió desde el primer minuto para garantizar un acceso equitativo a las vacunas al conjunto de la UE”, ha subrayado el ministro de Sanidad en una rueda de prensa en la que ha recordado que el próximo domingo todo el país entrará “en la llamada nueva normalidad, con unas medidas comunes para todo el territorio, además de las que puedan dictar las distintas CCAA en el marco de sus competencias”.

En este nuevo escenario, ha dicho Illa, será “muy importante la responsabilidad individual” a la hora de cumplir las cuatro medidas básicas de prevención: el mantenimiento de una distancia interpersonal de al menos un metro y medio, el lavado frecuente de manos, el uso de mascarilla “en las condiciones que se han estipulado y una higiene en espacios públicos y privados muy extremada”.

En sentido similar se ha pronunciado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, quien ha recalcado que a partir del 21 de junio “no estaremos en normalidad, sino en nueva normalidad, lo que implica que debemos ser conscientes del riesgo al que nos exponemos y al que exponemos a los demás”, sobre todo en relación a lo que ha denominado “movilidad sin sentido”. Una vez finalizado el estado de alarma, ha recordado, “no hay mecanismos de control de la movilidad”, que queda “bajo la responsabilidad individual de cada ciudadano”.

A este respecto, el ministro de Sanidad ha indicado que no hay más mecanismos constitucionales para limitar los desplazamientos que el estado de alarma. “A partir de ahora será posible actuar quirúrgicamente en base a la legislación existente en materia de salud pública, pero si fuera necesario de nuevo un control masivo de la movilidad habría que recurrir al mismo instrumento”, ha apuntado.

Tres controles en la llegada a España

El domingo también se abrirán las fronteras interiores con la Unión Europea y los países del Espacio Schengen, mientras que las fronteras con terceros países seguirán restringidas hasta el 1 de julio. Salvador Illa ha explicado que el Servicio de Sanidad Exterior, “integrado por unos 600 profesionales, de las cuales 150 son médicos y enfermeras”, se verá reforzado “con un primer contingente de 100 personas procedentes de empresas auxiliares y otras que prestan servicios en puertos y aeropuertos, gracias a un acuerdo con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana”.

El responsable sanitario ha destacado que quienes lleguen a España se someterán a tres controles primarios. Por una parte, deberán rellenar un formulario de localización, la conocida como Passenger Location Card (PLC), que ya se usa en estos momentos, y que incluye los datos de localización del viajero, así como información sobre si ha pasado la COVID-19 y en qué circunstancias. También se seguirán realizando controles de temperatura, a los que se añadirá “un control visual”. Si uno de ellos no es superado, “un médico examinará a la persona y se la derivará a los servicios asistenciales de la comunidad autónoma de destino”, tal y como ha explicado el ministro.

Para facilitar un tránsito fluido por los aeropuertos, el control de temperatura que ya se realiza desde el 15 de mayo a los pasajeros de vuelos que proceden del extranjero se efectuará con cámaras termográficas. Además, en las próximas semanas, se digitalizará el documento de localización, que hasta el momento se cumplimenta en el avión y se entrega en mano una vez el viajero llega al destino.