Cuando todavía no ha transcurrido el primero de los diez días de luto oficial decretados para recordar a las miles de personas que han fallecido como consecuencia del coronavirus SARS-CoV-2 (27.118 a fecha de hoy, aunque son datos provisionales que se están revisando), el último informe del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), elaborado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) pone sobre la mesa cifras aún más dramáticas que respaldan la creencia generalizada de que la pandemia ha tenido un impacto muchísimo mayor del aparente.
En base a la información diaria que proporcionan los más de 3.900 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia, el MoMo permite vigilar los excesos de mortalidad que se producen en un determinado momento comparando los fallecimientos por cualquier causa observados con la mortalidad estimada para ese mismo periodo según modelos predictivos de medias históricas.
Hasta ahora, los análisis realizados en las semanas de mayor incidencia de la epidemia de COVID-19 apuntaban a que en este tiempo se habían producido en España alrededor de 30.000 muertes más de las esperadas. Aunque no pueden asociarse necesariamente al virus –este sistema de monitorización no tiene en cuenta la causa de la defunción–, es lógico pensar que sus efectos devastadores mucho han tenido que ver con el importantísimo incremento.
Sin embargo, el último informe actualiza los cálculos realizados hasta la fecha e incluye miles de certificados de defunción que todavía no se habían introducido en los registros civiles, probablemente también como consecuencia de la crisis sanitaria y la paralización de gran parte de la actividad. El resultado es que entre el 13 de marzo y el 22 de mayo se produjeron 43.034 muertes más que las estimadas para el mismo periodo (unas 77.800), lo que supone que las defunciones que se produjeron en esas semanas por cualquier causa superaron en un 55% a las que cabría esperar durante ese tiempo.
Además, el MoMo aporta otro dato de gran interés: el 82,5% de esos fallecidos (más de 35.500) eran personas de más de 74 años, sin duda las más afectadas por la epidemia.
Hasta un 206% de exceso de mortalidad
La variabilidad territorial es enorme, y en algunas comunidades autónomas el exceso de mortalidad observado en el conjunto del país llega a multiplicarse hasta por cuatro. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha se han registrado un 206% más de decesos que los estimados para ese periodo en la comunidad (+5.114); en Madrid, el incremento es del 162% (14.104 muertes más que las que se producen habitualmente); en Navarra, del 137% (+610); en Castilla y León, del 114% (+3.595) y en Cataluña, del 96%, con 11.665 fallecimientos más que los esperados durante el tiempo analizado.
Este miércoles, durante su comparecencia diaria, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad ha reconocido que aunque este sistema de vigilancia no ofrece información sobre las causas de las defunciones, buena parte de este exceso de mortalidad detectado con respecto a las mismas semanas de otros años puede atribuirse, no solo a la COVID-19, sino también a los efectos de la epidemia sobre el sistema sanitario e incluso sobre el comportamiento de los ciudadanos.
Según ha recordado Fernando Simón, aunque actualmente se están corrigiendo las series históricas y el total es provisional, “sabemos que alrededor de 28.000 personas han fallecido con un diagnóstico de COVID-19, y también que seguramente hay personas que han fallecido con la infección sin haber sido diagnosticadas” y que, por lo tanto, no están incluidas en esa estadística. Pero más allá de los fallecimientos directamente asociados al coronavirus, en ese exceso de mortalidad detectado entre el 13 de marzo y el 22 de mayo “todavía queda un número importante de muertes” (unas 15.000, “que podría explicarse por otras razones”, también relacionadas con la crisis sanitaria.
Colapso del sistema y miedo en la población
En este sentido, el epidemiólogo ha recordado las “complicadas” situaciones que se han vivido en algunos centros sociosanitarios o el colapso de los hospitales, que en algunos momentos pudieron contribuir a que, en ocasiones, la atención de patologías que pueden causar alta mortalidad no llegara “a tiempo”. Pero también existe la posibilidad de que algunos pacientes retrasaran la búsqueda de atención sanitaria por miedo al contagio en centros sanitarios con un elevadísimo volumen de personas infectadas.
De hecho, son varias las sociedades científicas y organizaciones profesionales y de pacientes que a lo largo de las últimas semanas han advertido sobre algunas de estas circunstancias y sus riesgos. Hoy mismo, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha avisado de que la COVID-19 está provocando una emergencia sanitaria y social en enfermos oncológicos. Mensajes similares han lanzado los cardiólgos o los neurólogos, que han mostrado su preocupación por la sorprendente reducción de consultas urgentes y de ingresos por sintomatología vinculada a patologías graves que han observado, especialmente durante las peores semanas de la epidemia.
“Hasta ahora no podemos asociar el exceso de mortalidad encontrado a una causa concreta. Van llegando los datos de diferentes fuentes, y la imagen final de lo que ha sucedido la tendremos a medida que seamos capaces de obtener toda la información necesaria para valorar lo ocurrido. Pero me gustaría pensar que el luto oficial que hoy se ha iniciado no es solo por los fallecidos con una infección confirmada, sino que es es por todas las personas que directa o indirectamente han podido verse afectadas por esta enfermedad y por su impacto”, ha manifestado Fernando Simón.
Recordamos que SALUD A DIARIO es un medio de comunicación que difunde información de carácter general relacionada con distintos ámbitos sociosanitarios, por lo que NO RESPONDEMOS a consultas concretas sobre casos médicos o asistenciales particulares. Las noticias que publicamos no sustituyen a la información, el diagnóstico y/o tratamiento o a las recomendaciones QUE DEBE FACILITAR UN PROFESIONAL SANITARIO ante una situación asistencial determinada.
SALUD A DIARIO se reserva el derecho de no publicar o de suprimir todos aquellos comentarios contrarios a las leyes españolas o que resulten injuriantes, así como los que vulneren el respeto a la dignidad de la persona o sean discriminatorios. No se publicarán datos de contacto privados ni serán aprobados comentarios que contengan 'spam', mensajes publicitarios o enlaces incluidos por el autor con intención comercial.
En cualquier caso, SALUD A DIARIO no se hace responsable de las opiniones vertidas por los usuarios a través de los canales de participación establecidos, y se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso cualquier contenido generado en los espacios de participación que considere fuera de tema o inapropiados para su publicación.
* Campos obligatorios